Por Hernán Cappiello
Redactó una fuerte disidencia en dos resoluciones: una sobre la delegación de funciones en el administrador y otra sobre la jubilación de un empleado de tribunal; está enfrentado al resto de los jueces desde que perdió la presidencia del tribunal
En dos furibundas disidencias ante dos medidas administrativas de sus colegas, el juez de la Corte Suprema de Justicia Ricardo Lorenzetti los acusó de actuar de manera “ilegal”, amenazó con presentar denuncias y sostuvo que “solo la ambición desmedida y la mediocridad”, explican lo que está sucediendo en el máximo tribunal. Fue una escalada inédita en el enfrentamiento interno del máximo tribunal.
Lorenzetti dijo que las decisiones de sus colegas tienen como objetivo concentrar el poder y limitar el margen de maniobra que puedan tener los nuevos jueces que eventualmente ingresen a la Corte, como Ariel Lijo, su ahijado político, y el catedrático Manuel García-Mansilla.
El estallido del juez tiene como trasfondo su deseo de llevar a Lijo a la Corte Suprema para recuperar poder y la resistencia del resto de los magistrados.
Ante las acusaciones de Lorenzetti, desde el otro sector de la Corte Suprema rememoraron medidas tomadas por Lorenzetti cuando presidía el máximo tribunal. Por ejemplo, recordaron que, en abril de 2015, mientras el kirchnerismo impulsaba la destitución del juez Carlos Fayt, Lorenzetti adelantó un año la elección de autoridades de la Corte para asegurarse su continuidad como presidente. Además subrayaron que dictó al menos 14 resoluciones desde que se propusieron los nombres de Horacio Rosatti y Carlos Rosenkrantz para la Corte Suprema, que incluyeron cambios en la estructura administrativa y la creación de más de 50 cargos.
A lo largo de este viernes, Lorenzetti cuestionó resoluciones firmadas por Horacio Rosatti, Juan Carlos Maqueda y Carlos Rosenkrantz. Una de las resoluciones se refiere a la jubilación de un secretario previsional del tribunal. Y la otra, a la delegación de funciones en el secretario general de Administración de la Corte. En ambas, Lorenzetti votó en disidencia y acusó a sus colegas de carecer de “principios morales”.
El enfrentamiento de Lorenzetti con los jueces Rosatti, Rosenkrantz y Maqueda se agudizó el último año. El choque llegó a tal punto que Lorenzetti no concurrió al multitudinario homenaje que se realizó el jueves a Maqueda, que deja el tribunal el 29 de diciembre próximo al cumplir 75.
Las diferencias se suceden desde que Lorenzetti perdió a presidencia de la Corte, cargo que ocupó durante una década y que aspira ansiosamente por recuperar. Se ahondaron además con la propuesta que Lorenzetti le hizo al presidente Javier Milei para promover la designación del juez Lijo como juez de la Corte en una de las vacantes existentes. Las disidencias en los asuntos de administración de la Corte Suprema fueron virulentas, como salió este viernes nuevamente a la luz. De todas formas, los asuntos judiciales no aparecen impregnados por estas desavenencias.
La Corte Suprema, en una acordada, delegó en el secretario legal de la administración Gerardo Gabriel Prataviera la gestión de las licencias, las prorrogas de contratos, la afectación de vehículos y las autorizaciones para ejercer la docencia, entre otras medidas que antes desempeñaban los jueces. Asimismo, en otra decisión, la Corte Suprema decidió crear un nuevo cargo de secretario para que el actual funcionario del tribunal, Silenio Cárdenas, se desempeñe hasta su retiro. Las funciones de Cárdenas, en tanto, las asumirá Asunción Mabel Vieito Ferreiro.
Ante la decisión, Lorenzetti estalló contra Rosatti, Maqueda y Rosenkrantz. En su disidencia sobre las funciones delegadas en Prataviera escribió que “es ilegal” porque “no son los jueces los que deciden, sino un funcionario” y dijo que se hace esto “para que los nuevos integrantes del tribunal no tengan ninguna participación en los temas que les interesan a los integrantes del Poder Judicial”. Fue una alusión a la posible llegada de Lijo o García-Mansilla.
En su escrito, Lorenzetti lanzó una advertencia: “hago reserva de las denuncias y sumarios que corresponda iniciar contra el funcionario que actúe en el cargo ejecutando un acto ilegal”.
Lorenzetti sostuvo que “se condiciona a los nuevos jueces [los que aún no se sabe quienes serán ni cuando asumirán] que pierden la posibilidad de revisar las increíbles contrataciones realizadas durante el año 2024. Lorenzetti dijo que cuando se propuso a Rosatti y a Rosenkrantz, la Corte, bajo su presidencia, “no adoptó ninguna medida extraordinaria” y, en cambio, ahora “se dictaron ciento” con el objetivo de “vaciar de contenido el acuerdo de ministros, y condicionar a los que ingresarán”.
“Se trata no solo de un fin de año, sino de un fin de ciclo”, dijo el juez y cargó contra el reglamento de conjueces aprobado esta semana: “afectará la seguridad jurídica de los precedentes, porque al cambiar los conjueces, cambiarán los precedentes, y además, motivará presentaciones de nulidades”.
Lorenzetti atacó la gestión de Rosatti, dijo que en este año se dictaron 53 fallos con fundamentos propios. “Es decir, que la actividad de debate entre jueces de la Corte para dictar sentencias fundadas, que es la verdadera función del Tribunal, ha sido mínima”. Los números de la Corte, en cambio, hablan de 12.100 causas.
Con respecto de la acordada que prevé la creación de una secretaria previsional paralela, Lorenzetti dijo que “Sólo la ambición desmedida y la mediocridad en los objetivos pueden explicar lo que está sucediendo en esta Corte Suprema”. Y abundó: “la desesperación se apoderó de algunas voluntades”.
Lorenzetti dijo que desde que se anunció la nominación de Ariel Lijo y Manuel García-Mansilla para la Corte, “se han creado cantidades increíbles de oficinas sin sentido, cargos de secretarios de Corte como nunca hubo en el tribunal, secretarios letrados, acordadas para vaciar la decisión del plenario de los jueces delegándolas a secretarios que obedecen a un ministro. Algo nunca visto en la historia de la Corte, que solía tener magistrados con otro nivel de principios morales”.
Sostuvo que esta decisión es “el colmo”. Y mencionó que le había llegado el comentario “de que se presionaba a los secretarios de Corte para que se jubilaran”. “Nunca pensé que eso podía ser cierto, pero la prueba concreta es que en esta decisión se dice que el secretario de previsional, ‘comunicó’ su decisión de jubilarse, cuando nunca lo hizo en el acuerdo de ministros”, argumentó.
“Esta falta de austeridad, de respeto de procedimientos mínimos de transparencia, es todo lo contrario de lo que la Corte dice en sus fallos y lo que la sociedad argentina quisiera ver en sus dirigentes”, se indignó a Lorenzetti que dijo que se trata de una “falta de respeto para los jubilados de Argentina designar a una persona amiga, sin experiencia para gestionar sesenta mil causas”.
Lorenzetti denunció que “no hay concursos, solo designaciones discrecionales, de personas sin prestigio, solo se requiere que sean controladas por un ministro. Realmente es un escándalo” y propuso que “debiera esperarse a que el secretario actual termine con su trámite jubilatorio, decida libremente y sin presiones su retiro, y se llame a concurso público para cubrir el cargo con base en el mérito y no en el vínculo con alguien que invoca un poderío inexistente”.
Fuente La Nación