Cuatro años después del brutal crimen de Alfonso, ‘El de Copado’, un hombre de 55 años, con un retraso mental severo que murió a golpes y fue abandonado en un camino de Villaviciosa de Córdoba el 27 de enero de 2021, el único investigado en esta causa se sentará en el banquillo frente a un Jurado Popular acusado de homicidio .
La instrucción llevada a cabo por el Juzgado de Instrucción 2 de Córdoba ha concluido y se ha transformado en Tribunal del Jurado que será el encargado de dictaminar la culpabilidad o no del único investigado por la Guardia Civil -que no se encuentra detenido- después de cuatro años de pesquisas que se han llevado bajo un hermetismo absoluto. El suceso conmocionó a todos los vecinos de este municipio de poco más de 3.000 habitantes, porque Alfonso era como un niño, que paseaba por el pueblo sin hacer daño a nadie, con esa inocencia que le hacía pedir caramelos en el bar. Desde el primer momento todo eran incógnitas. No hubo detenidos y los vecinos temían que el asesino pudiera encontrarse entre ellos.
La Guardia Civil no ha dejado de investigar en todos estos años con importantes pruebas desde el rastreo del campo en busca de indicios a periciales que han pasado por drenar un arrollo para buscar cualquier arma homicida sin dejar atrás el visionado de las cámaras de seguridad o el estudio de las huellas que dejaron los vehículos en el barro del camino. que había próximas a los testimonios de los vecinos. Fuentes judiciales han informado a ABC de que el caso se trasladará a la Audiencia Provincial de Córdoba para ser enjuiciado. Luis, un vecino del pueblo que descubrió el cuerpo ensangrentado e irreconocible de la víctima mientras paseaba a sus perros en el camino en el extrarradio del pueblo, en declaraciones a ABC, basaba su teoría en que Alfonso fue asesinado en ese lugar exacto por alguien que sabía bien que no podía ser visto por unas cámaras de seguridad que vigilan la viña y que la víctima o bien fuera arrastrada hasta donde se halló el cuerpo -para lo que serían necesario al menos dos personas porque es muy corpulento- o que Alfonso, moribundo, acabara en ese punto de la alambrada a unos metros.
Barro e imágenes de la viña El Juzgado de Instrucción que ha investigado los hechos ordenó el secreto de sumario que ha llegado hasta esta ultima fase. Este mismo testigo vecino de Villaviciosa recordaba además cómo el día anterior al crimen había llovido . El suelo tenía un poco de barro pero ese día no llovió. Las huellas de los vehículos que habían podido llegar hasta allí o de los que habían paseado quedaron grabadas pero aun no se han identificado, como tampoco las imágenes de las cámaras de seguridad que miran desde lo alto de una torreta a las viñas.El único vecino del camino que podría haber oído algo se encontraba fuera cazando el pájaro. No había más testigos, al menos, que hayan aportado algo a la causa. «Desde entonces, -el pasado 27 de enero se cumplió un año del hallazgo del cadáver de Alfonso- en el pueblo cualquiera era mirado como sospechoso; desde los hermanos de la víctima , a otros vecinos; incluso un juzgado ha condenado a una vecina que señalaba en las redes sociales a los hermanos de la víctima por difamación », cuenta Luis mientras asegura que lo que quiere es que se encuentre cuanto antes al culpable, porque en el pueblo sigue habiendo miedo y desconfianza .
El único sospechoso, una persona joven, vecino de la localidad, que se trasladó del municipio poco después del crimen, pasó a calidad de investigado . Estas informaciones eran el corrillo en esta localidad de Sierra Morena donde todos se conocen. En el bar del pueblo junto a la iglesia todos guardaban silencio ante la pregunta de quién pudo ser, y miraban con recelo cualquier movimiento extraño de cualquier familia del pueblo . «Hay alguna familia que se ha marchado del pueblo y ha vendido sus tierras y su casa », cuentan sin querer dar más detalles, atisbando, que igual es por tema laboral.El caso ha mantenido estos últimos años conmocionada a esta villa de la Sierra de Córdoba a 600 metros de altura con poco más de 3.000 vecinos que viven del corcho, las piñas piñoneras, la vid y la ganadería.La víctima, «un chiquillo»La víctima era conocida por todo el pueblo.
Tenía 55 años pero sufría una discapacidad intelectual que lo convertía en un «chiquillo», aseguran los vecinos de la calle Toledo . Saludaba a todos, quizá con demasiado ímpetu, cuentan algunos vecinos, y pedía caramelos en la peluquería, en la panadería o en el bar. No tenía filtro al hablar y a veces le decía a los vecinos que iba a llamar a la «polissía» con su acento de niño inocente , cuenta la propietaria de un olivar a pocos metros de donde ocurrieron los hechos.¿Quién pudo querer matar a este hombre? Alfonso vivía en ese momento con uno de sus hermanos, también soltero, apenas unas manzanas más abajo del lugar del crimen . Ese día su hermano estaba trabajando en la capital. ¿Quién pudo llegar hasta ese camino? ¿A pie? ¿En quads? ¿un todoterreno? Luis, este primer testigo en la escena del crimen, explica cómo el camino sólo es transitable con coches altos -tipo todoterreno o quads- que en todo caso podrían pasar por ese trayecto escarpado pero a poca velocidad, por la estrechez del camino y por los desniveles . «A más de 10 por hora es complicado ir; por lo que un atropello no fue seguro», asegura rotundo este vecino que lleva 20 años viviendo en Villaviciosa de Córdoba.
Fuente ABC