Por Daniel Romero
En un reciente acto en Moreno, Cristina Fernández de Kirchner, la ex presidente del gobierno mas corrupto de la historia, realizó declaraciones que no solo revelan un alto grado de cinismo, sino que también intentan reescribir la historia a su antojo. Tras el fallo de la Cámara de Casación que la condenó a seis años de prisión e inhabilitación perpetua para ejercer cargos públicos, Kirchner optó por desviar la atención de su situación legal hacia un discurso que mezcla victimización y deslegitimación de las instituciones.
Durante su intervención, Fernández de Kirchner afirmó que “como no le pueden dar una piña, hacen cosas como las que hicieron hoy en Comodoro Py”, insinuando que la condena en su contra es parte de una violencia política sistemática que, según ella, se intensifica por su condición de mujer. Este argumento, aunque puede resonar en un contexto de lucha por los derechos de las mujeres, se presenta como una táctica de distracción ante la abrumadora evidencia que sustenta su condena. Al afirmar que “todo te lo hacen 20 veces más difícil” por ser mujer, Kirchner parece ignorar la naturaleza de los delitos por los que fue juzgada, como si su condición de género pudiera absolverla de responsabilidad.
Es importante destacar que, en el momento de la lectura del fallo, Kirchner había organizado un acto con mujeres en Moreno, una localidad que ha mantenido una relación cercana con ella gracias a la intendenta Mariel Fernández. Este movimiento no solo sugiere una manipulación de la narrativa, sino que también pone de manifiesto una estrategia de comunicación que busca capitalizar la empatía hacia las mujeres en situaciones de vulnerabilidad, mientras ella misma se encuentra en el ojo del huracán por corrupción y abuso de poder.
El cinismo de Kirchner no se limita a su discurso; se extiende a su intento de cambiar la percepción pública sobre su condena. Al afirmar que su sufrimiento es mínimo en comparación con el de otras mujeres que enfrentan situaciones de violencia extrema, parece trivializar las luchas reales de miles de mujeres en Argentina, por las que nada hizo durante sus mandatos.
Su retórica es un intento de posicionarse como una mártir política, cuando en realidad es una figura acusada de graves delitos, cuya condena ha sido respaldada por pruebas contundentes.
En conclusión, las declaraciones de Cristina Kirchner en Moreno son un claro ejemplo de cómo el kirchnerismo manipula la política y la utiliza para distorsionar la verdad, solo para lograr sus propios beneficios.
UN SI DIGO: Llama la atención como los medios de comunicación se refieren a la condenada como ex PresidentA. Insólito lavado de cerebro.
Todas las palabras terminadas en el sufijo ente son neutras, o sea, no son ni masculinas ni femeninas, e incluso citan los ejemplos asegurando que son muchos y sobran: ”gerente, inteligente, teniente, prudente, paciente, exigente, etc., etc., etc.”. Del mismo modo, muchas palabras terminadas en a se refieren al masculino, ejemplos: futbolista, pianista, tenista, periodista, etc., etc.”
Quien preside un ENTE es Presidente
Abrazo, medalla y beso