Camperas de cuero, pantalones engomados, sus rastas impresas en las remeras y miles de personas que se acercan al Movistar Arena para vivir uno de esos rituales, que pocas veces se repite. Lenny Kravitz regresó a Argentina a sus 60 años y, a este punto, la edad se convierte en algo anecdótico: su talento, su voz y su despliegue artístico lograron absorber a cada uno de los presentes.
¿Qué hay detrás del icono del rock?… “Tiene muy clara la vida”, asegura una fanática antes de ingresar al predio de Villa Crespo. Lo cierto es que además de ser cantante, multiinstrumentista, productor, actor (y la lista continúa), Lenny se encarga de defender la espiritualidad y gratitud como bandera. “Let love rules”, dejar que el amor nos gobierne: un lema que permanecería durante toda la velada.
Acompañado por su banda -“Mi familia”, aclara el músico-, abre el show con el clásico “Are you gonna go my way” y el público se enciende de inmediato. Minutos más tarde, el “Olé Olé Lenny Lenny” colma el recinto y él, emocionado, se arrodilla sobre el escenario como símbolo de agradecimiento. “Listen, escuchen (…) Buenos Aires es de mis lugares favoritos en la Tierra”, enfatiza.
De ahí en más, la noche se llena de magia y nostalgia, pero también de épica y gritos ensordecedores. “Es el verdadero rockstar”, celebra una seguidora, entre lágrimas.
Después de cinco años, Lenny regresa al país para presentar las canciones de su nuevo álbum “Blue Electric Light”, bajo la producción de DF Entertainment, donde se distinguen melodías enérgicas, acompañadas por los riffs de guitarra, un trío de vientos y los solos de bajo marcando el pulso del show.
Él, por su parte, se da el lujo de estar presente en todos los detalles: se cuelga la viola, el bajo, arma y desarma su propio coro de voces, y danza de un lado al otro del escenario como si se tratase de una pista de baile. Romántico, como de costumbre. Llamativo, porque no puede (ni quiere) evitarlo.
El clima va en creciendo al igual que la lista de temas. Lenny empieza por los más recientes hasta recorrer cada uno de los hits que marcaron su carrera: desde “Stilness of heart” a “Belive” y “It Ain’t Over ‘Til it’s Over”. Mientras que deja el broche de oro para el final: “Again”, “American Woman”, “Fly Away” y “Let Love Rules”.
De a poco, lo que era un show se convierte en una experiencia religiosa. “Hoy todos somos uno”, celebra el cantante, frente a los miles de flashes que lo apuntan desde las plateas. Luego, un niño se sube escenario para darle un abrazo. “El futuro”, señala Lenny.
A sus 60 años, el compositor oriundo de New York se pasea por los diferentes géneros sin complicaciones. Así, entrelaza sonidos del rock, blues, soul y balada, hasta tintes de un reggae revolucionario.
Antes de finalizar la noche, se baja del escenario y camina por todos los pasillos del Movistar Arena. Se cuelga la bandera argentina a los hombros y repite “Let love rule, love transcends all space and time”: dejemos que el amor gobierne, el amor trasciende todo tiempo y espacio. Lenny trasciende todo tiempo y espacio, y a eso, no hay con qué darle.
Fuente El Cronista