El Fortín llegó a las finales de las copas LPF y Argentina y viene ganando títulos de Reserva e Inferiores. Allí está la gran inversión.
Vélez podría virtualmente coronar si gana este sábado, e incluso si no ganara, hacerlo después del resultado de Talleres el domingo. Al paso que vamos, todos los posibles challengers se han ido bajando solos por no dar la talla en el momento de los bifes. River hace una semana, Huracán el lunes y Racing ayer.
Incluso cuando el propio líder, después de un espléndido sprint de seis triunfos seguidos, había empezado a sufrir el síndrome del que tiene que aguantar desde arriba a los que vienen empujando.
Lo que generó Vélez antes de esta meseta de triunfos ajustados y empates fue el reservorio de puntos al que nadie llega y la imagen de mejor equipo del torneo, y acaso del año en la suma de competencias. Finalista de la Copa de la Liga (que perdió por penales) y de la Copa Argentina, llega también a esta posición en el torneo largo y dejando una impresión: en sus mejores momentos, jugó mejor que todos los demás.
Esto, sin haber contado con los presupuestos más privilegiados para armar un plantel largo, que sigue sufriendo bajas hasta en los últimos días (Thiago Fernández, la última). Pero sí, en cambio, con el fruto de las inversiones lúcidamente pensadas en las divisiones formativas.
Debajo de este equipo que está a un pasito de darle la máxima alegría a su gente, hay una Reserva que fue tricampeona 23/24 y la 5ª, 6ª, 7ª y 8ª que también dieron vueltas olímpicas.
Fuente OLE