El Instituto Nacional de Estadística y Censos (INDEC) confirmó este jueves que la inflación de enero de 2025 alcanzó el 2,2%, la cifra más baja en casi cinco años. Este dato refuerza la tendencia de desinflación observada durante los últimos doce meses, según el análisis del director del Instituto de Economía Política de Insight 21, Gastón Utrera. A continuación, seis claves que el especialista dio para comprender el fenómeno y sus implicancias.
1. Tendencia de desinflación consolidada
El dato de enero “confirma la marcada tendencia de desinflación observada durante los últimos 12 meses”, señaló Utrera. Este resultado refleja un proceso sostenido de desaceleración de los precios, que contrasta con los niveles inflacionarios históricos registrados en años anteriores.
2. El rol del ‘crawling-peg’ como coordinador de precios
Utrera destacó que la política cambiaria de ‘crawling-peg’ al 2% mensual hasta enero “actuó como coordinador de precios”. Esta estrategia impactó directamente en los precios internos de los bienes transables (exportables e importados) e indirectamente en los no transables. La reducción del ritmo de suba del tipo de cambio a 1% mensual busca ahora que la inflación converja a este nuevo ritmo.
3. Políticas fiscal y monetaria: menos incidencia directa, más expectativas
Según el experto, en un contexto de tipo de cambio administrado, las políticas fiscal (superávit de cuentas públicas) y monetaria (no más emisión de dinero) tienen “menos incidencia directa sobre la inflación”. Sin embargo, inciden en las expectativas futuras. “Sin excesos de emisión de dinero ocasionados por grandes déficit fiscales, no debería haber, a futuro, desequilibrios monetarios que terminen en fuertes devaluaciones y aceleraciones inflacionarias”, explicó.
4. El debate sobre el ‘atraso cambiario’
Utrera señaló que la contracara de esta política cambiaria exitosa es la discusión pública sobre el ‘atraso cambiario’. Planteó dos caminos posibles: “Subir de un salto el tipo de cambio y/o acelerar el ritmo del crawling-peg, para tratar de generar competitividad cambiaria, a costa de acelerar la inflación”, o “mantener la política cambiaria, apostando a eliminar la devaluación como instrumento para intentar ganar competitividad, generando la urgencia de bajar costos reales”.
5. El compromiso del Gobierno con la estabilidad
El Gobierno nacional, según Utrera, está “explícitamente comprometido con el camino de la estabilidad”. En sectores como el metalúrgico, automotriz, de maquinaria agrícola y de autotransporte de cargas, se trabaja en “reformas laborales, tributarias y regulatorias que permitan reducir costos reales para lograr el desafío del desarrollo económico y social: ser competitivos con una moneda fuerte”.
6. Una estrategia de incidencia pública urgente
El experto subrayó que esta estrategia es “indispensable y urgente” para tres actores clave: las empresas y trabajadores, que necesitan reducir costos para ser competitivos; el Estado nacional, que requiere viabilidad en su política económica; y los estados provinciales y municipales, que enfrentan presiones para reducir tributos y necesitan actividades productivas competitivas.
Contexto y reacciones
El dato de enero, cercano al 2%, fue celebrado por el Gobierno. El presidente lo calificó como un logro en sus redes sociales, mientras que el ministro de Economía, Luis Caputo, destacó que “el proceso de desinflación continúa”. Las consultoras privadas, por su parte, proyectan que la inflación seguirá bajando en los próximos meses, con estimaciones de 2,1% para febrero, 2% para marzo y 1,9% para abril.
Fuente El Cronista