Gracias a la devaluación del real y la apreciación del peso, este verano hay un boom de argentinos veraneando en Brasil. Y, junto con Florianópolis, Río de Janeiro es uno de los destinos más elegidos.
Destacada internacionalmente por las icónicas Copacabana e Ipanema, Río de Janeiro es un destino paradisíaco para quienes disfrutan del sol, el mar y la cultura vibrante de Brasil.
La ciudad, famosa por su energía, sus imponentes morros y su ambiente cosmopolita, alberga algunas de las playas más famosas del mundo. Sin embargo, más allá de estos puntos turísticos, Río cuenta con una serie de playas menos conocidas, pero igualmente hermosas, que permanecen fuera del radar de multitudes.
Estos rincones escondidos ofrecen una experiencia más tranquila, natural y, en muchos casos, una conexión más profunda con la cultura local, ideal para quienes buscan descubrir paisajes menos saturados.
A continuación, 5 playas fuera del circuito habitual que bien valen la pena incluir en una visita a la Ciudad Maravillosa.
São Conrado
Antiguamente conocida como Praia da Gávea, la playa de São Conrado tiene actualmente una extensión de alrededor de 1 kilómetro, que comienza al final de la Avenida Niemeyer y se extiende hasta el Túnel de São Conrado.
Se caracteriza por su arena clara y suave, así como por las fuertes olas, que son un gran atractivo para los surfistas de la región. Es un lugar ideal para extender tu toalla en la arena y pasar un día disfrutando del sol y el mar.
Recreio dos Bandeirantes
Con aproximadamente 2 kms de extensión, Recreio dos Bandeirantes es un paraíso de arenas blancas y altas olas, ideal para la práctica de deportes acuáticos como el surf. Se trata de una playa con una extensa franja de arena, también ideal para la práctica de deportes como voleibol y windsurf.
Los bañistas pueden disfrutar del sol hasta su puesta, pues los edificios que quedan al borde son bajos. Andar en bicicleta por la ciclovía suele ser el paseo favorito de los habitantes del barrio.
La Piedra de Pontal marca el inicio de la playa de Pontal y es una playa reservada de naturaleza exuberante.
Prainha
Esta playa se ubica dentro del parque Prainha. Es tranquila, rodeada de vegetación, morros y selva tropical. Su oleaje es también muy conveniente para la práctica de deportes acuáticos. Es la playa favorita de los surfistas, con olas perfectas y una belleza natural indescriptible.
La Prainha, como su nombre indica, cuenta con una pequeña franja de arena de 700 metros de extensión, resguardada por colinas cubiertas de Mata Atlántica.
Situada al final de la playa de Recreio, es ideal llegar temprano para disfrutar del sol, que se oculta detrás de las montañas a media tarde.
Grumari
Ubicada en un territorio de preservación ambiental, lejos del bullicio y las edificaciones, esta playa goza de arenas blancas, mar verde esmeralda y solo se permite un determinado número de visitantes diarios para mantener la privacidad y tranquilidad.
El escenario evoca playas vírgenes con olas potentes, donde la construcción no está permitida. El lugar es visitado a diario por surfistas que buscan mayores oportunidades de encontrar olas grandes. Estas suelen romper antes de llegar a los bañistas, convirtiendo a Grumari en la playa ideal para ambos grupos.
Barra de Tijuca
La playa de Barra es la más grande de Río de Janeiro. Con aproximadamente 18 km, ofrece un ambiente más relajado y amplio que el resto de las playas cariocas.
En verano, la playa tiene todo: se practican varios deportes en el mar y la arena, se alquilan carpas y hay puestos con música, buena comida y bebidas frías. A lo largo del año las condiciones del mar varían, con algunos días ideales para nadar y otros solo aptos para el surf.
Fuente El Cronista