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Todo queda en casa.Sánchez Acera no ha aclarado ninguna de las dos cuestiones por las que el juez Hurtado le llamó a declarar: ni quién fue la persona que le envió el correo electrónico en el que la defensa del novio de Ayuso reconocía dos delitos fiscales -‘mail’ que nunca debió salir de la Fiscalía por su carácter reservado- ni su presunta participación en el envío de ese documento a ‘El Plural’ para cubrir las espaldas del socialista Juan Lobato tras negarse éste a exhibirlo en la Asamblea de Madrid si antes no se había publicado en ningún medio. Entre las objeciones que Lobato manifestó a su interlocutora y la publicación en el digital pasó muy poco tiempo.Sobre el primero de estos episodios, Sánchez Acera ha exculpado a la Fiscalía, no solo porque dijo que el ‘mail’ no lo recibió de esta institución -y eso pese a asegurar que no recuerda quién se lo envió-, sino porque ha asegurado que no conoce al jefe del Ministerio Público ni a ningún otro fiscal. Así, la socialista se ha limitado a decir que recibió ese documento por WhatsApp, refiriéndose de forma genérica a la prensa, en su afán por eximir también de responsabilidad a miembros del Gobierno.Noticia Relacionada estandar Si El juez desplaza de Irlanda a Estados Unidos la comisión rogatoria para recuperar los mensajes del fiscal general Nati Villanueva Hurtado da este paso tras la gestión fallida realizada con la filial de WhatsAppRespecto al segundo de los episodios, ha afirmado que no envió ese ‘mail’ a nadie más que a Lobato, extremo que no puede negar porque, como publicó en exclusiva ABC , el propio Lobato dejó constancia de este extremo ante notario y el análisis de su móvil también refleja la existencia de estas conversaciones con su compañera de partido.Lobato, final de la cadenaDe esta forma, Sánchez Acera ha cortado este miércoles en Lobato la cadena de la revelación de secretos que investiga el juez (es decir, por qué manos pasó el correo) y ha insistido en que ella no lo envió ni a ‘El Plural’ ni a ningún otro periodista, miembro del PSOE o del Gobierno. Ha intentado salvar a Moncloa de capítulo sabiendo que el juez parte de que el correo del novio de Ayuso salió de Fiscalía en dos direcciones: hacia medios de comunicación y hacia «Presidencia del Gobierno», de cuyo gabinete la testigo formaba parte como subordinada de Óscar López.Así, ha enmarcado su actuación con Lobato en el seno de la ejecutiva (regional) del partido del que ambos forman parte y en el que a raíz de estos acontecimientos ha sido nombrada secretaria de Organización, de nuevo mano derecha del nuevo secretario, el propio ministro Óscar López, quien, tras la revelación de ABC, laminó cualquier aspiración de Lobato a ese puesto.En esta misma línea, la testigo ha negado la existencia de un plan en Moncloa o en el partido para desprestigiar a Ayuso con la exhibición del correo de su novio, enmarcando más su actuación en el terreno del asesoramiento o consejo a un colega del partido. Siempre según fuentes presentes en la declaración, y tras pedir la acusación particular el clonado de su móvil para comprobar mensajes y correos enviados y recibidos durante las horas clave de la filtración (noche del día 13 y la mañana del 14 de marzo), la socialista ha dicho que no conserva « nada de aquellos días ». La explicación que ha dado fue que al salir hace apenas unas semanas de Moncloa (ahora sólo tiene responsabilidades en el partido y no en el Gobierno) se quedaron con su teléfono y, aunque conserva el mismo número, tiene ahora un nuevo dispositivo. No tanto por el cambio de móvil -que puede resultar creíble-, sino por el borrado de toda información relativa a aquellos días, el patrón de conducta coincide con el de otros imputados y testigos de la causa, como el propio García Ortiz o su jefa de comunicación, Mar Hedo. Fuentes de la acusación adelantan ya que pedirán al juez diligencias relativas al teléfono de Sánchez Acera, en aras de continuar la investigación en el seno de Moncloa, para, en la línea de lo que señaló el juez en el auto en el que la llamó a declarar junto con el exsecretario de Estado de Comunicación Francesc Vallès , «conocer el recorrido que pudo haber tenido el correo (…) hasta su aparición en la mañana del 14 de marzo en el digital ‘El Plural.com’, y en qué circunstancia circuló y a través de qué personas». Si se acuerda alguna diligencia en este sentido a la que Sánchez Acera no acceda de forma voluntaria, necesariamente habría que modificar su condición procesal, de forma que pasaría de testigo a imputada. De cualquier forma es algo que tiene que decidir el magistrado.Respecto al exsecretario de Estado de Comunicación Vallés, éste ha declarado que en ningún momento tuvo en sus manos el correo de carácter reservado -ni se lo enviaron ni lo envió- y que sólo conoció su contenido cuando se publicó en ‘El Plural’. Hasta ese momento hubo medios que informaron del reconocimento del delito por parte de la defensa del novio de Ayuso pero no se había publicado en su integridad.Vallès ha asegurado que en esa época él estaba centrado en las elecciones catalanas, que para él era la noticia más importante, y que el tema del novio de Ayuso estaba en un segundo plano. Ha reconocido que envió a Lobato noticias de prensa de este asunto para que estuviera atento en la Asamblea (esa mañana del 14 de marzo había sesión de control al Gobierno de Ayuso). Respecto a Sánchez Acera, ha dicho que apenas tiene trato con ella.En el informe de la UCO que analizó el móvil de Lobato hay un extracto clave que afecta a este testigo, que es cuando el jefe de prensa del grupo, David del Campo, le dice a Lobato que Vallès también le había pedido a él que sacara ese correo a la luz . El testigo ha sostenido que simplemente le dijo que estuvieran atentos a este asunto del correo en la Asamblea autonómica . Según fuentes presentes en la declaración, Vallès sí se ha mostrado dispuesto a entregar al juez su teléfono, y aunque reconoció un cambio de terminal, conserva los mensajes de WhatsApp, según ha manifestado, a pesar del «borrado periódico» que hace porque si no, se le agota la memoria del dispositivo.
Fuente ABC
