Por Darío Rosatti
Buenos Aires, Argentina, 29 de marzo de 2025-Total News Agency (TNA)- En julio y agosto de 2024, tres rompehielos chinos —el Xuelong 2, el Ji Di y el Zhong Shan Da Xue Ji Di— realizaron un simbólico y estratégico paso por el Ártico, demostrando el creciente interés de Pekín en la región. Este movimiento, que fue calificado por la agencia estatal rusa RIA Novosti como “El Ártico se está volviendo chino”, refleja un cambio significativo en el equilibrio geopolítico del extremo norte del planeta.
China y Rusia: una alianza estratégica en el Ártico
Desde principios de la década de 2000, China ha incrementado su influencia en el Ártico, inicialmente a través de Islandia, pero enfrentando resistencias de Estados Unidos y Dinamarca. Según Michael Paul, experto en seguridad marítima de la Fundación Ciencia y Política (SWP) de Berlín, este escenario llevó a Pekín a estrechar lazos con Rusia, un socio debilitado por la guerra en Ucrania y cada vez más dependiente de China en la región.
La cooperación entre ambos países se centra en el desarrollo del Paso del Noreste, una ruta marítima cercana a la costa rusa que ya está siendo utilizada para el transporte de gas desde la península de Yamal hacia China. Aunque actualmente solo unas pocas docenas de barcos transitan por esta ruta cada año, las expectativas son altas debido al rápido derretimiento del hielo ártico.
El impacto del cambio climático y nuevas rutas marítimas
El Ártico se está calentando cuatro veces más rápido que el resto del planeta, según el Instituto Alfred Wegener de Investigación Polar y Marina. Este fenómeno está provocando un acelerado derretimiento de la capa de hielo, lo que podría abrir tres nuevas rutas marítimas entre el Pacífico y el Atlántico en las próximas décadas.
Paso del Noreste: Ya en desarrollo por China y Rusia, esta ruta es clave para el transporte de materias primas.
Paso del Noroeste: Frente a la costa canadiense, es menos viable comercialmente debido a su complejidad de navegación y a las disputas territoriales con Canadá.
Ruta transpolar: Prevista como la más directa y navegable durante los veranos, esta ruta podría convertir a Islandia en un puerto estratégico de transbordo.
China ya ha establecido una enorme embajada en Islandia, reforzando su interés en el país como punto clave para sus operaciones en el Ártico.
Recursos minerales: el nuevo tesoro del Ártico
El derretimiento del hielo también está facilitando el acceso a los vastos recursos minerales de la región. Según un estudio del Servicio Geológico de Estados Unidos (USGS), el Ártico alberga el 30% de las reservas de gas natural no descubiertas del mundo y el 13% de las de petróleo. Además, Groenlandia posee importantes depósitos de tierras raras, esenciales para la tecnología moderna, junto con metales, diamantes, carbón y uranio.
Sin embargo, la extracción de estos recursos enfrenta desafíos logísticos y climáticos significativos. Michael Paul señala que la minería en el Ártico requiere una infraestructura que aún no está completamente desarrollada, y algunos yacimientos han resultado menos rentables de lo esperado.
Dimensión militar: el Ártico como zona estratégica
Más allá de los intereses comerciales, el Ártico tiene una importancia militar crucial. La región representa la ruta más corta entre Rusia y América del Norte, lo que la convierte en un posible escenario de conflicto en caso de tensiones bélicas.
Estados Unidos mantiene una fuerte presencia en la región a través de la base espacial Pituffik (anteriormente base aérea de Thule), que opera como sistema de alerta temprana para ataques con misiles y como punto de reabastecimiento para aviones de la OTAN. Sin embargo, la presencia militar china en el Ártico es cada vez más evidente.
En 2015, buques de guerra chinos cruzaron las aguas estadounidenses frente a Alaska, y desde 2021 estas incursiones se han vuelto más frecuentes. En 2022, una flota conjunta de barcos rusos y chinos, que incluía un destructor de misiles guiados Tipo 055, fue detectada a 160 kilómetros de la isla de Kiska, en Alaska.
El Ártico como epicentro de una nueva competencia global
La cooperación entre China y Rusia en el Ártico busca limitar el acceso de otros países a las nuevas rutas marítimas y los recursos de la región. Estados Unidos, Japón y Corea del Sur también han expresado interés en utilizar estas rutas, pero sin someterse a las condiciones impuestas por Moscú y Pekín.
Además, el interés estadounidense en Groenlandia, que resurgió durante la administración de Donald Trump, refuerza la importancia estratégica del Ártico en la política global. La región se perfila como un escenario clave para la competencia geopolítica, económica y militar en las próximas décadas, con implicaciones que trascienden sus fronteras heladas.