Por Daniel Romero
En Argentina, la realidad de la tortura y los juicios basados en testimonios cuestionados y pagados ha sido una constante para muchos militares detenidos. Estos procesos judiciales, en muchos casos, han sido alimentados por testimonios irregulares proporcionados por individuos politizados, cuya capacidad para recordar hechos o voces tras 40 o 50 años es altamente discutible. Esta situación no solo plantea serias dudas sobre la veracidad de las acusaciones, sino que también refleja un patrón sistemático de violación de derechos humanos fundamentales.
Condiciones carcelarias criminales
Recientemente, durante un acto judicial, se evidenció la alarmante situación de varios detenidos, muchos de ellos de avanzada edad y con graves problemas de salud. Estos internos se encuentran en condiciones carcelarias que no solo son inadecuadas, sino que también comprometen su bienestar y dignidad. Casos de detenidos con enfermedades severas, incluidos aquellos en tratamiento oncológico, demencia y problemas cardíacos, fueron presentados durante la audiencia. A pesar de sus condiciones críticas, las solicitudes de prisión domiciliaria han sido sistemáticamente rechazadas, incluso ante informes médicos que recomendaban su concesión.
Falta de atención médica y especialización
La falta de atención médica adecuada es otro aspecto crítico que se ha puesto de manifiesto. La ausencia de especialistas en geriatría y la precariedad de la infraestructura carcelaria agravan aún más la situación. Los detenidos han denunciado la falta de respuesta a sus necesidades médicas urgentes, lo que pone en riesgo su salud y bienestar general. Esta negligencia no solo es una violación de los derechos humanos, sino que también contraviene las normas internacionales que protegen a las personas mayores.
Cuestionamiento de la vergonzosa legalidad y ética judicial
Más allá de las circunstancias individuales de cada detenido, se ha cuestionado la legalidad y la ética de los procesos judiciales en curso. La aplicación de la Convención sobre los Derechos de las Personas Mayores, que establece la protección de los derechos de los ancianos, es fundamental en este contexto. Esta convención garantiza el acceso a atención médica adecuada y la posibilidad de morigeración de la pena en casos de enfermedad grave, derechos que están siendo sistemáticamente ignorados.
La urgente necesidad de justicia para dejar de lado el gatopardismo
Es imperativo que se garantice el respeto a los derechos humanos de todas las personas, independientemente de su pasado o afiliación política. La justicia debe asegurar un trato digno y humano para aquellos que están privados de su libertad. La imparcialidad, la transparencia y el debido proceso son principios fundamentales que deben ser defendidos en todos los ámbitos del sistema judicial.
La situación actual en Argentina es un llamado urgente a la acción. Es esencial que tanto las autoridades como la sociedad civil se comprometan a erradicar estas violaciones sistemáticas de derechos humanos y a garantizar que todos los detenidos reciban el trato y la atención que merecen. La justicia no puede ser un privilegio, sino un derecho fundamental para todos.
Descripción de la situación y dolorosos testimonio de algunos de los detenidos
En una audiencia convocada por la Cámara de Apelaciones del fuero, que se llevó a cabo el 12 de diciembre de 2024, se expusieron serias preocupaciones sobre las condiciones de detención de adultos mayores en el sistema penitenciario argentino. La audiencia, que tuvo lugar a las 10:30 horas, fue presidida por el doctor Martín Yadarola, interinamente a cargo del Juzgado Nacional en lo Criminal y Correccional N° 27, mientras que la doctora María Fernanda Martínez actuó como titular de la Secretaría N° 124.
Representantes de diversas instituciones, incluidos abogados, funcionarios del Servicio Penitenciario Federal y miembros del Ministerio Público Fiscal, se hicieron presentes para abordar la situación de los internos de edad avanzada, quienes enfrentan condiciones de salud críticas y un tratamiento que muchos consideran inadecuado y deshumano.
Durante la audiencia, se destacó que el Juzgado había rechazado en dos ocasiones la realización de esta audiencia, a pesar de la orden de la Cámara, lo que pone de manifiesto la resistencia del sistema judicial a abordar las preocupaciones sobre los derechos de los adultos mayores en prisión. Los accionantes, representados por la Asociación de Abogados por la Justicia y la Concordia, argumentaron que los internos son tratados como “perros” y que sus derechos, garantizados por pactos internacionales firmados por Argentina, están siendo sistemáticamente vulnerados.
Testimonios de los Internos
- Esteban Adolfo Sanguinetti (Pabellón A, Unidad 34):
- “Estoy detenido desde julio de 2018. He solicitado prisión domiciliaria en cinco ocasiones y en todas me la han rechazado. En mi pabellón han fallecido nueve personas en los últimos años. Muchos de nosotros padecemos enfermedades graves y no recibimos la atención médica que necesitamos. Hay días en que no hay ni siquiera medicamentos básicos.”
- Daniel Lucero (Pabellón D, Unidad 19): – “Tengo 72 años y estoy en prisión desde hace más de nueve años. Padezco un síndrome vertiginoso que no tiene solución. Aunque me han atendido, la atención no es suficiente. Hay compañeros que están mucho peor, y no hay manera de conseguir la ayuda que necesitamos.”
- Juan Amelong (Casa 1, Unidad 19):
- “Mis compañeros de pabellón tienen problemas de salud que no son atendidos. Antonio Jesús, por ejemplo, necesita cirugía urgente por trombosis, pero no le han dado la atención necesaria. Nos sentimos olvidados y desprotegidos.”
3.Rodríguez (Casa 1, Unidad 19):
- “He padecido de síndrome vertiginoso y aunque recibo algo de atención, las condiciones en las que vivimos son inadecuadas. No hay espacio suficiente ni atención para todos nosotros.”
- “La higiene en nuestra unidad es terrible. Hay chinches y cucarachas por todas partes. He solicitado prisión domiciliaria varias veces, pero siempre me lo han negado sin justificación. Estoy cansado de vivir en estas condiciones.”
4. Mason Julio César Argüello (Pabellón 8, CPF VII):
- “Muchos de nosotros tenemos problemas de salud graves. La atención médica es insuficiente, y cuando pedimos ayuda, a menudo nos ignoran. Es una situación desesperante.”
5. Sánchez (73 años):
- “Estoy detenido desde hace más de once años. Padezco enfermedades cardíacas y he solicitado morigeraciones en varias ocasiones, pero nunca obtengo respuesta. Me siento abandonado.”
6.Pomares (70 años):
- “Estuve detenido desde 2010 hasta 2017, cuando fui absuelto. Ahora tengo problemas de salud que requieren atención, pero no hay recursos suficientes para atender a todos los internos.”
7López (82 años):
- “Llevo 17 años en prisión, y tengo múltiples enfermedades, incluyendo problemas cardíacos y cáncer de colon. La atención que recibo es mínima y no se compara con lo que realmente necesito.”
8.Fleba (caso mencionado por Pomares):
- “No pude estar con mi esposa cuando falleció de cáncer porque las restricciones de visita no me lo permitieron. Esto ha sido devastador para mí.”
9Testimonio de otro interno (nombre no especificado):
- “He sufrido varios infartos y la atención médica que me han brindado ha sido inadecuada. Estoy en riesgo constante y no sé cuánto más podré soportar.”
10. Carlos Ruiz (Pabellón 3):
- “Desde que llegué aquí, mi salud ha empeorado. He visto a varios compañeros morir por falta de atención médica. Esto es inhumano.”
11. Antonio Jesús (Pabellón 4):
- “No recibo la medicación necesaria para mi diabetes. Esto está afectando gravemente mi salud, y no sé a quién más recurrir.”
12. Miguel Ángel (Pabellón 6):
- “Muchos internos han perdido la esperanza de recibir atención adecuada. La situación es desesperante, y no veo una salida.”
13. Fernando (Pabellón 2):
- “La falta de actividades recreativas afecta nuestra salud mental. Nos sentimos atrapados y olvidados.”
14.Luis (Pabellón 1):
- “Algunos de nosotros hemos sido víctimas de abuso por parte de los guardias. Esto agrava aún más nuestra situación.”
El doctor Ricardo Saint Jean, abogado de los accionantes, enfatizó que la convención internacional sobre los derechos de los adultos mayores y otros tratados vinculados a la Constitución Nacional deben ser respetados. A pesar de las evidencias presentadas, las autoridades del Servicio Penitenciario defendieron las condiciones de detención, afirmando que se brinda atención médica y respeto a los internos.
El caso de los adultos mayores en prisión se convierte en un tema crítico, que no solo refleja la situación de vulnerabilidad de este grupo, sino también el incumplimiento por parte del Estado argentino de los compromisos asumidos en materia de derechos humanos. La audiencia concluyó sin que se llegaran a acuerdos claros sobre mejoras en las condiciones de detención, dejando a los internos en una situación de incertidumbre y desamparo.
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