España enfrenta un mercado inmobiliario en constante encarecimiento, una tendencia que lleva una década consolidándose. En 2024, los precios cerraron con un aumento del 7,8% en el segundo trimestre, lo que evidencia la presión que enfrenta el sector. Según los datos más recientes, este comportamiento no solo no se detendrá, sino que podría intensificarse debido a factores estructurales y coyunturales del mercado.
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Albert Sanchis
El experto de Bankinter, Juan Moreno Martínez de Lecea, ha señalado que el panorama actual es histórico. La falta de oferta ha alcanzado niveles sin precedentes, lo que explica en gran parte la escalada de precios. Aunque muchos esperaban que los valores desaceleraran, la reducción en los tipos de interés ha provocado un efecto contrario, impulsando aún más la demanda en un contexto de limitada disponibilidad.
De cara al 2025, se anticipa que los precios continúen subiendo por encima de la inflación. Las previsiones apuntan a un incremento del 5%, según los ajustes más recientes de Bankinter. Este comportamiento se verá particularmente acentuado en grandes ciudades, áreas costeras e islas, donde la concentración de población y la demanda extranjera son especialmente altas.
Otro factor determinante será la política monetaria. Se espera que el Banco Central Europeo reduzca progresivamente los tipos de interés, lo que podría situarlos por encima del 2% el próximo año. Este movimiento actuará como un catalizador para mantener la actividad en el mercado, especialmente en el segmento de compra, impulsado por mejores condiciones de financiación.
A pesar de la fuerte demanda, “no se vislumbran signos claros de una burbuja inmobiliaria en España“, señala Martínez. Los precios actuales, aunque altos, se mantienen por debajo del promedio histórico en relación con los ingresos familiares. Sin embargo, el desequilibrio entre la oferta y la demanda seguirá siendo un desafío a corto y mediano plazo, con un déficit que podría agravarse aún más en los próximos años.
El mercado del alquiler enfrenta dificultades adicionales. La escasez de oferta, combinada con el impacto de la nueva Ley de Vivienda, ha complicado aún más la situación. Muchos propietarios prefieren retirar sus propiedades del mercado o elevar los precios, lo que deja a los inquilinos en una posición cada vez más precaria. Los jóvenes, especialmente, enfrentan barreras significativas para acceder a una vivienda.
El sector inmobiliario español encara un futuro marcado por la persistencia de precios altos y la escasez de oferta. Las políticas económicas y urbanísticas serán cruciales para mitigar estos efectos y garantizar un acceso más equitativo a la vivienda. Sin medidas estructurales, tanto el mercado de compra como el de alquiler podrían seguir alejándose de las capacidades de la mayoría de los ciudadanos.
Fuente El Confidencial