Por Daniel Romero
Buenos Aires, 23 febrero -Total News Agency-TNA – En las elecciones de 2023, la sociedad argentina, con su voto, le obsequió al presidente Javier Milei un exclusivo juego de 12 copas de cristal de Baccarat, símbolo de transparencia y pureza, características que el mandatario prometió llevar y custodiar durante su gestión. Sin embargo, un desafortunado incidente dejó al preciado conjunto incompleto, el caso LIBRA y la interrupción de Santiago Caputo en una entrevista televisiva, mello una: ahora quedan 11 copas.
El episodio ocurrió cuando Santiago Caputo, asesor presidencial y figura clave en el entorno de Milei, intentó intervenir durante una entrevista televisiva para proteger al presidente de una posible declaración comprometida. En su soberbia por evitar un problema que no había, Caputo terminó por generar otro, siendo el responsable indirecto de la “rotura de una de las valiosas copas” en poder del Presidente. Este accidente, que podría parecer anecdótico, es una metáfora del impacto que ciertas decisiones y errores han tenido en la imagen de un gobierno que busca mantenerse intacto e impoluto frente a las adversidades y criticas de un kirchnerismo corrupto y mal herido que pretende regresar.
A pesar de la torpeza, las 11 copas restantes siguen siendo un reflejo de la transparencia que Milei prometió custodiar, aunque el incidente dejó a la sociedad sorprendida por la falta de cuidado y la vulnerabilidad que exhibió el entorno presidencial.
El caso $LIBRA: una crisis que hizo tambalear al gobierno
La gestión de Javier Milei, que había sorteado con éxito sus primeros meses gracias a la baja de la inflación, el control del mercado cambiario y su cruzada anti política, denominada casta, enfrentó su mayor crisis con el escándalo de la criptomoneda LIBRA. Todo comenzó con un tuit publicado desde la residencia de Olivos, donde el presidente promocionó la criptomoneda que luego sería investigada por presunta estafa internacional.
El impacto fue inmediato. En cuestión de horas, mientras $LIBRA subía y luego se desplomaba, las redes sociales se inundaron de críticas y cuestionamientos hacia el gobierno. Se registraron niveles de menciones negativas hacia Milei inéditos desde su llegada al poder, superando incluso episodios polémicos de gestiones anteriores.
La Casa Rosada reaccionó rápidamente, tratando de reorganizar su aparato de comunicación de crisis liderada por Santiago Caputo. Sin embargo, la situación se complicó aún más cuando se filtró el crudo de una entrevista en la que Caputo interrumpió al presidente para evitar que mencionara al Ministro de Justicia como su abogado y vinculándolo al caso, lo que dejó al descubierto los intentos del gobierno por controlar el daño, pero esto comprometería al presidente que no puede consultar a un ministros como defensor en una posible causa. Igualmente, hubiera sido rápida y cristalinamente solucionable, retractándose posteriormente y recordando que no es abogado, sino economista.
El “triángulo de hierro”, compuesto por Milei, Caputo y Karina Milei, debió tomar medidas urgentes para contener la crisis. Caputo, fue señalado como responsable del desliz, fue criticado incluso por miembros del oficialismo, quienes consideraron su intervención como un error innecesario, claramente todo pre establecido entre las partes. A pesar de las tensiones internas, el gobierno intentó minimizar el impacto del caso, aunque quedó claro que la credibilidad de la gestión había sufrido un golpe significativo.
El Senado, la Corte y las tensiones internas
Mientras el caso $LIBRA ocupaba la agenda mediática, el gobierno enfrentaba una batalla política en el Senado. El oficialismo se vio obligado a ceder en la designación de Ariel Lijo para la Corte Suprema, un tema que había sido prioritario para Milei. La decisión de retirar el pliego, por ahora, fue interpretada como un gesto hacia la oposición para evitar la creación de una comisión investigadora sobre el escándalo de la criptomoneda.
En medio de estas tensiones, Santiago Caputo continuó trabajando en estrategias para recuperar la iniciativa política perdida en las redes por primera vez, mientras otros funcionarios del gobierno, como Guillermo Francos y Eduardo “Lule” Menem, buscaban contener los daños en el Congreso. Finalmente, el oficialismo logró evitar que la comisión investigadora prosperara, lo que trajo un respiro momentáneo al entorno presidencial, lograron suspender las PASO y sacar ficha limpia.
La metáfora de la copa rota por el escándalo de $LIBRA pueden servir para exponer los desafíos que enfrenta el gobierno de Javier Milei en su intento por mantener la transparencia y la credibilidad ante la sociedad. Aunque aún quedan 11 copas para exhibir, habrá que cuidarlas, el camino hacia la estabilidad económica y política, a pesar de todos los logros, aún es frágil y la confianza pública es uno de los pilares del Presidente.