“A mí me salvaron la vida”, confesó una fanática antes de que las lágrimas comenzarán a colmar de emoción a ella y a su grupo de amigos, quienes también hacían eco de su propia historia. Twenty One Pilots, el popular dúo estadounidense, regresó a la Argentina para presentar su nuevo álbum, pero también para traer los recuerdos de la adolescencia, el paso del tiempo y el presente como una respuesta inminente de que se puede estar mejor.
Las calles que rodean el Movistar Arena, donde Tyler Joseph y Josh Dun presentarían por primera vez un tour propio en el país, se colmaron de fanáticos que enraizaban cada una de las imágenes de la banda: el cuello y las manos pintadas de negro, las cintas en el cuerpo, las remeras rojas y amarillas o un pasamontaña. Todos eran parte de “La Clique”, aquella base de fans que acompaña a la banda.
Es que, si bien TOP visitó Argentina en otras oportunidades, siempre estuvo enmarcado en festivales como el Lollapalooza y nunca antes en un show personal e íntimo para recorrer cada uno de sus álbumes.
Algo que sin duda sucedió durante las dos fechas de su gira “The Clancy World Tour”, producida por DF Entertainment, donde interpretaron temas de su último proyecto, pero también de sus otros seis discos Twenty One Pilots (2009), Regional at Best (2011), Vessel (2013), Blurryface (2015), Trench (2019), y Scaled and Icy (2021).
A las 21:00 horas, cuando las emociones ya estaban a flor de piel y el cántico de los fanáticos retumbaba en cada rincón del Movistar, comenzó a escucharse la batería de Josh desde el escenario y, acto seguido, ingresó Tyler a interpretar “Overcompensate”, el tema que abre su último disco “Clancy”.
Ese fue el puntapié para una noche explosiva colmada de sensibilidad, pero también de pogos y un despliegue escénico digno de uno de los grupos de pop-rock alternativo más populares de los últimos años. No se trataba solo de un dúo: ambos multiinstrumentistas viajaban sin descuido por el rock, al hip-hop o incluso el ska.
En paralelo, le daban lugar a cada una de las etapas que debieron atravesar para estar dónde están. A través de las canciones, Tyler supo narrar en primera persona su lucha contra la ansiedad, la depresión y los pensamientos que inundaban su cabeza. “This doesn’t mean i lost my dream, it’s just right now i got a really crazy mind to clean” (Esto no significa que perdí mi sueño, sino que ahora tengo una mente alocada que limpiar), cantaba en “Heavydirtysoul”, uno de los momentos más emotivos de la noche.
“Yo los descubrí en una etapa muy oscura de mi vida. Vino Tyler y dijo exactamente lo que estaba sintiendo, tenía las palabras para lo que yo no sabía cómo expresar. Me ayudó un montón y, ahora, poder verlos cuando ya estoy bien, para mí fue hermoso y muy sanador”, expresaba una joven, con lágrimas en los ojos.
En un Movistar Arena ensordecido por los gritos y colmado por las luces de los flashes que bajaban desde la platea al campo y viceversa, Twenty One Pilots intercalaba las canciones de su último álbum con clásicos como “Car Radio”, “Tear in My Heat”, “Navigating” y “Jumpsuit”.
De a poco la cercanía entre los músicos y el público fue cobrando cada vez más fuerza: ambos artistas caminaban por los pasillos, tocaban en un segundo escenario ubicado a la mitad del campo e incluso Tyler apareció sorpresivamente en una de las plateas. Una perspectiva 360° con los claros tintes cinematográficos que supieron acompañar a la banda en sus últimos discos.
Llegando al final del setlist, un niño subió a cantar “Ride”; luego interpretaron el clásico “Stressed Out” y por último “Trees”, con su típico show de percusión en escenarios móviles que estaban sostenidos por los propios fanáticos.
La noche se fue apagando gradualmente, pero la sensación de euforia y nostalgia en el público continuaba siendo la misma: “Me salvaron la vida”. Lo cierto es que la música tiene un impacto inimaginable en quien la recibe y puede influir en el transcurso de la historia. Así lo sienten los seguidores de Twenty One Pilots, una banda que a través de un mensaje conceptual y metafórico narró los miedos que muchos deben atravesar cuando el sonido externo se apaga.
“I’m forced to deal with what I feel, there is no distraction to mask what is real” (Me veo obligado a lidiar con lo que siento, no hay distracción para enmascarar lo que es real), canta Tyler en “Car Radio”. Cuando el silenció también se apoderó del Movistar y el paralelismo con el pasado parecía ser inevitable, la sensación era la misma. “Me salvaron la vida”, confesó, entre risas esperanzadoras, al cierre de un show que quedará para la memoria.
Fuente El Cronista