Era la primera decisión de política monetaria de la Reserva Federal de Estados Unidos tras la victoria de Donald Trump en las elecciones presidenciales. Y no ha habido sorpresas. El guion estaba marcado desde antes de los comicios. Incluso su máximo responsable, Jerome Powell, lo había dejado caer: la Fed bajaría este jueves los tipos de interés 25 puntos básicos, es decir, un 0,25%. En un comunicado bastante similar al de la reunión anterior, la Reserva Federal ha confirmado el consenso del mercado, y lleva el precio del dinero al rango entre el 4,5% y el 4,75%. Wall Street apenas se ha movido, y tanto el S&P 500 como el tecnológico Nasdaq han cerrado con ganancias inferiores a un punto tras conocerse la noticia. Lo que pase durante el mandato del magnate, cuyas políticas contarán con un marcado sesgo inflacionista, tendrá que venir más adelante. “No especulamos”, ha dicho Powell.
De momento, el banco central más poderoso del mundo ha emprendido su segundo recorte consecutivo, después del de septiembre. En aquella ocasión fue de un 0,5%, motivado por los tambores de recesión en Estados Unidos, nunca confirmados, y una inflación que cada vez iba estando más controlada. El mercado laboral sigue muy ajustado, con una tasa de paro del 4,1%, que equivale prácticamente al pleno empleo. Sin embargo, también da síntomas de ralentización, y en octubre solo se crearon 12.000 puestos de trabajo, la menor cifra en todo el mandato del todavía presidente, Joe Biden. Powell lo ha atribuido al efecto de los huracanes que han azotado el país, y considera que el mercado laboral está más equilibrado que hace un año. “No es fuente de presiones inflacionistas“, ha remarcado el banquero central.
En ese escenario, los miembros del Comité Federal de Mercado Abierto (FOMC, por sus siglas en inglés) estimaron en su última reunión que los tipos de interés acabarían el año en una media del 4,4%, lo que equivaldría a un recorte más en la próxima cita, que tendrá lugar el 17 y 18 de diciembre. Ahora, esa estimación está en el aire, como ha reconocido el propio Powell. Los analistas tampoco lo tienen ya tan claro. Aunque Trump no tomará posesión hasta el 20 de enero, el miedo a que su mandato arranque con la imposición de aranceles, y prosiga con la expulsión de inmigrantes y una política fiscal expansiva, obliga a ser mucho más prudente sobre la senda que tomarán las decisiones monetarias a partir de ahora.
El presidente electo ganó, en parte, gracias a la inflación asociada a la etapa de Biden. Paradójicamente, cuando esta —que motivó en 2022-2023 la subida más agresiva de tipos de interés que se recuerda— empieza a estar controlada, la llegada del republicano heterodoxo a la Casa Blanca ha despertado de nuevo los temores sobre un descontrol de los precios. Diferentes analistas consideran que sus políticas añadirán presión inflacionista. Un ejemplo: Capital Economics prevé un incremento de un punto añadido en el IPC entre el segundo semestre de 2025 y el primero de 2026, que es cuando se empezarán a notar los efectos del plan trumpista. Por contra, el swap que mide las expectativas de inflación a largo plazo apenas se ha inmutado tras el triunfo de Trump, con un repunte de una décima. El propio Powell ha reconocido que solo se preocuparía si estas se anclasen en niveles superiores a los esperados.
La Fed aprueba un megarrecorte de tipos de 0,5 puntos y pronostica otra bajada en 2024
A. Monzón
La reunión de la Fed se ha producido en un contexto en que el IPC ya no está bajando tan rápido como desearía el banco central. El último dato, de septiembre, fue decepcionante: pese a que marcó su mínimo interanual desde febrero de 2021 (2,4%), solo se moderó una décima desde agosto, y en la lectura mensual subió dos, por encima de las previsiones de los analistas. El indicador subyacente, que elimina el efecto de los elementos más volátiles, también va al alza y “permanece elevado”, según ha admitido Powell. Pese a todo, el comunicado de la Reserva Federal celebra los avances: “Desde principios de año, las condiciones del mercado laboral han mejorado y la tasa de desempleo ha aumentado, pero sigue siendo baja. La inflación ha avanzado hacia el objetivo del 2%, pero sigue siendo algo elevada”.
El efecto de las elecciones
Sin embargo, los últimos acontecimientos empiezan a indicar que el recorte en diciembre no se puede dar por sentado. Y mucho menos los cuatro adicionales previstos para 2025, que consolidarían el aterrizaje suave (bajar la inflación sin comprometer el crecimiento) que Powell ha vendido durante los últimos meses. Su esperada comparecencia no ha ofrecido una pista concluyente al respecto, fiel a su estilo del meeting by meeting (el equivalente monetario del partido a partido). “Todavía tenemos seis semanas más para ir mirando los datos”, ha dicho. Aunque ha reiterado que es tan arriesgado moverse demasiado rápido como demasiado lento, el presidente de la Fed sí ha reconocido que, a medida que se acerquen al tipo de interés neutral, tendrán que ir ralentizando el ritmo de los recortes.
Powell ha descartado irse si Trump se lo pide
Sobre la incidencia del resultado electoral, el banquero central ha diferenciado los tiempos. Por un lado, ha mandado un mensaje de tranquilidad acerca del impacto inmediato de la victoria de Trump en las próximas decisiones de la Fed: “A corto plazo, las elecciones no tendrán efectos sobre las decisiones de política monetaria”. Por el otro, en cambio, ha reconocido que tendrán que empezar a incluir en su modelo los posibles efectos de las medidas que vaya aprobando la nueva Administración, sobre las que no se ha querido mojar: “No sabemos qué decisiones se van a tomar y la influencia que tendrán sobre nuestro mandato”.
Solo hay un aspecto en el que Powell no ha ofrecido el más mínimo espacio a la especulación: la independencia del organismo. Sobre si se irá si el nuevo presidente se lo pide —finalmente todo indica que Trump lo mantendrá en el cargo, pese a la oposición de algunos de sus asesores—, el banquero central más poderoso del mundo ha sido lacónico: “No”. Su mandato acaba en 2026. Y lo mismo ha dicho sobre la intención de la Casa Blanca de imponer a algunos afines en el FOMC: “La ley no lo permite”. El resto de preguntas políticas no han obtenido respuesta. De momento, Trump no le marca la agenda a la Fed.
Fuente El Confidencial