Por Dario Rosatti
Ciudad de Buenos Aires-10 de Marzo de 2025-Total News Agency-TNA- El peronismo, bajo la dirección de Cristina Kirchner, ha intensificado sus esfuerzos en el Senado para bloquear la designación de Manuel García-Mansilla como ministro de la Corte Suprema de Justicia. Este movimiento busca generar las condiciones necesarias para convocar a una sesión donde se discutirá no solo el pliego de García-Mansilla, sino también el del juez federal Ariel Lijo, quien fue nombrado en comisión por el presidente Javier Milei.
El bloque de Unión por la Patria (UxP) ha presentado un dictamen de rechazo a García-Mansilla, respaldado por figuras destacadas como Anabel Fernández Sagasti y José Mayans. Sin embargo, la validez de la firma de Mayans ha sido cuestionada por la presidenta de la Comisión de Acuerdos, Guadalupe Tagliaferri, debido a su ausencia en la audiencia pública del 28 de agosto del año anterior. Mayans ha expresado su descontento, argumentando que la designación por decreto por parte del presidente viola la Constitución.
La defensa del bloque de UxP se fundamenta en dos artículos del reglamento del Senado, que estipulan la necesidad de firmas para emitir dictámenes, aunque no exigen la presencia física de los senadores. La práctica habitual permite que los despachos circulen entre las oficinas de los legisladores, lo que fue el caso del dictamen de Lijo, que se conoció seis meses después de su audiencia.
Si el peronismo logra mantener la firma de Mayans, podría contar con los nueve votos necesarios para habilitar el debate en el recinto, sumando los apoyos de Martín Lousteau y Tagliaferri, quienes también han presentado un dictamen de rechazo, argumentando que García-Mansilla mintió al asegurar que no aceptaría un nombramiento por decreto.
La situación en la Unión Cívica Radical (UCR) es tensa, ya que algunos senadores están dispuestos a firmar el dictamen de Lousteau, mientras que otros temen asociarse con el kirchnerismo. La falta de acuerdo ha llevado a la postergación de la sesión, y los radicales se encuentran en una encrucijada sobre cómo proceder en este contexto.
Paralelamente, el Gobierno busca el apoyo de los “radicales con peluca” para evitar el rechazo del pliego de García-Mansilla en el Senado. La designación por decreto ha generado divisiones dentro de la UCR, donde algunos senadores están en contra de permitir que se defina la suerte de los candidatos sin un acuerdo político previo.
El panorama se complica aún más por la proximidad de elecciones y la presión por parte del kirchnerismo para enviar un mensaje claro al Gobierno. A pesar de que algunos sectores dentro del oficialismo confían en poder reflotar el acuerdo, hay un creciente temor de que la oposición logre rechazar los pliegos, lo que no afectaría los mandatos transitorios de García-Mansilla y Lijo mientras el decreto esté vigente.
La batalla política se desarrolla en un año electoral crítico, donde la atención se centra en la Ciudad de Buenos Aires y las elecciones provinciales. La confrontación entre el PRO y La Libertad Avanza se intensifica, y ambos bloques buscan consolidar su base de apoyo mientras se preparan para una campaña que promete ser dura y competitiva.