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El acuerdo con el FMI podría implicar fondos mayores a los esperados. Si bien el Gobierno no informó ningún detalle al respecto en el Decreto de Necesidad y Urgencia (DNU) publicado para la aprobación del Congreso del programa, si detalla cuál será el destino de esos fondos.
A raíz del detalle del decreto, en el que menciona que los fondos se destinarán a pagar las Letras Intransferibles del Tesoro en manos del Banco Central y para cancelar vencimientos del organismo, se desprenden nuevas estimaciones.
Según estimaciones de Romano Group, el monto a desembolsar rondaría los u$s 30.000 millones, muy por encima de las primeras aproximaciones del mercado e incluso arriba de lo que esperan grandes bancos internacionales.
La explicación radica en los montos que registran hoy en día los dos destinos que tendrán los fondos. Por un lado, los vencimientos para los próximos cuatro años con el FMI ascienden a u$s 19.100 millones.
A eso debe sumarse los vencimientos de las Letras Intransferibles. El decreto no especifica la cantidad de Letras que se cancelarán, sino que menciona que se cancelarán en primera instancia las de junio de 2025 y las subsiguientes.
El vencimiento mencionado (1 de junio) asciende a u$s 10.000 millones, según la valuación que hace de las mismas el Tesoro. Sin embargo, para el Banco Central, esos títulos valen un tercio de su valor original.
Según estimó PxQ, para cancelar el 100% del stock de Letras al valor que registra el Banco Central, el Gobierno necesitaría u$s 23.162 millones.
Estos números surgen sin considerar los intereses que corren sobre los capitales, en particular los del FMI. De hecho, el programa de 2022, que consiguió también un plazo de 10 años de repago y un período de gracia de 4, incluyó el inicio de los pagos de capital en 2026, pero los intereses si se pagaron en los últimos años.
Entre 2025 y 2029, los intereses de deuda con el FMI trepan a u$s 9288 millones. De considerar los intereses y los vencimientos de capital con el FMI, más la cobertura de todas las letras intransferibles, el programa debería ascender a más de u$s 40.000 millones, según estimó el Centro de Investigación y Formación (CIFRA) de la CTA. Esto, agregaron, “es ciertamente improbable”. El monto mencionado se acerca al crédito Stand By de 2018.
Si bien el FMI es un prestamista que ofrece mejores condiciones, en términos de plazos y tasas, cabe aclarar que entre el préstamo del 2018 y la refinanciación de 2022, Argentina pagará u$s 25.200 millones en intereses.
Esto es sin sumar los intereses del préstamo que está en negociación.
Vencimientos
El programa que negocia el Gobierno escasea de detalles, entre ellos, cómo cambia el perfil de la deuda externa.
Como existe hasta hoy, los vencimientos en los años siguientes son: u$s1.091 millones en capital y u$s 2.502 millones en intereses en 2026, u$s 4.254 millones de capital y u$s 2.370 millones en intereses en 2027, u$s 6.338 millones en capital y u$s 2.042 millones en intereses en 2028 y u$s 2.509 millones en capital y u$s 499 millones en intereses hasta abril de 2029.
Emiliano Libman, investigador de Fundar, explicó que el recorte que sufran los desembolsos los primeros años y la modificación que sufrirá el perfil de deuda dependerá de cómo entren los desembolsos “nuevos” del FMI. Estos últimos es probable que estén sujetos a revisiones trimestrales de metas específicas, como ocurre en todos los préstamos, y en particular el de facilidades extendidas que firmó Argentina en 2022.
Según cómo se ejecuten esos desembolsos es como se concretará la distribución de los vencimientos. Para Alan Versalli, de Eco Go, es poco probable que el FMI envíe todos los fondos juntos, por lo que no habría un perfil creciente a partir de 2029. La devolución de los cuatro años que se cubrirían con plata del Fondo se pasaría para después de 2029 y terminaría en 2035.
Fuente El Cronista
