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El Gobierno nacional ya lanzó su estrategia discursiva y promete actuar hoy con el protocolo anti-piquetes para reprimir la ya habitual concentración de jubilados que se desarrolla cada miércoles frente al Congreso de la Nación. Solo que esta vez, la protesta de los adultos mayores se verá potenciada por la convocatoria de agrupaciones de hinchas de fútbol y algunos gremios.
Aunque en anteriores ocasiones algunas expresiones partidarias de la izquierda se habían sumado a la protesta, la semana pasada un grupo de hinchas -particularmente caracterizados como simpatizantes de Chacarita- habían irrumpido para hacerle “el aguante” a los jubilados.
En tiempo de redes sociales, la imagen de los “funebreros” enfrentando a la Policía se multiplicó y se mezcló con una frase de Diego Maradona llamando a defender los derechos de la Tercera Edad. Se encendió la mecha y la explosión podría darse en las próximas horas cuando confluyan los militantes de izquierda, sindicatos, hinchas, barras -algunas con cuentas pendientes entre sí- y el correspondiente operativo a cargo de las fuerzas federales.
La Casa Rosada, con sus voceros formales e informales ya instaló la idea fuerza de una movilización que, en realidad, es un “rejunte opositor”, según la definición brindada por una fuente de alta preponderancia en el esquema gubernamental.
En las redes sociales, mientras tanto, se insistirá con la idea -poco refinada- de que se trata de “una marcha política” y en señalar que los hinchas son “barras” que intentan “voltear al Gobierno”.
La conexión entre política y clubes de fútbol es innegable: como mero ejemplo, el propio presidente Javier Milei se metió de lleno en la vida de Boca y llamó a votar por Mauricio Macri en las últimas elecciones del club de la Ribera.
Cada gol -a favor o en contra- es festejado también con perspectiva de poder. Y lo mismo sucede en gobiernos provinciales o intendencias que tienen terminales tanto en los despachos dirigenciales como en las tribunas.
El Cronista dialogó con voceros políticos que subrayaron la prescindencia, tanto de los “hinchas caracterizados” como de lo que puedan hacer mañana en el Congreso. Las “barras” que pintan las paredes en época electoral, que llevan bombos a los actos y que muchas veces hacen de seguridad en el territorio, nunca son reconocidos por sus padrinos políticos.
Además de Chacarita, se esperan camisetas de Deportivo Merlo, Ferro, River, Boca, Independiente, Racing, San Lorenzo, Vélez, Huracán, Lanús, Banfield, Gimnasia La Plata, Chicago, Estudiantes de Caseros, Temperley, Almirante Brown, All Boys, Atlanta y Excursionistas.
En paralelo a los enfrentamientos históricos que abundan entre esas parcialidades, también existen facciones que pugnan por el control de su espacio propio. El más reciente duelo se dio entre dos grupos de la barra del Globo de Parque Patricios.
La participación también es debatida en los foros electrónicos de cada club: algunos hinchas piden “no partidizar” o no mezclar su pasión y los colores con una convocatoria política.
En las redes sociales también hay oposición a la participación de los “hinchas”Otros espacios que cuentan con terminales políticas -y deportivas- son los sindicatos que, en menor medida, también anunciaron la participación en la marcha.
La Confederación Argentina de Trabajadores del Transporte (CATT) y la Unión General de Asociación de Trabajadores del Transporte (UGATT), que conducen el portuario Juan Carlos Schmid y el ferroviario Omar Maturano emitieron un comunicado conjunto en el que sostienen que “ante las políticas de ajuste implementadas por el Gobierno nacional, que han significado recortes y quita de derechos adquiridos”, se harán presentes en el Congreso.
Omar Maturano, uno de los convocantes sindicales a la marchaMarcha de hinchadas y jubilados: qué dice el Gobierno
La ministra de Seguridad Nacional, Patricia Bullrich, no ocultó su indignación y, desde Bahía Blanca, dijo que la movilización se trata de una “provocación total y absoluta” y que “la intención es desestabilizadora”. Sin embargo, dijo que ante la “agitación” propuesta, el Gobierno contestará: “Nos van a encontrar”, advirtió.
En ocasiones anteriores, las fuerzas federales pusieron en marcha el “protocolo anti-piquetes” que habilita a los efectivos a despejar las arterias de circulación vehicular, la mayoría de las veces usando gas pimienta, palos y hasta carros hidrantes. Si bien se usó el miércoles pasado con los hinchas de Chacarita, no fue así cuando las manifestaciones fueron masivas.
Algunos incluso piensan que se podría pedir la intervención de la Justicia apelando a la recientemente promulgada ley antimafia. Sin embargo, lejos de las calles y de los micrófonos, en Casa Rosada creen que es una movilización que dejará expuesta el accionar de una oposición “destituyente”.
“La marcha de mañana es lo mismo que ha pasado el año pasado: un rejunte de opositores poniendo 100 mil personas para cambiar el curso de los acontecimientos. No los van a cambiar”, aseguran desde un despacho poderoso en Balcarce 50.
Fuente El Cronista
