No hay dos temporadas iguales en la estación de esquí de Sierra Nevada , pero tampoco sería exagerado decir que la que ahora echa el cierre ha sido una de las más peculiares de los últimos años, por no decir la que más. Para lo bueno y para lo menos bueno, ha sido noticia durante casi cinco meses seguidos. Tiene mérito.A lo largo de todo este tiempo, ABC ha informado sobre Sierra Nevada para bastantes cosas: una apertura tardía, varios cierres motivados por la climatología, especialmente el viento, conflictos laborales que desembocaron en una huelga y, para rematar, el apagón y sus consecuencias, allí en forma de 16 personas atrapadas en un telecabina . Pero también se ha informado sobre fines de semana repletos de usuarios , de más de cien kilómetros esquiables a su disposición, de periodos de una más que buena ocupación hotelera o de la ampliación de la temporada hasta mayo, algo que no suele ocurrir porque lo habitual es que, tras la Semana Santa, la estación eche el cierre. Este domingo lo hace definitivamente.Empezando por el principio, como está mandado, la temporada comenzó el 13 de diciembre de 2024, lo que quiere decir después del puente de la Inmaculada y la Constitución, una circunstancia que no se había producido desde 2021. Es cierto que, antes de eso, el 30 de noviembre, hubo lo que se definió como una «apertura turística», que permitió realizar algunas actividades recreativas en Borreguiles, pero no esquiar. La razón del retraso estaba clara: ni había nevado lo suficiente, ni tampoco hacía el frío necesario como para que los cañones de creación artificial pudieran generar una cantidad suficiente. Hubo varios intentos, pero hacía demasiado calor y resultaron infructuosos. El puente, siempre visto por los empresarios de la zona como la primera gran oportunidad de la campaña, pasó de largo.Esquiadores durante la jornada del 13 de diciembre, la que abrió la campaña antonio l. juárezFinalmente, el 13 de diciembre sí que se pudo abrir la estación, con 5,6 kilómetros de superficie esquiable. Más que en 2022, cuando apenas se llegó a los dos kilómetros. Lo uno por lo otro, se podría concluir. Las perspectivas para las inminentes Navidades , otra fecha crucial allí arriba, eran buenas. Se llegó ahí con 12 kilómetros de pistas disponibles y los hoteles y apartahoteles, concentrados fundamentalmente en Pradollano, estuvieron al 65% de su capacidad, lo que quiere decir mejor que algunas veces y peor que otras. Es obvio que, con más nieve, habría llegado más gente . Pero los porcentajes a veces son engañosos: en esas mismas fechas, la ocupación hotelera en Granada rondó el 80%, y es un hecho que muchos de los que pernoctan en la capital, suben por la mañana a esquiar. Enero y febrero no fueron meses particularmente buenos. Seguía sin haber mucha nieve disponible –en torno a 22 kilómetros- y los espesores mínimos eran de veinte centímetros. Para colmo, el viento hizo acto de presencia e impidió abrir la estación varios días, por ejemplo el 22 y el 27 de enero. Eso, en combinación con las temperaturas, más altas de la cuenta, hizo disminuir la superficie esquiable hasta los 12 kilómetros . El puente de Andalucía, a finales de febrero, fue un éxito y los hoteles estuvieron al 85%, pero una nube se aproximaba en el horizonte, y no precisamente climatológica: el personal de remontes anunciaba ocho jornadas de huelgas y paros, la primera de ellas el 1 de marzo. Una convocatoria que marcó el resto de la temporada. No era la primera huelga que se cernía sobre Sierra Nevada, naturalmente. La hubo en 2007, se desconvocaron las previstas en 2011 y 2012, volvió a haber movilizaciones en 2013, se evitó otra en 2015, hubo cierres en 2016 y 2018 y la situación se repitió en 2021, justo cuando España salía de una pandemia que un año antes afectó a todos y, naturalmente, también a los amantes del esquí.Telesillas llenos de esquiadores en una de las buenas jornadas del año antonio l. juárezCetursa , la empresa que gestiona la estación invernal no daba crédito. Los trabajadores de remontes, argumentaron, tienen unas condiciones laborales mejores que los del resto de España. Especificaron los pluses que aquí se reciben y en otros sitios no y echaron en cara a los trabajadores de los remontes su escasa disposición a dialogar. Claro, que éstos contestaron exactamente lo mismo: que quien no quería hablar era la empresa. Entre las reivindicaciones laborales destacaban el plus de altura y el de peligrosidad, la externalización de servicios, que los trabajadores entendían como una privatización encubierta, o la consolidación de la plantilla. La empresa respondió exponiendo que precisamente este año se habían convocado unas oposiciones para consolidar puestos de trabajo y, en cuanto al plus de altura, incidió en que no era de recibo que lo pidieran algunos empleados que habían dejado de trabajar en la montaña para hacerlo en Granada capital. En cualquier caso, el 1 de marzo la estación tuvo que cerrar porque hubo huelga. La primera de las jornadas de movilizaciones previstas se llevó a cabo, pero también fue la última . El calendario incluía la Semana Santa, pero antes de llegarse a esa fecha, se desconvocó, como también se habían anulado jornadas previas «como gesto de buena voluntad» por parte del comité de empresa.Una jugada sutilEn realidad, la huelga comenzó a desactivarse el 5 de marzo, cuando la Junta de Andalucía estableció servicios mínimos para las siete jornadas que seguían pendientes. Fue una jugada muy sutil: Pradollano y Borreguiles, las dos zonas esenciales de la estación, pertenecen al término municipal de Monachil . Y la legislación establece que dos núcleos de una misma población deben estar conectados, tiene que haber un medio de transporte entre ellos. En este caso, el único medio es el telecabina, así que debía funcionar. Así que llegó la Semana Santa con Sierra Nevada en todo su esplendor , con días en los que se superaron los cien kilómetros esquiables de un total disponible de 112, con espesores de hasta tres metros… Todo estupendo salvo por un pequeño detalle: el viento volvió a aparecer y obligó a cerrar. Lo que no consiguió la huelga, lo logró la meteorología. No obstante, la temporada no ha tenido un mal final. Como había bastante nieve acumulada, Cetursa decidió prolongarla hasta este domingo 4 de mayo y hasta lanzó una campaña promocional –’Esquía la primavera’- para que los visitantes llegaran hasta el final. Y aunque muchos foráneos optaron por no venir, porque es terminar la Semana Santa y cambiar los esquíes por el bañador, los empresarios han podido mantener sus tiendas abiertas y aprovecharse del público local, siempre fiel.
Fuente ABC