El narcotráfico en Andalucía va más allá del hachís. Las cantidades incautadas de esta droga (247,1 toneladas en 2023, un 2,4% más que el año anterior), superan con creces las de la siguiente, pero actualmente se está dando con fuerza otra tendencia: la de la entrada de cocaína a través de las narcolanchas, con 26,7 toneladas el año pasado , según los recientes datos de la Estadística Anual presentada por el Centro de Inteligencia contra el Terrorismo y el Crimen Organizado del Ministerio del Interior.
En 2022 habían sido 17,7 toneladas, y todo apunta a que este año volverá a superarse la marca.No en vano, el caso conocido este lunes, de nada menos que siete toneladas en Coria del Río, constituye el mayor cargamento interceptado de esta droga introducido en España por medio de narcolanchas. Pero no se trata de un hecho aislado: a principios de noviembre se conocía como se habían descubierto y requisado 13 toneladas en el puerto de Algeciras en octubre. Es el mayor alijo de cocaína requisado en la historia de España, el segundo de Europa y uno de los más grandes del mundo, que los narcos trataron de meter en el país a través de un contenedor lleno de cajas aparentemente cargadas de plátanos, pero que en realidad, salvo las más visibles, escondían ladrillos de cocaína empaquetados.
Sólo entre estas dos operaciones suman 20 toneladas de esta droga en la comunidad autónoma en 2024.Esta situación refleja de forma cristalina la realidad del narcotráfico en Andalucía: las grandes cantidades de hachís procedentes de Marruecos ahora se compaginan en el contrabando de droga con la cocaína procedente del mercado latinoamericano . La interceptada en Algeciras llegó al puerto del Campo de Gibraltar desde el de Guayaquil en Ecuador. Las mafias de la droga del otro lado del charco se han fijado en Andalucía como estratégica puerta de entrada a Europa y el mercado internacional. Y, para colmo, se han encontrado con una presión mucho menor por parte de las fuerzas de seguridad debido a la desarticulación del Órgano de Coordinación contra el Narcotráfico (OCON-Sur) , que durante los casi cuatro años que permaneció operativo realizaba batidas diarias por la costa gaditana para poner freno a la dramática situación que allí se vive.Sin el OCON, y pese a los esfuerzos ímprobos de los agentes, todas estas mafias tienen vía libre para penetrar ya sea por el Estrecho, por el litoral onubense, malagueño o almeriense, o por la pujante ruta del río Guadalquivir, abierto de par en par para que entren los narcos.
De momento, el único río cerrado (con una valla) para que no puedan pasar es el Guadarranque, que desemboca en la bahía de Algeciras. Por supuesto, el caso de este pequeño río gaditano no es aplicable a todo un mastodonte de la hidrografía como el Guadalquivir.
Una situación muy delicada
Pese a la pérdida de efectivos y de una unidad completamente dedicada a combatir el narcotráfico como era el OCON, desde la jefatura de la Guardia Civil en Andalucía se anunció la incorporación de 640 agentes más , 400 de ellos para la Seguridad Ciudadana, tres embarcaciones de alta velocidad y un refuerzo del Plan Carteia, dentro del que hay una estructura destinada a este ámbito.
Sea como fuere, el problema estructural del narcotráfico en Andalucía pasa por una coyuntura delicada con el auge de otras vías de entrada, además del epicentro de la droga que constituye el Estrecho, así como por la conflictividad y peligrosidad de los narcos.Las peleas entre clanes por el control del territorio y el empleo de armas de fuego durante las huidas de las fuerzas del orden han dejado este año situaciones especialmente delicadas, como la muerte de un narco con dos guardias civiles heridos en Sanlúcar de Barrameda hace un mes tras el impacto de la narcolancha con la patrullera de los agentes o, especialmente, el asesinato de dos guardias civiles en Barbate en febrero. Unos hechos que han puesto el foco en esta lacra que, lejos de desaparecer, sigue aumentando en las puertas de acceso a la comunidad autónoma.
Fuente ABC