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El teorema desplegado por la nueva diplomacia argentina es casi similar al “principio de revelación” que impone Milei para la política doméstica. Esto es: exponer aquellos que no comulgan con la liturgia libertaria o congelar esos vínculos al extremo.
Desde el gobierno aseguran que las relaciones entre Argentina y Estados Unidos pasan por “el mejor momento de la historia”. Añaden que Milei seguirá alineado estrechamente a Trump. “Nosotros hacemos política con hechos, no con meras palabras. Y en eso coincidimos con el presidente Trump”, dijo el presidente Milei el jueves por la noche en la gala American Patriots Gala, organizada por Make America Clean Again.
Milei esperaba un encuentro con Trump en la residencia de Mar-a-Lago que nunca se dio por “problemas con el helicóptero” del mandatario norteamericano. En la Casa Rosada minimizaron el hecho de una no reunión al igual que la imposición de aranceles para la Argentina que fueron apenas del 10% en lugar del 32% que se les impusieron a otros países amigos de Washington como Taiwán o casos extremos como el de Lesoto o Vietnam con el 42%.
Las relaciones entre Argentina y Estados Unidos seguirán firmes y más profundas que nunca. El canciller Gerardo Werthein se reunió con el poderoso secretario de Comercio, Howard Lutnick, en la que iniciaron una negociación para aplacar el impacto del aumento de los aranceles.
La idea quedó graficada por el mismo Milei: Argentina readecuará su legislación para atenuar el impacto de los aranceles estadounidenses. No hay detalles aun de esto porque el equipo de la Cancillería que maneja Luis Kreckler ni siquiera tiene detalles de esa reunión en Estados Unidos.
No obstante, Milei dijo que negocia con Donald Trump para llegar a un acuerdo de arancel cero que incluiría a 50 productos que la Argentina exporta a los Estados Unidos y se buscará avanzar con un Tratado de Libre Comercio (TLC) a pesar de que las normativas del Mercosur se lo impiden.
Milei responderá al proteccionismo de Trump con más gestos de alineamiento. Es el único camino que le queda al presidente argentino luego de recibir un fuerte espaldarazo de Estados Unidos en las negociaciones por un nuevo acuerdo con el FMI.
El Presidente durante la American Patriots Gala.
Una vez que haya acuerdo con el Fondo habrá viaje oficial a Washington. Werthein y el embajador Axel Oxenford negocian una visita oficial a Estados Unidos de Milei con paso por la Casa Blanca, el Capitolio y la Corte Suprema.
¿Coincidirá ese viaje con los avances del fiscal del Departamento de Justicia de los Estados Unidos, Timothy J. Treanor, quien ya adelantó que presentará cargos contra Milei por su presunta vinculación en el caso $LIBRA? En el gobierno dan por superado ese hecho. A lo sumo, el jefe de gabinete, Guillermo Francos responderá dudas de la oposición sobre el criptogate en su exposición del estado de gestión del gobierno del 16 de abril en Diputados.
Como contrapartida de la buena sintonía que Milei muestra por Trump la diplomacia que comanda el presidente empezó a mostrar gestos de distanciamiento cada vez mayores de China, el enemigo mayor de Washington estos días de turbulencia en los mercados.
El embajador argentino en Beijing, Marcelo Suárez Salvia, no logró confirmar aun a la administración de Xi Jinping la fecha posible de una invitación que le extendieron en febrero a Milei. La paciencia china es amplia pero también se agota. En el medio hay indefiniciones de la Argentina por proyectos de inversión en infraestructura y el desarrollo de una planta nuclear con tecnología completamente china.
Los signos de distanciamiento de la Argentina con China no pondrían en riesgo la continuidad de la línea de SWAPS con fondos frescos que necesita Milei. “Todo lo que tiene que ver con ingeniería financiera sigue su curso por medio de los acuerdos de los Bancos Centrales”, responden en la Casa Rosada. Esto es: la extensión de créditos en yuanes sigue en pie por más turbulencia diplomática que haya.
Milei no logró la esperada foto con Trump en el último viaje.
En el medio de todo este escenario en el que se mueve la Argentina crece la tormenta gigante entre China y Estados Unidos por los aranceles de Trump. En algún momento la cuestión se pondrá más complicada y Washington reclamará más lealtades a sus aliados. Pero Milei sabe que en el juego de extremos y en el baile del “principio de revelación” no se puede estar bien con Dios y con el diablo al mismo tiempo.
Fuente El Cronista
