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Por Luis Ceriotto
Desde el jueves está cubriendo la única ruta que realiza hacia EE.UU. con un avión de menor rango, lo cual obliga a hacer una escala de reabastecimiento en Lima.
Como consecuencia de las medidas gremiales en los simuladores de Ezeiza, decenas de pilotos no pueden renovar su licencia semestral.
El vuelo AR1306 de Aerolíneas Argentinas con destino a Miami que salió el viernes a las 10.40 desde Aeroparque, hizo una escala en Lima en la cual ningún pasajero subió ni bajó, ya que no era una escala comercial sino técnica: el avión tenía que cargar combustible, porque no está preparado para hacer nueve horas de vuelo seguidas, que son las que separan a Buenos Aires de la península de Florida.
Para los pasajeros que subieron al avión en Ezeiza, la sorpresa fue mayúscula: en vez de un ancho y más confortable Airbus A-330 de doble pasillo, los aguardaba un moderno pero mucho más angosto Boeing B-737 MAX de un único pasillo. Y con un sistema de entretenimiento de a bordo programado para vuelos más cortos.
El MAX es hoy el avión de fuselaje angosto de Boeing con mayor rango (6.500 kilómetros), que le permite a Aerolíneas hacer vuelos de tres horas a destinos patagónicos, a países de la región e incluso entre Buenos Aires y Punta Cana, en la República Dominicana. Pero para llegar hasta Miami, necesita reabastecerse.
Lo llamativo es que Aerolíneas no tiene un problema de cantidad de aviones en proporción a su oferta de vuelos. Con una flota de 85 aeronaves, tiene una decena de Airbus A-330 con los cuales vuela a Miami, Madrid y Roma.
Lo que en este momento le falta a Aerolíneas son pilotos: a muchos de los experimentados comandantes de A-330 se les venció la licencia semestral de vuelo y no pudieron renovarla a causa de los paros de la Asociación de Pilotos de Líneas Aéreas (APLA) en los simuladores de Ezeiza.
El gremio ya lo había avisado esta semana, a través de un comunicado: “Se están cancelando muchas operaciones diariamente producto de la no disponibilidad de pilotos por vencimiento en Instrucción”.
APLA, encabezada por Pablo Biró, viene realizando paros de 24 horas en el Centro de Formación y Entrenamiento de Pilotos (Cefepra), ubicado en el aeropuerto de Ezeiza, donde se dictan cursos y están los simuladores de vuelo.
Por el momento, la solución de Aerolíneas fue reservar a las tripulaciones disponibles de los Airbus de doble pasillo para los vuelos transoceánicos a Madrid y Roma. Y reprogramó a los pilotos de los MAX para hacer Miami con escala técnica. No todos: algunos de los vuelos seguirán siendo con Airbus.
En Aerolíneas admitieron que los vuelos a Miami se están realizando desde el jueves con los Boeing de un pasillo “como consecuencia de las medidas gremiales”.
En ese contexto, el viernes por primera vez en dos meses volvieron a negociar la empresa con los gremios que todavía no firmaron la paritaria: APLA (pilotos), AAA (aeronavegantes) y APA (personal de tierra).
Tanto el gremio de Biró como los aeronavegantes que encabeza Juan Pablo Brey emitieron el viernes comunicados en los que señalaron que “no ha sido posible acercar posiciones ni lograr un entendimiento”. Pero quedaron en volver a reunirse el lunes.
Hasta ahora Aerolíneas cerró acuerdos salariales con los gremios APTA (técnicos aeronáuticos) y UPSA (personal superior) por un 11,8% mas un adicional de 2% para el período junio-agosto. Con estos gremios tiene abierta la negociación salarial a partir de septiembre. Y con los otros gremios no hay acuerdo salarial desde mayo. En un comunicado de esta semana, APLA reclamó una recomposición desde mayo de 90%.
El contexto es una fuerte presión del Gobierno para acelerar en el Congreso los dos proyectos de ley para vender la empresa, con cero subsidios para avalar aumentos salariales. Mientras tanto, Aerolíneas apeló nuevamente a planes de financiación, vendiendo pasajes por el Banco Nación con 18 cuotas sin interés. Para los pasajeros a Miami, ahora un entretenimiento extra pasó a ser en qué tipo de avión les tocará volar.
Fuente Clarin
