Como cada 31 de diciembre, Salamanca ha rendido homenaje a Miguel de Unamuno con motivo del 88 aniversario de su fallecimiento, con una ofrenda floral en la estatua del exrector de la Universidad de Salamanca, filósofo, intelectual y político, obra de Pablo Serrano y situada junto a la casa en la que vivió y murió, en la calle Bordadores. El acto, organizado por la Asociación de Amigos de Unamuno por décimo año consecutivo, ha estado presidido por el alcalde de Salamanca, Carlos García Carbayo, y ha contado asimismo con la presencia del presidente de la Junta de Castilla y León, Alfonso Fernández Mañueco.Antes de la ofrenda floral , se ha celebrado una recepción en el Ayuntamiento de Salamanca y ha tenido lugar el tradicional paseo hasta la calle Bordadores con parada en el medallón de Miguel de Unamuno de la Plaza Mayor, obra de Óscar César Alvariño.Este año, el acto ha tenido un desarrollo diferente al de otras ocasiones, y ha contado con las intervenciones del presidente de honor de la Asociación de Amigos de Unamuno, Francisco Blanco Prieto; del exalcalde de Salamanca, Jesús Málaga; del presidente del Consejo Económico y Social de Castilla y León, Enrique Cabero; y de Pablo de Unamuno, nieto de don Miguel, además de ser presentado por la periodista Ana Hernández. Por su parte, los ciudadanos Alfredo García González y María Teresa Rodríguez Sánchez han sido los encargados de realizar la ofrenda floral.Noticia Relacionada estandar No El legado de Unamuno, clave para «despertar las conciencias» de una sociedad «anestesiada por el todo vale» ABC El presidente de la Junta defiende durante la presentación del último libro de Francisco Blanco en el Teatro Liceo salmantino que el ‘rector perpetuo’ de la Universidad de Salamanca es «el pensador más importante del siglo XX en este país»Durante su intervención, Francisco Blanco ha recordado que Salamanca ha guardado la memoria de Unamuno y la conserva, un recuerdo a un rector «que ha pasado como el mayor intelectual que ha tenido el Estudio en sus 800 años de historia», y a un vecino «honesto», con la «satisfacción de pasear» por donde él «perdió sus pasos, recordándonos que en la vida vale más la verdad que la paz». Por su parte, el alcalde de la primera corporación municipal democrática que rindió este homenaje que ya es tradición a Miguel de Unamuno, Jesús Málaga, ha homenajeado al escritor afirmando que «supo entrar de lleno en el alma de los salmantinos» y recordando que don Miguel fue uno de los «pocos contemporáneos, salmantino de adopción del siglo XX, que ha logrado subir al pódium de la Plaza Mayor».Enrique Cabero, a su vez, ha tomado la palabra sin dejar de mirar hacia la obra de Pablo Serrano, hablando a «don Miguel», a quien le ha confesado su intención de «seguir trabajando, investigando, estudiando, aprendiendo y enseñando de usted». «Le queremos, don Miguel, le echamos de menos, pero seguimos su ejemplo, y vamos a seguir trabajando porque esta Universidad, la más longeva de las universidades en español, siga siendo el alma mater de tantas y tantas personas», ha incidido. En último lugar, Pablo de Unamuno ha agradecido a las autoridades el esfuerzo que hacen para recordar año tras año a su abuelo y el cariño demostrado por cada uno de los asistentes que acuden a este año, que es «enorme». Si este acto tiene éxito es por el calor que ofrecen los ciudadanos de Salamanca. Juegan a caballo ganador», ha señalado el nieto del exrector.La Banda Municipal de Música, bajo la dirección de Mario Vercher, ha puesto la nota musical al evento. En concreto, interpretó antes del comienzo del acto, ‘Trisch –Trasch- Polka’ de Strauss; ‘El café del estudiante’ de Jarre; y ‘El murciélago’ de Strauss. Durante el transcurso han tocado ‘Música para un códice salmantino’ de Joaquín Rodrigo. En la ofrenda ha sonado el himno de España. Y para finalizar ha sido el turno de ‘Cabalgata real’ de Garrigos y de la ‘Marcha Radetzky’ de Strauss.
Fuente ABC