A la vista de las recientes postales de Javier Milei en el escenario internacional quedó en claro que el Presidente se encamina a encuadrar a la Argentina en una diplomacia flexible, ajustada según los actores presentes y totalmente novedosa en materia de gestos o discursos.
Varios hechos acaban de mostrar recientemente esta política exterior “guiada por caprichos ideológicos” como le llaman algunos analistas o “pragmatismo directo”. Esto es: la reunión de Milei con Donald Trump en Miami con elogios sobrados, el encuentro en Brasil con su par chino Xi Jinping, las diatribas contra el documento de la cumbre del G20 y las visitas que recibió del presidente francés Emanuel Macron o la premier italiana Girogia Meloni.
Todos estos pasos fueron movimientos de ajedrez en la nueva diplomacia que se configura Milei para la Argentina y que marcan un nuevo rumbo en la política exterior más allá de los eventuales beneficios o no que pueda cosechar el país.
Desde esta perspectiva, Fulvio Pompeo, el secretario de Relaciones Internacionales del PRO y hombre cercano a Mauricio Macri destacó que “una política exterior inteligente es aquella que permite tender y mantener puentes con socios relevantes en un marco de respeto a las diferencias, evitando confrontaciones ideológicas que dañen oportunidades de inversión y comercio que tanto necesita Argentina”. Se trata de una manera diplomática de describir la política exterior de Milei.
El exembajador macrista en China, Diego Guelar, fue más directo en su apreciación: “el Presidente ha logrado articular una síntesis entre dogmatismo y pragmatismo”, dijo en diálogo con El Cronista. Esto se vio reflejado en los vínculos que estableció Milei con Brasil, la Unión Europea, los Estados Unidos, China e Israel. “Falta relativizar la obsesión con los organismos multilaterales como la ONU y la OEA”, dijo Guelar en abierta referencia a las críticas contra esos organismos.
En esta misma línea de análisis de pragmatismo puro de la política exterior, el exembajador argentino en Vietnam Felipe Fridman dijo que “habrá que acostumbrarse a una política exterior no convencional. Mas personalista ya que Milei prioriza su mensaje ideológico, los contactos con empresarios y negocios y tiene un mensaje que lo convirtió en un personaje”.
Desde la mirada de la oposición hay una crítica permanente al esquema de política exterior desplegado por Milei. El ex secretario de islas Malvinas de la Cancillería Daniel Filmus remarcó ante este medio que la política internacional del Gobierno hoy “está más guiada por caprichos ideológicos del presidente que por defender los intereses argentinos”. Recordó así la ruptura con el BRICS, el aislamiento del resto de los países de América Latina o la no priorización del Mercosur.
Sobre la relación tirante de Milei con sus vecinos del Mercosur, Filmus señaló que “son todos nuestros socios comerciales y con quienes nos interesa profundizar esa relación justamente para que el intercambio comercial permita tener las reservas, los dólares que necesitamos para el desarrollo”.
Por ello, el exfuncionario de Alberto Fernández calificó esta posición de “una gravedad inusitada”. También Filmus cuestionó los votos recientes de Argentina en Naciones Unidas contra los derechos de las mujeres o de los pueblos indígenas a la vez que el aislamiento respecto de la agenda de sustentabilidad ambiental mundial
La política del Gobierno sobre el caso de las islas Malvinas también fue eje de cuestionamientos. El exsecretario de la Cancillería dijo que “las posiciones de Argentina en contra de los votos de las grandes mayorías va a condicionar, sin lugar a dudas, y va a marcar una nueva relación respecto del tema de Malvinas, donde nuestros principales aliados, los principales países que nos apoyan en el reclamo, ven con asombro que justamente no es recíproco ese apoyo respecto de los intereses del sur global”. Así, Filmus destacó que “hay más caprichos ideológicos del Presidente que defensa de los intereses argentinos”.
El exembajador argentino en Estados Unidos Jorge Argüello remarcó sin vueltas que la política exterior del gobierno de Milei “acomete contra molinos de viento que el propio discurso del Presidente genera en su empecinamiento por comprimir el complejo entramado global de intereses entre las rígidas paredes de su cubo ideológico”.
Desde esta perspectiva, Argüello recordó que Milei terminó suscribiendo, en la Cumbre de G20, la declaración de los Jefes de Estado que está plagada de definiciones que no comparte y combate. También subrayó contradicciones como el acercamiento de China que ha pasado de ser una “asesina dictadura comunista” con la que no negociaría a ser un “socio comercial interesante, que no pide nada, solo que no lo molesten”.
Así, el exembajador en Washington sostuvo que “la actual política exterior argentina adolece de cualquier forma de consenso político interno. Se toman decisiones que cambian, de la noche a la mañana, posiciones históricas de nuestro país en los ámbitos multilaterales, con el costo que ello supone para el país”.
Desde una mirada más contemplativa de la política exterior, el exembajador en Brasil Juan Pablo Lolhé dijo que “Milei está cerca de Trump y de Israel, lejos de América del Sur”. Por ello añadió que para tener un proyecto liberal global “hay que comenzar por consolidar una propuesta de unidad nacional”. El exdiplomático de Menem destacó la baja de la inflación, del déficit fiscal y la liberación cambiaria como “punta pie inicial para para la transformación productiva y el inicio de la integración regional”.
En la Cancillería hay una visión muy crítica de Milei. Está claro que los recortes recientes al Ministerio de Relaciones Exteriores y las críticas del presidente a los diplomáticos no ayudan en nada. “Quien quiera formular o diseñar una política exterior moderna y a la altura de las necesidades del país, debe considerar, primero, cuáles son nuestros intereses nacionales, a defender como autonomía estratégica, que es lo que el país pide, y que pueda devolver tramos de lo que significó siempre la soberanía nacional”, dijo el exembajador en Angola y Uruguay Julio Lescano.
Esta disyuntiva plantea los problemas que hoy ven en Milei para lograr que la diplomacia empresarial y comercial vuelva a brillar. “La diplomacia comercial y empresarial es ultra necesaria”, dijo Lescano. Pero para ello cree que se necesita de “una diplomacia profesional preparada para esta tarea, de profesionales que conocen cada detalle de lo que tienen que hacer en sus 200 sedes en el exterior y embajadores de la era digital. Solamente los profesionales de la Cancillería conocen qué significa esto”.
Fuente El Cronista