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Desde los primeros días de abril se desplegará un nuevo mapa de la política argentina de cara a las elecciones de octubre: el gobierno de Javier Milei avanza hacia un relanzamiento de su gestión con un abanico de estrategias por implementar y la oposición empieza a unificar fuerzas en contra de las medidas oficiales.
Paradojas de la política que se vieron en los últimos días en la Argentina. En la Casa Rosada leyeron como un triunfo “apabullante” la aprobación del DNU del acuerdo con el FMI en Diputados y el control de la calle en la marcha de jubilados frente al Congreso. En cambio, la oposición se entusiasmó con otros datos de la realidad: entendió que la apuesta de la movilización sirvió para unificar posiciones entre los gremios, movimientos sociales y el peronismo contra Milei a lo que suman el anuncio del paro de la CGT para el 10 de abril y la avanzada de Diputados por la creación de una comisión investigadora del caso LIBRA.
La aprobación del DNU del acuerdo con el FMI por cómoda mayoría marcó el inicio de una nueva etapa del Gobierno para avanzar en medidas para los planes de Milei. “La Constitución nos avala con la aprobación de una de las Cámaras a un DNU y vamos a usar esa herramienta”, se sinceró un alto funcionario de la Casa Rosada al exponer la nueva estrategia a seguir.
En el Gobierno evalúan que este es un camino inevitable teniendo en cuenta un cálculo simple: cada proyecto de ley de Milei puede llevar entre tres y cuatro meses de debate para su aprobación e incluso no salir. Una eternidad para los tiempos del Presidente.
Por cierto, esta práctica del gobierno para sortear por DNU las trabas parlamentarias pero con aval de una de las Cámaras tiene sus limitaciones. Los DNU no pueden incluir temas impositivos, electorales, de reforma constitucional o cambios en temas penales. Pero en el Gobierno ven un abanico de medidas como una reforma laboral, desregulaciones y normativas de comercio que bien podrían avanzar por decreto.
Federico Sturzenegger dejó en claro el esquema que profundizará el gobierno. “No hay que usar el bisturí para las correcciones fiscales, sino una motosierra. La desregulación es una estrategia propyme y anticorrupción”, dijo el ministro estrella en una charla que ofreció el viernes en Santiago de Chile junto al investigador senior del Centro de Estudios Políticos, Rodrigo Vergara, ex presidente del Banco Central de Chile.
El otro escenario que apunta a cambiar en abril para el gobierno es el anuncio del cierre definitivo del acuerdo con el FMI. El propio Milei ya dijo que “a fines de abril” estará listo ese acuerdo para desembolsar fondos y abrir de una vez el cepo cambiario. En Washington no son tan optimistas y evalúan que los tiempos del board del FMI son otros. Hay trabas burocráticas y políticas aun por sortear y abril aparece como muy cercano aunque todo es posible en el mundo del Fondo.
El mapa de relanzamiento del gobierno se completa con mayor poder para Patricia Bullrich en detrimento del todoterreno Santiago Caputo. El manejo de las fuerzas policiales para controlar la calle desde el Ministerio de Seguridad también incluye el apoyo de la SIDE y un esquema duro de monitoreo que se ajusta cada vez más al electorado libertario.
En este relanzamiento de gestión en la Casa Rosada ya dieron ordenes al Senado para hacer un último intento y avanzar en la aprobación de los pliegos para la Corte de Manuel García Mansilla y Ariel Lijo. A sabiendas de que no tiene número de votos suficientes el oficialismo ofrece a la oposición cargos vacantes en otras áreas de la Justicia. Pero nadie sabe si la jugada saldrá bien para Milei.
Después de la aprobación del DNU del acuerdo con el FMI y la marcha de jubilados algo cambió en el mapa opositor. La dispersión que había hasta hace un mes y capitalizaba el Presidente en imagen positiva ahora parece recuperarse con la unificación de fuerzas. Se pudo ver en la marcha de jubilados donde confluyeron movimientos sociales, gremios, la izquierda y referentes del PJ e intendentes del conurbano.
Es probable que esta concentración de masa crítica se cristalice el 10 de abril cuando la CGT concrete el paro nacional anunciado. “No nos une el amor sino el espanto”, diría Jorge Luis Borges.
El secretario de Políticas Económicas y Sociales de la CGT, Omar Plaini,ya avisó que “el paro (del 10 de abril) no se negocia” pese a los trascendidos de reuniones secretas de altos dirigentes de la central obrera con el jefe de Gabinete, Guillermo Francos. En la Casa Rosada niegan tajantemente esas reuniones y el secretario de Trabajo, Julio Cordero, dejó de hablar con la cúpula de la central obrera hace varias semanas.
Hay otros pilares por los que la oposición mostrará unidad de fuerza contra Milei. En el plenario de comisiones de Finanzas, Asuntos Constitucionales y Justicia de Diputados el peronismo y sectores de izquierda ya avalaron la idea de interpelar al jefe de Gabinete, Guillermo Francos; el portavoz, Manuel Adorni; la secretaria de Presidencia, Karina Milei; al todoterreno Santiago Caputo y al titular del Banco Central, Santiago Bausili por el caso $LIBRA. Se preparan nuevas medidas.
Sin embargo, en la Casa Rosada aseguran que no expondrán a esos funcionarios a un “show mediático”. Cuanto mucho se analiza cumplir con el artículo 101 de la Constitución que obliga al jefe de Gabinete a concurrir una vez al mes al Congreso para exponer el estado de situación del Estado. Es probable que Francos vaya a rendir cuentas como hace cada mes en el Parlamento y acepte en ese contexto responder preguntas sobre el LIBRA gate que involucra al presidente.
La Fundación Pensar, el think tank del PRO, emitió un detallado informe en el que sostiene que en el gobierno de Milei hay un “riesgo latente de personalismo” y “el ajuste no lo pagó la casta”, al publicar un nuevo informe. También graficaron este escenario con un “semáforo” del poder donde resaltaron en rojo la falta de mención por parte de Milei a la educación, “a pesar de su compromiso en el Pacto de Mayo” y el aspecto institucional. Este es otro frente de batalla que aparece como novedosos en el mapa político que se avecina en los próximos meses en Argentina.
La mayor cercanía a las elecciones legislativas de octubre amplificará el nuevo escenario político que se viene. La atomización de fuerzas, un Milei remixado con mayor cuota de poder y una oposición cada vez más dura serán postales de cada día.
Fuente El Cronista
