La Comisión Europea recriminó en enero de 2012 a España la gestión que venía haciendo desde 2008 en cuanto a cambio climático y derechos de emisión . Una competencia que hasta veinte días antes había estado en manos de la ahora aspirante a vicepresidenta de la Comisión Europea para la Transición Limpia, Teresa Ribera, como secretaria de Estado de Medio Ambiente con José Luis Rodríguez Zapatero. En una misiva enviada el 20 de enero de 2012, la entonces comisaria de Acción por el Clima, la danesa Connie Hedegaard, se dirigía al recién nombrado secretario de Estado de Medio Ambiente, Federico Ramos de Armas, del Gobierno de Mariano Rajoy para recriminarle el incumplimiento de los compromisos alcanzados por nuestro país. «España se comprometió a limitar a un 15% el incremento de sus emisiones de gases de efecto invernadero, respecto a 1990, entre 2008 y 2012. Durante este período, sin embargo, las emisiones de gases de efecto invernadero de España han superado este límite por un margen significativo del 14% aproximadamente», reprochaba la comisaria. «Esto equivale a un desfase acumulado de unos 143 millones de toneladas de dióxido de carbono solo en los tres primeros años», continuaba la entonces dirigente europea, pidiendo que se le informara sobre las medidas previstas para «garantizar que España cumpla el Protocolo de Kioto», dada la importancia de ello «para que la UE siga dando ejemplo en la lucha contra el cambio climático».Noticia Relacionada estandar No El PP pedirá que Zapatero comparezca en Europa tras las elecciones en Venezuela Emilio V. Escudero Los populares exigen también que el Gobierno llame a consultas al embajadorComo secretaria de Estado, Ribera tuvo la competencia de Medio Ambiente durante todo el segundo gobierno de Rodríguez Zapatero , desde el 22 de abril de 2008 hasta el 30 de diciembre de 2011, aunque el ministerio estuvo en manos de dos ministras distinta s: Elena Espinosa de 2008 a 2010 y Rosa Aguilar de 2010 a final de 2011. Y en la primera legislatura de Rodríguez Zapatero, Ribera había dirigido la Oficina Española de Cambio Climático, desde febrero de 2005 hasta que fue designada secretaria de Estado. Antes de salir del Gobierno, Ribera había intentando calmar las alarmas de Bruselas poniendo a la comisaria «al corriente» de sus «políticas y medidas suplementarias previstas», fundamentalmente, la asignación de presupuesto para comprar derechos de emisión que redujeran la contabilidad de las emisiones españolas ante la incapacidad de rebajarlas. Derechos que, además, eran muy caros. Por eso, esta información no había tranquilizado a la danesa, que echaba en falta medidas de mitigación y que, con lenguaje muy diplomático, decidió enviar la citada misiva en cuanto cambió el Gobierno en España . Su preocupación se percibía, además, porque incluyó advertencias claras de posibles sanciones a nuestro país si no se enderazaba la gestión hecha hasta ese momento. «Tanto el Protocolo de Kioto como la legislación pertinente de la UE contienen medidas precisas en materia de cumplimiento y ejecución, incluidas las sanciones que deben aplicarse en caso de que los Estados miembros no cumplan su objetivo de reparto de la carga», avisaba la política danesa. Para ello, recordaba tanto las decisiones adoptadas por el Consejo Europeo como por el Ejecutivo comunitario. «Le agradecería me pusiera al tanto de la situación en que se encuentra la aplicación de las medidas previstas», pedía la comisaria, que se despedía instando a que se le contestara «tan pronto como sea posible» y subrayando que la carta era «una comunicación informal» cuyo objetivo era «evaluar la situación dos años antes de que finalice el primer período de compromiso». Finalmente, España cumplió sus compromisos tras recibir la competencia Federico Ramos de Armas y con Miguel Arias Cañete como ministro del ramo. La gestión que Ribera hizo en cambio climático en la etapa de Rodríguez Zapatero es otro punto negro en su expediente al que se ha unido ahora, y ya para siempre, su inacción en la DANA.
Fuente ABC