Antonio Sastre, profesor honorífico de Investigación y hasta hace un par de años Profesor de Hidrología, Gestión del Agua y Evaluación del Impacto Ambiental en la Universidad de Alcalá, habla para ABC sobre lo que significó para él el 24 de marzo de 2025, un día histórico para la cabecera del Tajo .
Por primera vez en casi tres décadas , la lámina de agua en el embalse de Entrepeñas superó la cota de 714,19 metros sobre el nivel del mar, lo que permitió abrir el canal hacia el embalse de Buendía con un caudal de 40 metros cúbicos por segundo en lámina libre. Este hecho, que no ocurría desde 1997, supone un hito en la gestión de los recursos hídricos del Tajo, tras semanas marcadas por la sucesión de borrascas que han afectado a la península ibérica.
Sastre confiesa nunca pensó que volvería a ver agua fluyendo entre Entrepeñas y Buendía , un espectáculo que no ha querido perderse este fin de semana en Sacedón. En las últimas décadas, la sequía y la sobreexplotación de los acuíferos han amenazado una forma de vida y han secado ríos y humedales. Y, de pronto, las intensas lluvias de marzo llegan como una oportunidad histórica para dar solución a problemas que arrastran tensiones territoriales.Imágenes de el embalse de Entrepeñas y del canal de Entrepeñas- embalse de Buendía A. SASTREMarzo ha sido un mes excepcional, con una media de 200 litros por metro cuadrado acumulados en Castilla-La Mancha, el segundo o tercer mes de marzo mas lluvioso desde que se tienen registros, «algo a lo que no estábamos acostumbrados en esta región», reconoce Antonio Sastre. Sin embargo, advierte que si hubiera llovido en octubre, con el suelo seco, una parte de esa precipitación se habría quedado en el suelo antes de escurrir hacia los arroyos y cursos fluviales, como ha pasado ahora, con los suelos ya en buena medida cargados de humedad.
Así, «los responsables de los embalses, al estar más llenos, han tenido que atender a una instrucción que se llama regla de explotación: al superar el volumen embalsado el 80% de la capacidad del embalse, ello obliga a las confederaciones hidrográficas a abrir las compuertas para tratar de mantener un volumen de llamado «de resguardo» que viene a ser del 20% de dicho volumen, porque tras la lluvia se abre la posibilidad de la fusión de la nieve almacenada en las montañas», explica. A pesar de las inundaciones y la alarma social, el profesor considera que estas lluvias han sido un regalo , porque cuando se producen estos episodios, el río vuelve a tener su régimen normal, se rejuvenece y se vigoriza. Y todo ello sin olvidar el beneficio para los suelos, especialmente para los suelos agrícolas, derivado del lavado, que, en mayor o menor medida, se produce en ellos, sobre todo si están sometidos a presión para incrementar su productividad agraria.
Sin duda, prevalece todo lo bueno. Por eso, considera que en estos momentos de «aguas altas», de bonanza, es cuando se deberían tomar decisiones vitales para el futuro en materia de gestión del agua, ya que en los momentos de crisis son muy difíciles de llevar a cabo porque «no hay tranquilidad». En su opinión, sería necesario «sentarse tranquilamente y plantear opciones de futuro dentro de lo que nos ofrecen las condiciones ambientales de nuestros territorios, pues no hay que olvidar que tras esta bonanza hidrometeorológica, volverán las condiciones de escasez pluviométrica habituales». «Son momentos adecuados para volver a poner la casuística de la gestión del agua sobre la mesa y tomar decisiones en unas condiciones de tranquilidad que no se dan en esos momentos de crisis, como antes comentábamos», asegura.
Fuente ABC