Buenos Aires, 27 de marzo de 2025-Total News Agency-TNA- En la sexta audiencia del juicio por la muerte de Diego Armando Maradona, llevada a cabo este jueves, los fiscales Patricio Ferrari y Cosme Iribarren ofrecieron detalles inéditos de la autopsia realizada al astro del fútbol el 25 de noviembre de 2020. Los datos, revelados por los peritos Carlos Mauricio Cassinelli y Federico Corasaniti, quienes participaron en el análisis forense, expusieron un cuadro clínico alarmante que marcó las últimas horas de vida del ídolo argentino.
El examen post mortem, efectuado en la morgue de San Fernando, determinó que Maradona falleció debido a un “edema agudo de pulmón secundario a una insuficiencia cardíaca congestiva reagudizada y una miocardiopatía dilatada”. Sin embargo, los especialistas subrayaron el deterioro progresivo de los órganos del exfutbolista, indicando que muchos de ellos presentaban un peso significativamente mayor al estándar en un adulto promedio.
Un cuerpo en agonía prolongada
Cassinelli describió que la autopsia comenzó por el análisis de la cabeza, donde se constató una masa encefálica congestionada y edematosa, con un peso superior al habitual. En las cavidades pleurales de los pulmones se hallaron aproximadamente 500 mililitros de líquido en cada lado, lo que provocó que ambos órganos estuvieran notablemente turgentes y con un peso acumulado de 1,1 kilogramos, superando en 170 gramos el promedio normal. Según el perito, esta acumulación de líquidos fue causada por la miocarditis y la cirrosis que Maradona padecía, condiciones que habrían evolucionado durante al menos diez días previos a su muerte.
El corazón del exjugador, que pesaba 503 gramos (el doble de lo esperado en un adulto), presentaba una miocardiopatía dilatada y un exceso de grasa en sus paredes. Según Cassinelli, estos signos son indicativos de una larga agonía que pudo extenderse hasta 12 horas antes del fallecimiento. “El corazón contenía coágulos cruóricos, una evidencia clara de que el proceso agónico fue prolongado”, explicó.
Por su parte, Corasaniti reforzó esta conclusión al señalar que los coágulos de este tipo no se forman en muertes súbitas, sino en cuadros progresivos. Asimismo, destacó que el resto de los órganos también presentaban retención de líquidos y desgaste significativo. En el abdomen, por ejemplo, se encontraron hasta tres litros de líquido acumulado.
Falta de controles y un tratamiento inadecuado
Ambos especialistas coincidieron en que Maradona no recibió los cuidados médicos adecuados. Cassinelli afirmó que el paciente “no era apto para permanecer en un domicilio” y que su estado requería internación hospitalaria para un control riguroso y la eliminación de los líquidos retenidos. Corasaniti añadió que el tratamiento indicado habría sido el traslado inmediato a un centro médico, donde se le pudieran aplicar las medidas necesarias para estabilizarlo.
La hora de la muerte
Aunque los peritos indicaron que no es posible determinar con exactitud el momento del deceso, basándose en signos como la deshidratación, la opacidad de las córneas, la rigidez cadavérica y las manchas post mortem, estimaron que Maradona habría fallecido entre las 9:00 y las 12:00 horas del 25 de noviembre. Cuando la autopsia fue realizada a las 19:00 horas de ese día, el cuerpo ya presentaba rigidez en la mandíbula, una pierna y los brazos.
Imputados bajo la lupa
Los testimonios de los peritos refuerzan las acusaciones contra los profesionales de la salud que atendieron a Maradona en sus últimos días. Entre ellos, el neurocirujano Leopoldo Luque y la psiquiatra Agustina Cosachov, quienes enfrentan cargos por negligencia médica. Los expertos remarcaron que, de haberse actuado a tiempo, el desenlace fatal podría haberse evitado.
El juicio continúa con interrogatorios a otros testigos clave, mientras se analizan las responsabilidades de quienes estuvieron a cargo de la salud del ídolo mundial en sus días finales.