La vida por el hermano de la patria es el máximo sacrificio humano que puede hacer hombre por el prójimo. No escapa a los poderes del mundo la imagen de repercusión internacional del *soldado argentino pertrechado con su fusil y su rosario, que lucha por Dios, por la Patria y por su hogar; introduciendo en la guerra el factor religioso, como ocurrió en Malvinas, lo cual de por sí es un gran movimiento o una extraordinaria revolución.
Y así como la patria concurrió y concurre a darnos nuestro ser, así nosotros debemos, en caso necesario, dar nuestro ser –nuestra vida, nuestra existencia– a la patria.
_“Un nuevo sol se levanta (el de nuestra bandera) _sobre la nueva civilización que nace hoy (la argentinidad), una cadena (el rosario) _más fuerte, que el odio –del capitalismo usurero exacerbado–*_y que la muerte – del fundamentalismo religioso–*_lo sabemos, el camino es el AMOR” -Roma al revés-
Firmado: Javier R. Casaubon
