
En nuestro país, la semana que pasó resultó completamente negativa para el gobierno de Javier Milei, que incluyó un viaje absurdo a Miami, viajó porque le programaron un encuentro para la foto y pedirle una ayuda a Trump y el norteamericano ni apareció, estando en su propiedad. Le quedó un premio que le otorgaron, en un acto a beneficio de policías y bomberos, junto a Natalia Denegri, una de las chicas del escándalo del jarrón de Cóppola y que desde hace un tiempo triunfa en el país del norte.
Antes del innecesario viaje, provocó reacciones en contra con su desacertado discurso del 2 de Abril respecto de la autodeterminación de los kelpers, sobre quienes dijo que apostaba a que un día eligieran votar por Argentina, lo que equivalió a reconocerles autonomía sobre un territorio declarado un enclave colonial por la propia ONU en 1946.
Fue mucho más duro para Milei la fuerte derrota en el Senado, con el rechazo a los pliegos de Ariel Lijo y Manuel García-Mansilla para la Corte Suprema.
Y para colmo, el país fue otra víctima, del anuncio de su admirado presidente estadounidense, imponiendo aranceles a todo el mundo. Como si no hubieran sido jornadas lo suficientemente amargas, la economía argentina cruje en el plano internacional: los activos argentinos se derrumbaron el viernes hasta un 13 por ciento producto del tembladeral provocado por la suba de esa medida. Sobre este tema Javier Milei opino que Argentina readecuará su legislación para atenuar el impacto de los aranceles de Trump.
Veremos como sobrepasa esas instancias tan negativas de la semana que culmina y como, afronta la que viene con las repercusiones reales de los aranceles que ya están en marcha, y el anunciado paro laboral y movilizaciones para la semana que se inicia mañana.
Veamos un poco cómo está el mundo luego del rimbombante anuncio y puesta en marcha.
De los aranceles por parte de Trump
En esencia, se trata de un arancel universal del 10% sobre todas las importaciones a EE.UU. para todo el mundo, que entró en vigor el viernes por la noche. Además de eso, decenas de los “peores infractores”, como los ha llamado Trump, se verán gravados recíprocamente por tener excedentes comerciales.
Los aranceles de Trump son el mayor cambio en el comercio global en 100 años y una guerra comercial mundial parece inevitable.
La patada que Trump dio al tablero comercial mundial ya provocó pérdidas milmillonarias en bolsa, una caída del dólar e hizo saltar todas las alarmas de recesión y de destrucción de puestos de trabajo por el golpe directo de los aranceles a las exportaciones y el daño indirecto a la actividad en general, empezando por Estados Unidos.
La primera prueba del daño autoinfligido por Estados Unidos con los aranceles está en el corazón de los mercados financieros, en Wall Street, donde el rojo con el que se identifica las ventas de acciones y las pérdidas se extendió por todas las pantallas.
Como será de grave que nos hizo recordar una de las imágenes más comentadas de la toma de posesión de Donald Trump como presidente de Estados Unidos el pasado 20 de enero, que fue la presencia de cuatro de los grandes ‘tecnomagnates’ del mundo abrazando al líder .
Mark Zuckerberg (Meta —matriz de Facebook o Instagram—), Jeff Bezos (Amazon), Sundar Pichai (Google) y Elon Musk (Tesla, X o SpaceX) posaban juntos en una foto que era la viva imagen del dinero apoyando a Trump. Pero ahora, la controvertida decisión de Trump de subir aranceles para todo el comercio mundial les ha golpeado duramente.
Las jornadas de jueves y viernes en la Bolsa de Nueva York fueron aciagas, casi históricas en lo negativo, y si hubo empresas afectadas, estas fueron las tecnológicas. Más de dos billones de dólares perdieron por la decisión de su amigo.
Pero en el mundo es mucho más grave
Apenas días después de que Trump revelara nuevos aranceles recíprocos a las importaciones de todo el mundo, China impuso el viernes un arancel de represalia del 34% sobre todos los productos estadounidenses a partir del 10 de abril. Los mercados bursátiles mundiales se desplomaron, teniendo su peor semana desde que el COVID-19 trastornó la economía global en 2020.
Los economistas advierten que los aranceles aumentarán los precios de los productos que los consumidores compran cada día, desde los que se encuentran en los supermercados hasta las reparaciones de automóviles. A medida que las empresas enfrentan costos más altos, algunos dicen que las economías de todo el mundo podrían experimentar una desaceleración en la contratación, despidos y menores ingresos en el futuro, aumentando los temores sobre el crecimiento económico futuro y ampliando la desigualdad.
Los economistas, los juristas, los diplomáticos y los políticos de todos los países y de todas las ideas y capacidades, irán desmenuzando en los próximos tiempos la gravedad de semejante vileza al servicio de su creencia de salvador de los más privilegiados a costa de empobrecer y condenar su futuro a los más desfavorecidos.
El temor a una caída de la economía afecta al precio del petróleo, hunde al dólar y fortalece al euro. Todo son contradicciones, incluyendo las dudas sobre los efectos que la medida puede causar en China,
Sabemos que el país de Trump que es la principal potencia militar y económica, que impone una autoridad internacional, con todo el poder que ejerce, pero nunca escuchamos allí el absurdo de ser un país oprimido por nadie.
Al grito de “el mundo nos roba”, con datos manipulados y a veces delirantes, y sin pasar por el Congreso, el presidente de Estados Unidos ha levantado un muro arancelario y, a la vez, se ha puesto en guerra económica con el resto del mundo. Gesticula al borde del abismo y puede llevar también a su país a caer.
Prácticamente no hay lugar del planeta que no se vea afectado por la decisión unilateral de Donald Trump, que solo deja a salvo a Rusia, con la excusa de que tiene bastante con las sanciones
Trump no sólo ha puesto con su creencia de que es el propietario del Planeta, y su egolatría sin límites, poniendo en peligro la frágil estabilidad mundial, anunciando la euforia con que se enorgullecía informando de su condena a todos los demás al afrontar una etapa de nuevos problemas, incluido el peligro alarmante de una tercera guerra mundial, y pasando por el incremento, desde hoy mismo, de medidas que generan más muertes, desgracias y problemas graves ante el inminente encarecimiento de las medicinas, alimentos y tantos otros productos y servicios de primera necesidad que causarán incluso el aumento de las muertes por hambre.
Este artículo se publicó primero en Mendoza Today.
Fuente Mendoza Today