Por Darío Rosatti
Buenos Aires, 25 de abril de 2025-Total News Agency – TNA- El gobernador de la provincia de Buenos Aires, Axel Kicillof, ha lanzado un ataque frontal contra Kristalina Georgieva, directora del Fondo Monetario Internacional (FMI), tras su apoyo explícito al gobierno de Javier Milei. Kicillof calificó las declaraciones de Georgieva como una “grave intromisión” en la vida política argentina, al afirmar que es fundamental no “descarrilar la voluntad de cambio” en las próximas elecciones.
Sin embargo, resulta irónico que Kicillof, quien ha sido parte de decisiones económicas desastrosas durante su gestión, critique la intervención del FMI mientras ignora su propio legado de errores financieros. Su administración ha sido marcada por la expropiación de Aerolíneas Argentinas, que resultó en un perjuicio económico de miles de millones de dólares para el país. Además, su papel en la expropiación de YPF y la gestión de la deuda con fondos buitres y el Club de París han dejado una huella negativa en la economía argentina.

El gobernador dice defender la soberanía nacional, pero sus decisiones ideológicas han llevado a la Argentina a acumular deudas que ascienden a 41.624 millones de dólares. En lugar de responsabilizarse por estas decisiones, Kicillof opta por desviar la atención hacia el FMI, acusándolo de imponer recetas de ajuste que, según él, han empobrecido a millones de argentinos.
Kicillof también hizo referencia a figuras como Néstor Kirchner y Cristina Kirchner, sugiriendo que el FMI había sido una sigla desconocida durante sus mandatos. Sin embargo, es crucial recordar que su propio gobierno ha sido parte de un ciclo de endeudamiento que ha afectado a la economía nacional. Mientras critica a Milei por “tercerizar” la política económica, Kicillof parece olvidar que sus propias decisiones han contribuido a la situación actual del país.
La postura crítica de Kicillof, se ve empañada por su historial de gestión. La economía argentina enfrenta desafíos complejos, y en lugar de buscar responsables externos, sería más constructivo que los líderes políticos reflexionen sobre sus propias decisiones y su impacto en el bienestar de la sociedad argentina.