
En los últimos días, la tragedia de Bahía Blanca expuso la necesidad de mejorar la infraestructura. Sin embargo, el Gobierno nacional de Javier Milei, promueve reducir el “gasto” de la obra pública. En ese marco, los gobernadores suelen expresar preocupación por el deterioro de las rutas y falta de obras.
Felipe González, arquitecto y planificador urbano mendocino consideró que “es un reto para los gobiernos por planificar, financiar, desarrollar y mantener proyectos que les otorguen a las comunidades una obra pública con una visión sostenible e incluyente”.
En diálogo con Diario Mendoza Today el especialista aseguró que “la infraestructura es parte de la obra pública que hace posible una o más actividades, necesarios para que un Estado pueda funcionar y desarrollarse de manera adecuada y eficiente”.
“Las inversiones en infraestructura ayudan a incrementar las tasas de crecimiento económico, ofrecen nuevas y grandes oportunidades para la economía y, además, fomentan e incentivan la inversión en tecnología y capital humano”, consideró González.
“Si se quiere tomar como referencia a ciertos parámetros internacionales como los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible (ONU), los cuales hacen también mención de la importancia de la obra pública“, agregó.
Para el especialista en planificación urbana, “la evidencia empírica demuestra que el incremento de la población siempre exige un mantenimiento e inversión en infraestructura y obra pública”.
El problema en Mendoza
“Mendoza tiene un grave problema originado por el crecimiento de la mancha urbana sobre las propias tierras secas donde se inserta, causando la ocupación indiscriminada de sus áreas rurales (irrigadas) y del Pedemonte (no irrigadas), las cuales componen áreas de gran fragilidad ambiental. Dicho crecimiento de la extensión, ha provocado (y provoca), un creciente deterioro de las condiciones ambientales y una exposición al riesgo por amenazas naturales”, explicó González.
Y agregó: “En el área metropolitana, si se sigue con este sistema actual de transporte sin ningún tipo de intervención en la obra pública, ocasionará profundos daños al ambiente. Otra de sus consecuencias serían que se seguirán evidenciando las inequidades sociales (ya bastante marcadas), por el pobre acceso a la infraestructura básica como el agua, la luz y el gas y también a los servicios necesarios como la enseñanza, el transporte, la seguridad y la salud”.
“Resulta imprescindible fomentar e invertir en obra pública
“No hay que olvidarse que Mendoza sufrió un aluvión en el año 1970, el cual causó una tragedia sin precedentes que marcó a la provincia, dejando 24 muertos y millonarias pérdidas. Si a todo esto le sumamos que el crecimiento de la huella urbana del Área Metropolitana de Mendoza presenta una centralización de servicios en un área de tierras secas frágiles, sin tener en cuenta el soporte de su propia infraestructura, va a continuar provocando que una gran parte de la población siga sin tener el adecuado acceso y oportunidades a los servicios más básicos”, remarcó el arquitecto mendocino.
Y remarcó: “Resulta imprescindible fomentar e invertir en obra pública, brindando una infraestructura de calidad, la cual ayude a impulsar el mejoramiento de la calidad de vida de la población y que contribuya al Desarrollo Sostenible de Mendoza”.
Fuente Mendoza Today