El FMI es un prestamista de última instancia que asiste a los países que se encuentran cursando una crisis económica o financiera. La tasa de interés que cobra es la más baja del mercado, incluso puede llegar a ser de 0%, pero como todo en la vida esto no es gratis.
El FMI tiene tres misiones declaradas: promover la cooperación monetaria internacional, alentar la expansión del comercio internacional y del crecimiento económico, y desalentar políticas que vayan en perjuicio de la prosperidad. Es por esta última que exige ciertas pautas mínimas a los gobiernos que reciben el préstamo para que no se “patinen” la plata que les presta, algo muy razonable.
Pero no todo es color de rosa, el FMI junto a la OMS forman parte de la ONU y son sus herramientas más importantes para procurar el objetivo subrepticio que posee, un objetivo que le genera sueños húmedos a los ingenieros sociales, ese objetivo es la gobernanza mundial.
Ya sé que suena conspiranoico pero te pregunto: ¿quién fijó las pautas de salubridad y peor aún las de comportamiento social durante la “pandemia” ?, ¿acaso no importa la confesión de Mark Zuckerberg acerca de las presiones que recibió para “censurar” contenido en Facebook e Instagram durante la pandemia?, ¿quién definió los “Objetivos de Desarrollo Sostenible” que integran la agenda 2030 y que no se les cae de la boca a los políticos socialdemócratas?, ¿acaso fue una casualidad que el gobierno de Macri recibiese un préstamo gigantesco del FMI luego de abrir el debate de la IVE o aborto?, ¿por qué la llamada “igualdad de género” solo se promueve y exige en los países de occidente, donde ya existe la igualdad de derecho, y no en los de oriente?, ¿por qué se oculta que el 91% de los condenados por violación en Cataluña son extranjeros, principalmente islámicos Marroquies y por qué se ocultó en Inglaterra las acusaciones y juicios por violaciones y acoso sexual a más de 1.400 jóvenes y menores en Inglaterra por redes de personas de origen pakistaní?, ¿acaso temían ser acusados de xenófobos, de discriminadores y de tener discursos de odio?, ¿es casualidad que la ONU no haga nada contra el esclavismo monetario con el que Francia somete a los países africanos siendo que los Galos son por pura coincidencia uno de los cinco países con veto en la ONU?
Finalmente vamos a responder la pregunta del título. El FMI impone condiciones lógicas a sus deudores para procurar que mejoren su situación y que estén más o menos en condiciones de pagar la deuda y eso está bien.
El negocio del FMI y la ONU no es económico, no les interesa en dinero en sí. El negocio es político. La pregunta es: ¿le conviene al FMI, o mejor dicho a la ONU, que un país sea superavitario y deje de financiarse con ellos?
Si un país deja de depender del FMI, la ONU pierde su más valiosa arma de extorsión sobre el mismo y no puede seguir imponiéndole condiciones políticas o sociales. Si Argentina logra dejar de ser económica y financieramente deficitaria puede negarse a acatar las “sugerencias” de la ONU y convertirse en un “mal ejemplo de ser soberano” para el resto de los países en vías de desarrollo.
No existe una explicación lógica que exponga por qué el FMI es tan reticente a financiar a la Argentina en la transición virtuosa que estamos viviendo. En otras oportunidades ha asistido a nuestro país casi sin dudarlo y a sabiendas de que mentíamos y de que no pensábamos dejar la “joda” demagógica.
Esperemos que estemos frente al inicio de un nuevo mundo en el que los países sean realmente soberanos, libres en sus decisiones y responsables de sí mismos. Los “ingenieros sociales globalistas” no van a ceder tan fácil.
Fuente Mendoza Today