Un año más, Vox ha boicoteado que haya una declaración institucional por el 8M , aunque ya hay un boicot de todos. Es tradición desde su llegada al Parlamento andaluz. Pero este año se han permitido hacerlo poniendo en evidencia las contradicciones de la izquierda a la que sacan los colores por su supuesta autoridad moral feminista: «¿La del ministro Ábalos que contrata a una prostituta de lujo y la paga con dinero de los españoles?
Hoy van a juzgar al señor Lanzas y se gastaba el dinero de los parados andaluces en putas y cocaína. ¿Estos señores que se meten en los puticlubs donde se realiza trata de blancas son los que nos van a traer las consignas feministas? ¿Los de Errejón? ¿Los de Monedero? ¿Son creíbles? ¿De verdad ustedes todavía se creen ese feminismo?» Y en eso, pues tiene razón. El maestro Ignacio Camacho, en tertulia, advertía que te podrá disgustar coincidir con Vox, pero «esto es impecable» para añadir que «el silencio del feminismo político sobre el asunto Ábalos, del feminismo militante, es clamoroso».
Pero, ya se sabe, en la izquierda creen tener galones feministas de fábrica, subidos a la peana de la petulancia moral, mientras han mirado y miran para otro lado con las andanzas de Ábalos y Jésica, seleccionada en un catálogo de prostitutas , o aquella Miss Asturias con carnet o su actual pareja con contrato público incluso después de ser destituido él. ¿Han oído ustedes declaraciones contundentes de la señora Montero o de cualquiera de las dirigentes del PSOE? Es más, detrás de la petulancia, a menudo aflora el pelo de la dehesa. Y ahí está el presidente de la Diputación de Jaén, Francisco Reyes , riéndose de una portavoz del PP con gracietas sexuales.
Pero entretanto desde el PSOE señalan a Juanma Moreno al que acusan de haber llevado la Igualdad a un tiempo oscuro: «Es demoledor porque las mujeres andaluzas vivimos un momento, digamos negro, en cuanto a los retrocesos y son debidos a que el señor Bonilla ha puesto la igualdad a la cola de sus prioridades, si es que alguna vez ha estado en su prioridades. La desigualdad hoy tiene rostro de mujer andaluza». Qué cosas, «las mujeres andaluzas vivimos un tiempo… negro». Mismo mensaje, por cierto, María Márquez, la nueva portavoz. Y a todo esto, ¿con qué argumentos dicen eso del tiempo negro? Pues ninguno, sólo un par de lugares comunes para acusarlo de «hacer negocio con nuestros derechos… abandonando a las mujeres a su suerte». O sea, nada, frases huecas, frases del inventario. Sencillamente se sienten depositarios del bien a pesar de los ábalos o los pacoreyes con sus chistecitos protegidos por el silencio de sus compañeras que, eso sí, se darán más golpes de pecho que nadie por el 8M.
Fuente ABC