El presidente Javier Milei se debate entre el equilibrio fiscal y el equilibrio político. Entre la necesidad de avanzar a fondo con su política de ajuste y al mismo tiempo conseguir respaldo parlamentario suficiente para dar sustento a ese plan de gobierno.
En medio de una estrategia discursiva beligerante de Milei y una diatriba de duras críticas contra opositores, se esconden los deseos del Gobierno de aprobar en tiempo y forma el proyecto de Presupuesto 2025, la ley hojarasca y la privatización de Aerolíneas Argentinas en la hoja de ruta que deslizó la Casa Rosada las últimas semanas para el Legislativo.
Poco después de que Milei volvió a criticar a los “degenerados fiscales” del Congreso, funcionarios del Gobierno nacional encabezaron un encuentro en Casa Rosada con miembros del oficialismo de la Cámara de Diputados, y legisladores de LLA, bloques aliados del PRO y se sumaron integrantes que integran la bancada de la UCR. En paralelo a esto hubo reuniones con gobernadores aliados y los del PRO hace una semana.
En esos encuentros hubo un tono más conciliador del ministro de Desregulación, Federico Sturzenegger y de Santiago Caputo que contrastaron con el duro tono de Milei a la oposición. Se aclaró de antemano que la regla de oro de Milei es mantener el equilibrio fiscal en el proyecto de presupuesto 2025. Esto se mantendrá a rajatabla.
Sin embargo, desde el gGobierno deslizaron cierta apertura o concesiones a futuro. Hubo de parte de la Casa Rosada la aceptación de que el proyecto de Presupuesto podría ser modificado ligeramente en lo que hace a incorporar partidas para la obra pública que reclamaron varios gobernadores aliados a Milei en la quinta de Olivos. La idea es mantener las obras actuales, terminar los proyectos en marcha y eventualmente sumar algunos fondos.
Después de todo el 2025 se tratará de un año electoral. Esto responderá a una ingeniería presupuestaria: es decir, reasignar partidas de un lugar para trasladar a la obra pública cuidando al extremo el déficit cero.
También el Gobierno admitió la posibilidad de evaluar las proyecciones de pago de deuda, redefinir fondos y eventualmente armar un esquema de sustitución de partidas para no alterar el equilibrio fiscal.
Más allá del presupuesto, Milei aspira a contar con una agenda legislativa que contemple la privatización de Aerolíneas como tema central. Por ahora no entrará en debate la idea de avanzar con el amplio listado de 59 empresas que buscaba privatizar originalmente. En el debate legislativo que resta para final de año se sumará también la Ley de Hojarasca para desregular parte de la economía junto con el proyecto de divorcio exprés.
El teorema Baglini de que las convicciones propias enunciadas en campaña se alejan con el calor del poder o la llegada a la Casa Rosada no contagió por ahora al presidente Milei en término de números del Presupuesto. Pero hay indicios entre sus allegados en que el Gobierno apunta ahora a un equilibrio político como elemento necesario para avanzar con nuevas reformas, la ley de presupuesto y obtener fondos frescos del exterior.
Hubo varios hechos que grafican este escenario. La decisión de Milei de reformular el esquema de gobierno tanto en la AFIP como en la Secretaría de Energía. En este último espacio cedió poder a referentes de Mauricio Macri. No así en el ente recaudador que quedó casi a merced de referentes directos de Santiago Caputo.
A la vez, el Gobierno se muestra permeable a los requerimientos de mantener el 1% del PBI, de ampliar un 6% de fondos destinados a Educación y de que sigan financiando Ciencia y Tecnología. “Logramos que la educación, la ciencia y la técnica no se suspenda el próximo año”, dijo el eufórico diputado radical Rodrigo de Loredo al salir de la reunión en Casa Rosada
En su paso por la comisión de Presupuesto de Diputados, el secretario de Educación, Carlos Torrendel aclaró que el foco de la gestión de Milei estará puesto en “afianzar la política salarial” en colaboración con gremios y universidades. En lugar de recorte de partidas para universidades habló de “una actualización”.
El tercer dato de la búsqueda de equilibrio político o en este caso más bien equilibrio diplomático, que mostró el presidente se llama China. Milei recibió una carta de felicitaciones por su cumpleaños de parte de su par Xi Jinping y dio nuevas muestras de tender un puente con “los comunistas corruptos” como los llamó en campaña.
En el esquema de pragmatismo político, equilibrio o real politik de la diplomacia de Milei ahora se traduce en la necesidad del Gobierno de obtener fondos frescos de China, aumentar el nivel de comercio y eventualmente recibir inversiones. Karina Milei viajará en noviembre a Shangai para mostrar un acercamiento con la administración de Xi Jinping y en enero viajará el Presidente.
Todo indica que Milei necesita mantener en vilo y para su tribuna libertaria el discurso de dura crítica a “la casta”. Pero sabe que puertas adentro nuevamente tendrá que aceptar concesiones y negociar para lograr acuerdos en beneficio propio en el Congreso y en otros ámbitos de la política.
Fuente El Cronista