El calendario lunar de 2025 incluirá varias Superlunas que marcarán momentos clave para la astrología. Octubre, noviembre y diciembre traerán lunaciones significativas que influirán en nuestras relaciones, recursos y comunicaciones.
Según explicó la astróloga feminista Laura Graffigna en diálogo con Clarín, en el 2025 habrá 3 eventos de Superlunas, marcando los tránsitos planetarios asociados a cada momento, destacando cómo se debe aprovechar la energía de cada fase lunar.
Octubre 2025: La primera Superluna del año y sus desafíos
El martes 7 de octubre marca la llegada de la primera Superluna del 2025, una Luna llena en Aries cargada de tensión. Laura Graffigna advierte que este evento pone en jaque nuestras relaciones y la búsqueda de equilibrio con los demás, exacerbado por las posiciones de Marte y Venus.
Marte estará en Escorpio y en “estado salvaje”, sin aspectos que lo contengan, mientras que Venus estará en Virgo, enfrentándose a Saturno retrógrado en Piscis.
Esta combinación crea un escenario donde el deseo y su expresión se ven desalineados, lo que podría generar conflictos y llamados a reflexionar profundamente sobre nuestras conexiones.
Noviembre 2025: Superluna en Tauro
La segunda Superluna del año llega el 5 de noviembre con la Luna llena en Tauro. Este evento nos invita a replantearnos nuestra relación con el cuerpo y los recursos materiales.
Según Graffigna, Tauro, signo de estabilidad, enfrenta la intensidad de Escorpio, su opuesto complementario, generando preguntas clave: ¿qué estamos reteniendo que ya no nos beneficia?
Es un momento para soltar aquello que nos limita, adoptando una perspectiva regeneradora. La energía de este plenilunio puede resultar desafiante, pero abre la puerta a transformaciones profundas si enfrentamos con valentía lo que necesitamos cambiar.
Diciembre 2025: Una Superluna en Géminis para cerrar el año
La última Superluna del 2025 se dará en Géminis el 15 de diciembre, marcando un cierre cargado de comunicación y revelaciones.
Mercurio, regente de Géminis, estará directo en Escorpio y formando aspectos con Saturno y Júpiter, ambos retrógrados. Según Graffigna, esta configuración podría traer mensajes inesperados que nos desafían emocionalmente.
- La clave estará en cómo elegimos expresar nuestras ideas y emociones, apelando a la empatía y la claridad.
- Esta fase lunar nos impulsa a resolver pendientes, cerrar ciclos y, sobre todo, prepararnos para un nuevo año con aprendizajes valiosos en nuestras interacciones y proyectos personales.
Fuente El Cronista