Atrás quedaron los tiempos en que los congresales recorrían miles de kilómetros para discutir el destino de la patria, debían llegar como pudiesen, a caballo, en diligencias, etc y escoltados por ciudadanos valientes que los protegían de los peligros que podían encontrar en su camino; la meta era llegar y representar lo mejor posible los intereses del lugar que defendían, claro ejemplo fue el Congreso de Tucumán de 1816.
Mucho tiempo pasó desde entonces y los cambios de vida mejoraron tanto en los medios de transporte como, caminos y el uso de “chasquis” para el transporte de documentos y noticias hasta llegar a los sofisticados pero prácticos sistemas informáticos actuales donde el mundo moderno requiere celeridad para resolver cualquier tema que mejore la calidad de vida de los ciudadanos de cualquier punto del país.
No podemos negar que una de las instituciones más importantes que tiene la Argentina es el Congreso Nacional, pero a su vez es una de las más desprestigiadas desde hace años y que se acentúa cada vez más en el paso del tiempo.
La ideología la ha transformado en un foco de poder corporativo que, a mi modo de ver, le hizo perder la esencia para lo que fue creado y que era la de defender los intereses de cada estado provincial y lograr acuerdos que sirvieran para mejorar la calidad de vida ciudadana de los habitantes en general. Son corporativos en general cuando acuerdan beneficios propios como los que ocurren en este momento con el intento de subirse la “dieta” sin tener en cuenta el sacrificio que está haciendo toda la población para tratar de salir del estancamiento en que nos encontramos y en el que el Congreso ha tenido mucha responsabilidad desde hace décadas. También son corporativos en particular puesto que se agrupan por ideologías político partidarias formando “bandos” olvidándose de defender a las provincias en pos de lograr beneficios propios u obstaculizar la obtención de normas urgentes que necesita el país en estos tiempos difíciles.
Es muy común ver comportamientos de diputados y senadores nacionales que se “transforman” cuando salen de la provincia y se reúnen en el ámbito parlamentario arrodillándose a líderes que han dañado mucho los intereses, en este caso de Mendoza. Otros que ocupan bancas nacionales y le hacen perder a la provincia de contar con alguien que nos defienda de forma honrosa y enérgica que son las cualidades mínimas que deben tener los parlamentarios; ejemplos abundan y la pérdida de calidad parlamentaria de Mendoza es notable en el Congreso Nacional.
Retomando los términos de los dos primeros párrafos de la presente y trayéndolos a la vida institucional actual donde vemos que los parlamentarios defienden intereses y beneficios propios a su antojo, los que se reflejan en dietas injustificadas, gastos desmesurados en transporte aéreo principalmente, asesores supernumerarios que es un tema que nunca se resuelve y que es fundamental lograrlo, etc, y todo es porque manejan un presupuesto propio y eso les permite decidir a su conveniencia por tener la “autarquía” que no debería existir en la administración pública, puesto que ese vicio autárquico que poseen los entes nacionales les hace perder el contacto con la vida real de los millones de habitantes de nuestro país.
Se debe volver al sistema salarial general que regía en el país hasta hace muchas décadas cuando no existía tanto uso de los “entes autárquicos” que llevan a que se formen “casi sociedades anónimas” sin control dentro de la estructura estatal nacional y así evitar tentaciones de quienes utilizan al estado para beneficio propio. Si a eso le agregamos que la tarea parlamentaria tanto de diputados como senadores las realicen desde el lugar de donde son originarios en forma online, gracias a la moderna tecnología que posee la humanidad en el presente, se evitarían muchos de los vicios que tiene el sistema en la actualidad y la defensa del actual federalismo se haría en forma más efectiva y transparente, porque ello permitiría observar más de cerca la tarea de quienes nos representan y tal vez así terminaríamos con lo que vemos en la actualidad que muchos parlamentarios que dicen que defienden a Mendoza cuando salen de la provincia se encolumnan en sectores partidarios corporativos que muchas veces van en contra de nuestros intereses provinciales.
Estamos en tiempos de cambio donde el federalismo resurge y debemos animarnos a hacer los cambios que merecemos para tener representación parlamentaria nacional de calidad y confiable.
Este artículo se publicó primero en Mendoza Today.
Fuente Mendoza Today