El exdirector del Hemisferio Occidental del FMI Alejandro Werner relativizó el peso que puede tener Estados Unidos en un acuerdo con el organismo, destacó la necesidad de una revisión de la política cambiaria, dijo que la falta de un presupuesto aprobado por el Congreso “preocupa” y agregó que lo mejor es un acuerdo en dos partes.
Para el exfuncionario del Fondo, que la misión se haya ido sin cerrar un acuerdo “manda una señal de que hay temas de fondo importantes” que no se saldaron. Entre ellos, destacó la política cambiaria y monetaria.
Consideró además que si el Gobierno está dispuesto a retirar el cepo, que el tipo de cambio flote u otro mecanismo de corrección cambiaria “que garantice que no va a haber atraso en el futuro” en el tipo de cambio, “podría haber en las próximas semanas un programa que incluya fondos frescos”.
Acuerdo en dos partes
Sin eso, agregó en diálogo con Radio con vos, podría haber un acuerdo que respete la política económica del Gobierno, con cambios menores y algo más de flexibilidad cambiaria, pero no con modificaciones significativas.
Este acuerdo se centraría en desembolsos por hasta u$s 4.500 millones que permitan que Argentina cubra el servicio de deuda con el organismo, sin afectar las reservas u obligar al país a salir al mercado de deuda.
Esto también daría una señal a otros organismos, como el BID, el Banco Mundial o la CAF, para refinanciar las deudas que vencen este año. Este programa Stand By sería hasta las elecciones de medio término, y otro luego.
Presupuesto
“Al Fondo le preocupa que el presupuesto en Argentina no se apruebe en el Congreso porque muestra que no hay consenso político para esas aprobaciones”, señaló Werner.
El Gobierno convocó a sesiones extraordinarias, pero no incluyó el presupuesto 2025 y ya prorrogó el de 2024, que a su vez había sido una extensión del de 2023.
“Si el Fondo va a dar otros u$s 14 mil millones, necesita ver ese consenso político”, agregó el exfuncionario del organismo.
Es por eso que mencionó que la segunda etapa del acuerdo se daría después de las elecciones, “bajo el escenario de que Milei y La Libertad Avanza tenga mayor presencia en el Congreso, y ahí exigirle los cambios planteados en política cambiaria y monetaria, y la aprobación de los presupuestos de 2026 y 2027 por el Congreso”.
“Sólo una bala más”
Sobre el tipo de cambio, destacó que Argentina no comparte el diagnóstico del FMI.
“Aunque los cambios en energía son importantes, la velocidad del impacto que tendrán sobre la balanza comercial, es menor a la que tendrá el deterioro que se genere cuando la economía empiece a crecer”, destacó Werner sobre el tipo de cambio y el aumento de las importaciones.
Además, marcó que el FMI quiere para Argentina un programa que orgánicamente acumule reservas, “y eso pasa por tener un régimen cambiario y monetario con un tipo de cambio real más alto, tasas más altas y flexibilidad cambiaria.
Si bien señaló que los accionistas apoyan el envío de recursos para Argentina destinados a respaldar la corrección de desequilibrios macroeconómicos, “sólo tiene una bala más”. “En términos de desembolsos de recursos, tienen que venir de la mano de un cambio de políticas que el FMI considere sostenibles”, concluyó Werner.
Factor Trump
Sobre el rol que puede tener el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, Werner relativizó el peso que tiene ese país a la hora de definir los programas, pero señaló que si presiona cuando los acuerdos entran en “el área chica”.
Sin embargo, agregó: “El único ‘pero’ a todos estos argumentos es si Milei hace una concesión en términos geopolíticos, de alineamiento en el G20 contra China o Europa, por los que Estados Unidos piense que vale la pena invertir u$s 15 mil millones”.
Además, agregó que está “en la memoria de Trump el programa anterior” y que duda que vaya a pedir un desembolso tan grande sin cambios en la política.
Fuente El Cronista