Por Daniel Romero
Buenos Aires, Argentina, 30 de marzo de 2025-Total News Agency (TNA- El peronismo argentino vive uno de los momentos más críticos de su historia reciente, enfrentando divisiones internas que complican su desempeño electoral en los distritos que adelantaron sus comicios. De los siete distritos donde ya se inscribieron frentes, seis presentan más de una lista vinculada al espacio peronista, mientras que en Misiones ni siquiera habrá una lista oficial del Partido Justicialista (PJ), lo que refleja una ruptura total en la provincia. Esta fragmentación no solo afecta la capacidad del peronismo de competir de manera efectiva, sino que también pone de manifiesto las tensiones internas por el liderazgo del espacio a nivel nacional. Ella lo hizo. Foto: CFK, Kicillof y Massa al banco.
Un peronismo en crisis: disputas internas y liderazgos cuestionados
La derrota del peronismo en las elecciones presidenciales de 2023, sumada a la pérdida de varias gobernaciones clave, ha dejado al espacio político en un estado de profunda crisis. Las disputas por el liderazgo nacional, encabezado por Cristina Kirchner como titular del PJ, y las tensiones entre los mandatarios provinciales y sectores aliados al oficialismo nacional han generado un escenario de fragmentación que amenaza con debilitar aún más al movimiento.
En un intento por recuperar el control y promover la unidad, Cristina Kirchner ordenó intervenciones partidarias en provincias como Salta, Misiones y Jujuy. Sin embargo, estas decisiones han sido duramente criticadas por sectores internos, ya que lejos de unificar al partido, han profundizado las divisiones y generado nuevos conflictos. Según analistas políticos, estas intervenciones responden tanto a una estrategia de centralización del poder como a la necesidad de reconfigurar alianzas en un contexto de incertidumbre electoral. Al parecer, Cristina Kirchner no quiere entender que detrás de ella, ya jamás podrá haber unidad, es su presencia quien divide.
Por otro lado, gobernadores como Maximiliano Pullaro (Santa Fe), Leandro Zdero (Chaco) y Claudio Poggi (San Luis) han sido señalados como responsables de fomentar la fragmentación opositora en sus provincias. Estos mandatarios, alineados con fuerzas no peronistas, han auspiciado listas alternativas que debilitan al PJ en sus respectivos distritos, complicando aún más el panorama electoral.
Divisiones provinciales: un mosaico de fragmentación
Santa Fe
En la primera elección del año, programada para el 13 de abril, el peronismo llegará dividido en tres frentes principales. Marcelo Lewandowski, senador nacional, liderará la lista de convencionales constituyentes por el espacio Activemos, en alianza con el socialista Rubén Giustiniani. Por otro lado, Juan Monteverde encabezará el frente Más para Santa Fe, con el respaldo del PJ, el Frente Renovador y el Movimiento Evita. Finalmente, Roberto Sukerman competirá por separado, reflejando la falta de acuerdos dentro del espacio. Por otro lado, el mismo Sergio Massa dejo entrever que en su especio debe haber lugar para otras figuras, dejando claro que su figura tambien es piantavotos.
Pese a los intentos de Cristina Kirchner por mediar y ofrecerle a Lewandowski el liderazgo de una lista unificada, las tensiones internas prevalecieron, dejando al peronismo dividido y con menores posibilidades de éxito en la provincia.
Chaco
En Chaco, donde las elecciones se realizarán el 11 de mayo, la situación no es menos compleja. Jorge Capitanich, exgobernador, liderará la boleta oficialista Chaco Merece Más, con el respaldo de Gustavo Martínez y Domingo Peppo, ambos exrivales internos. Sin embargo, un grupo de intendentes disidentes presentó otra lista encabezada por Atlanto Honcheruk, exjefe comunal de Villa Berthet. Esta división interna favorece al actual gobernador radical, Leandro Zdero, quien busca consolidar su liderazgo en la provincia.
Misiones
El caso de Misiones es uno de los más críticos, ya que el PJ no presentó lista oficial para las elecciones del 8 de junio. Los sectores peronistas se han dividido entre el Frente Renovador de la Concordia, liderado por Carlos Rovira, y otras agrupaciones como Confluencia Popular por la Patria, vinculada al kirchnerismo, y Tierra, Techo y Trabajo, impulsada por el Movimiento Evita. Este escenario refleja una ruptura total del peronismo en la provincia, lo que reduce significativamente sus posibilidades de competir de manera efectiva.
Jujuy
En Jujuy, las elecciones también se realizarán el 11 de mayo, pero las listas cerrarán recién el 1° de abril. El Frente Justicialista, que incluye a sectores de La Cámpora y al exlíder partidario Rubén Rivarola, enfrentará la competencia de dos listas adicionales: una liderada por la senadora Carolina Moises y otra encabezada por Carlos Haquim, exvicegobernador de Gerardo Morales. La intervención prolongada del PJ en la provincia, ordenada por Cristina Kirchner, ha generado tensiones adicionales, dificultando la posibilidad de unificar al espacio.
La Ciudad de Buenos Aires: negociaciones de último momento
En la Ciudad de Buenos Aires, el peronismo enfrenta un panorama similar. Leandro Santoro liderará la lista de legisladores porteños por la alianza Ahora Buenos Aires, que incluye a sectores del PJ, La Cámpora y otras agrupaciones. No obstante, el Movimiento Evita y otros sectores impulsan la candidatura de Juan Manuel Abal Medina bajo el frente Seamos Libres, lo que complica las posibilidades de unificar el espacio de cara a las elecciones del 18 de mayo. Las negociaciones continuarán hasta el último momento, pero las diferencias internas parecen insalvables.
Perspectivas y desafíos para el peronismo
El peronismo enfrenta un panorama electoral sumamente desafiante, marcado por la fragmentación interna y la falta de acuerdos estratégicos en varias provincias clave. Esta situación no solo debilita sus posibilidades en los comicios provinciales de 2025, sino que también pone en riesgo su capacidad de reorganizarse de cara a las elecciones presidenciales de 2027.
Con liderazgos cuestionados y una conducción nacional en conflicto con los mandatarios provinciales, el futuro del peronismo dependerá de su capacidad para superar las divisiones internas y reconstruir alianzas que le permitan recuperar su posición como fuerza política dominante en el país [3].