«Cuando los políticos quieren adaptar a las Fuerzas Armadas a sus intereses, acaban desnaturalizándose». La frase, de un alto mando militar a ABC, resume bien lo que está sucediendo en los Ejércitos con la decisión de la ministra de Defensa, Margarita Robles, de apartar al Jefe de Estado Mayor de la Defensa (Jemad) , el almirante general Teodoro Esteban López Calderón, de la crisis de la DANA y darle toda la responsabilidad al teniente general jefe de la Unidad Militar de Emergencias (UME), Javier Marcos.
El malestar, según fuentes del Estado Mayor de la Defensa (EMAD) , es total «porque una situación así no tiene precedentes en nuestro país». Margarita Robles fue la ministra que firmó el decreto por el que la UME pasaba a depender directamente de ella, recuerdan fuentes militares, que llaman además la atención sobre el hecho de que Marcos, que es un profesional de su máxima confianza, fuera ascendido a su actual empleo de teniente general en enero pasado, saltándose una promoción y media. «Si además hoy (por ayer) decidió enfrentarse en rueda de prensa a una autoridad política como es el presidente de la Generalitat valenciana, es fácil imaginar el estupor que reina en las Fuerzas Armadas», añaden.La situación que se vive en el Estado Mayor de la Defensa «es inconcebible», explican las mismas fuentes. «El Jemad no es informado de las medidas que se adoptan en esta operación, a pesar de que ha obligado al mayor despliegue de las Fuerzas Armadas de la historia en tiempos de paz, ni es convocado a reuniones, ni está al tanto de nada de esta crisis».
Mantiene a la UME al frente del dispositivo, lo que provoca el malestar en el Mando de Operaciones al estar implicadas todas las Fuerzas ArmadasIgual de inexplicable, según fuentes militares, es que su Mando de Operaciones (MOPs), que manda el teniente general José Antonio Agüero, sea apenas una oficina de gestión sin capacidad para decidir, a pesar de que es el encargado dentro de las Fuerzas Armadas del despliegue de las distintas unidades.Lo más llamativo, según altos mandos militares consultados, es que «la UME, por su propia naturaleza, no tiene capacidad para gestionar e integrar todas las fuerzas que se han enviado a la zona».Las decisiones de la ministra Robles dejan la imagen del Jemad en una situación muy comprometida.
Ayer, por ejemplo, se decidió la suspensión de un encuentro que el almirante general iba a tener hoy con algunos diputados y que había sido convocado hace algún tiempo. Defensa sólo comunicó a los asistentes que la reunión había sido cancelada. «Cuando tengamos más información al respecto se lo haremos llegar», añadía.Las fuentes militares consultadas explican que la decisión parece que se debe a que el Jemad había decidido no acudir ante la seguridad de que los diputados, como es lógico, le iban a preguntar por la operación de Valencia «y les iba a tener que decir que no sabía nada porque le habían dejado al margen».Altos mandos del Ejército aseguran que todos los que conocen a Teodoro Esteban López Calderón saben «que es una persona íntegra, militar de los pies a la cabeza». «Y nosotros no presentamos la dimisión, esperamos a que nos cesen», apostillan.
Otras fuentes militares aseguran que en al menos dos ocasiones han pedido su relevo a la ministra, que ha decidido no acceder a sus deseos.Si la situación en el seno de las Fuerzas Armadas es de malestar profundo, en el Partido Popular la indignación no es menor. Nadie entiende que «un general juegue a la política, no es propio de los militares». En el principal partido de la oposición no se entiende que el teniente general Marcos entrase en polémica con el presidente valenciano, Carlos Mazón, «porque eso no es algo propio de un profesional de la milicia».La sorpresa saltó con la rueda de prensa del jefe de la UME en el Palacio de la Moncloa, en la que varias veces subrayó que la dirección de la emergencia provocada por la DANA está en manos de la Generalitat valenciana y las Fuerzas Armadas no pueden decidir por su cuenta cuándo ni dónde actúan, entrando así de lleno en el choque entre gobiernos por la gestión de la catástrofe.Cifras del despliegueFuentes de las Fuerzas Armadas aseguran que el malestar se extiende a la cúpula militar por la «actitud política» del general Marcos, a quien en cualquier caso se reconoce como un profesional bien preparado.
Esta postura ha restado además foco a la actuación de los militares sobre el terreno, lo que también ha provocado pesar entre sus miembros.El despliegue ayer en la Comunidad Valenciana llegó a los 7.800 efectivos de todos los Ejércitos. Solo el Ejército de Tierra aporta 5.000 efectivos, a los que se suman miembros del Ejército del Aire y del Estado y de la Armada, además de la UME. Ayer además llegó al puerto de Valencia el buque anfibio Galicia con 104 Infantes de Marina del Tercio De Armada, camiones con comida, agua, material de apoyo y dos helicópteros SH-60F.
Fuente ABC