La serie del momento de Netflix, ‘Asalto al Banco Central’ , de Daniel Calparsoro , versa sobre un hecho real, el atraco que una banda perpetró el 23 de mayo de 1981 en la sede de la entidad bancaria en Barcelona. Los creadores usan las identidades reales de los personajes y presentan al teniente general Emilio Alonso Manglano como el organizador del asalto y responsable de varios hechos delictivos. Es una grave acusación que no sólo no está probada, sino que hay sobradas pruebas y evidencias de su falsedad, entre ellas los manuscritos privados del propio Manglano, desvelados en el libro ‘El jefe de los espías’ .La serie sostiene que Manglano había reclutado a un grupo de atracadores de bancos liderado por un anarquista para realizar operaciones encubiertas, incluidos «robos, secuestros y chantajes», palabras que en la serie ponen en boca del militar. Todo ello al servicio de Carrero Blanco , que murió en un atentado ocho años antes.El guion de Netflix asevera que Manglano les encarga asaltar el Banco Central de Barcelona para recuperar unos documentos del 23F guardados en una de las cajas de seguridad, la 156. A cambio de ese trabajo se llevarían los 800 millones de pesetas que había en el banco y huirían por las alcantarillas a través de un butrón. Manglano les habría dado los planos y las instrucciones. El sábado 23 de mayo de 1981, el mismo día que se produce el asalto, el BOE publica el Real Decreto -firmado por el Rey Juan Carlos la víspera- mediante el que se nombra al teniente coronel de infantería Emilio Alonso Manglano director del Centro Superior de Información de la Defensa (Cesid). Así, cuando los once asaltantes entraban en la entidad bancaria, Manglano acababa de ser nombrado al frente del servicio de inteligencia, un mundo al que era hasta entones ajeno, pero ni siquiera había tomado posesión del cargo, como evidencian sus notas. Los atracadores entraron en el banco unos minutos después de las 9 de la mañana. A las 09:30, cuando la información aún no había llegado al ministro de Defensa, Alberto Oliart llama a Manglano: «Me llama para decirme que el lunes por la mañana quiere que tome posesión. Ya me dará noticias», anota el militar.Anotaciones de Emilio Alonso Manglano del día que se produce el asalto del Banco Central, cuando se le comunica que tome posesión del cargo de director del Cesid ABCEs dos horas después cuando el ministro de Defensa telefonea de nuevo a su subordinado: «Me llama para hablarme del asunto del Barcelona (asalto al Banco Central) [entre paréntesis en el original]. Que vaya a verle. Al llegar me explica el asunto y me dice que debo irme al Cesid». Los atracadores, para generar confusión, habían exigido la liberación de los detenidos del golpe del 23F, del que se cumplían tres meses exactos, a cambio de dejar salir a los más de 200 rehenes. Eso hizo pensar a las autoridades que en el grupo de asaltante podría haber guardias civiles o militares. De ahí que el Ministerio de Defensa y el Cesid intervinieran . Portada de ABC del 24 de mayo de 1981Finalmente no los hubo, y el comando de ultraderechistas resultó estar liderado por un atracador de bancos de ideología anarquista, Juan José Martínez Gómez. Éste fue, tras su detención, quien señaló a Manglano. Tanto el teniente coronel Tejero como otros militares presos renunciaron a ser liberados y se desvincularon de los asaltantes.Las sospechas del ministroA las 15:30 Oliart vuelve a llamar a Manglano para que vaya a verle «a su casa». El ya director del Cesid anota las sospechas del ministro, pero no se concretan: «Piensa que detrás de lo de Barcelona hay algo, que puede ser un detonante. Analizamos el tema». Tres horas después, Oliart lleva a Manglano en el Cesid (se entiende que comparten el coche oficial del ministro). Ambos entran a la sede del servicio de inteligencia: «Allí le dan una explicación de lo que puede ser lo de Barcelona». Manglano se vuelca hasta la madrugada en este asunto que lo había llevado a su nuevo despacho dos días antes de tiempo: «Me quedo hasta las 03:00 en el Cesid».Día siguiente al asalto, cuando Manglano anota que acudió al Cesid ABCAl día siguiente, domingo, Alberto Oliart valora ir a Barcelona, pero finalmente se queda en Madrid. A las 10 recibe en su domicilio a una comitiva de cinco militares del Cesid compuesta por Manglano, Narciso Carreras -su predecesor-, Javier Calderón -entonces secretario general del Centro-, Juan Jáudenes -jefe de la división de Interior- y Santiago Bastos, que era jefe del área de Involución (dependiente de Jáudenes), la que se dedicaba a frenar intentonas golpistas. Los cinco analizan la situación y «la conveniencia o no de aplicar la ley antiterrorista al grupo». Bastos y Manglano son partidarios de hacerlo; «Jáudenes menos».Ya el lunes 25 de mayo se produce la toma de posesión de Emilio AlonsoManglano como director del Cesid. El acto tiene lugar en el despacho del ministro de Defensa. «Tras la lectura del decreto y el juramento unas palabras del MD», anota Manglano refiriéndose al ministro de Defensa, que destacó lo siguiente: «Se ha elegido (a Manglano) por sus cualidades humanas, morales y de historial profesional» . Es harto improbable, por no decir imposible, que Manglano tuviera algo que ver con el asalto al Banco Central de Barcelona, pues no sólo no había posesión del cargo de director del Cesid, sino que el militar nada tenía que ver con los servicios de inteligencia hasta ese momento. El entonces teniente coronel Emilio Alonso Manglano era el jefe de la Bripac, los paracaidistas del Ejército. Fue en el cuartel general de Alcalá de Henares donde el ministro Oliart lo conoció personalmente, y le causó una grata impresión. Frenar el golpismoEl Cesid no sólo había fracasado en los prolegómenos del 23F, de los que no alertó, sino que algunos de sus elementos eran conniventes. Fue por eso que el Gobierno buscó a un militar comprometido con la democracia para situarlo al frente del servicio de inteligencia. Era muy importante que no estuviera vinculado al Cesid, pues el Gobierno de la UCD quería romper con el pasado y frenar el involucionismo. En sus primeros años al frente del Centro el asunto que más ocupó a Manglano, según sus notas diarias, fue precisamente controlar a los exaltados que trataban de derribar la frágil democracia española. Tan es así, que radiografió las distintas tramas involucionistas y las agrupó con nomenclatura propia de la Inteligencia: «H1, civiles con voluntad de golpe y pretensión de actuar», «H2, militares que buscan fomentar la división en el Ejército» y «H3, presión institucional». Además, hubo otro intento de golpe que el Cesid consiguió neutralizar y que tenía como objetivo actuar el 27 de octubre de 1982. Exactamente la víspera de la victoria electoral de Felipe González por primera vez en democracia.Hay más: en su juventud, Manglano fue uno de los últimos juanistas, algo ciertamente arriesgado tratándose de un militar en tiempos de Franco, y estuvo implicado en el IV Congreso del Movimiento Europeo, la reunión de 118 políticos españoles de todas las tendencias ideológicas del antifranquismo salvo el Partido Comunista que el régimen de Franco bautizó como «el contubernio de Munich». Además, en esos años realizó distintos informes sobre cómo debería evolucionar el Ejército en ese anhelado país en democracia. El malo de la película El final de la serie reconoce que la participación de Manglano «no se pudo probar», pero el guion pivota sobre esa teoríaComo jefe de los «paracas» durante el 23F, Manglano había ordenado a sus soldados prepararse para intervenir en defensa de la democracia. De hecho, el 23F telefoneó al general José Gabeiras, jefe del Estado Mayor del Ejército (JEME): «La brigada está concentrándose y dentro de dos horas estará disponible y a sus órdenes», le dijo. Los documentos que Manglano habría ordenado recuperar resultan ser, según la serie, la composición del Gobierno provisional que se habría formado de haber triunfado el golpe. Estaría presidido por el General Alfonso Armada y, siguiendo otra teoría nunca demostrada, de él formarían parte Felipe González -como vicepresidente-, Manuel Fraga, Peces-Barba y Ramón Tamames, entre otros, dando alas a la teorías de la conspiración que sitúan a representantes de todos los partidos de acuerdo con Armada, Milans y Tejero.El actor Miguel Herrán interpreta al líder de la banda que asaltó el banco, Juan José MartínezEn el último capítulo de la producción audiovisual aparece un rótulo en el que se reconoce que la participación de Manglano en el asalto «no se pudo probar», después de haberlo señalado como culpable durante toda la serie.
Fuente ABC