
Desde que comenzó el siglo estamos viviendo un fanatismo político que se incrementa día a día hasta los niveles peligrosos actuales que pone en riesgo la democracia y todo sea por la ambición de poder que antepone intereses particulares y sectoriales, olvidándose que tanto el ejecutivo como el legislativo está integrado por ciudadanos a los que el pueblo les da cargos que antes eran honorables y hoy, lamentablemente, lo han dejado de ser, es mi opinión.
La frase “primero la patria y luego…el resto” parece no tener valor; el tema es ver cómo se escala en la miserable carrera política nacional (en menor grado se ve en provincias y hasta municipios) y el concepto de República quedó desplazado.
El pueblo está esperando soluciones que les tarda mucho en llegar, mientras los políticos desplazan los temas sociales y de crecimiento por continuas peleas contra adversarios (hoy enemigos) no solo entre partidos políticos sino también dentro de ellos.
Todos vemos el comportamiento egoísta de los integrantes del congreso nacional, principalmente la Cámara de Senadores; no es bueno generalizar pero, que difícil que es en estos tiempos evitarlo; roscas, traiciones, ordinariez, falta de ética y de respeto para la República; han perdido la confianza de la gente y están cada vez más lejos de ella.
El tratamiento en senadores del proyecto de Ley de Ficha Limpia exhibió el mayor grado de incertidumbre y desesperanza en gran parte de la población que esperaba se aprobara, y no para perjudicar a una persona, sino para evitar que ocupen cargos algunos ciudadanos que logran ser funcionarios y que manejan el erario público y producen casos de perjuicios tanto para el estado nacional como los provinciales y hasta en municipios, simplemente por el beneficio propio.
Pero el caso Ficha Limpia también “mostró la hilacha” fuera del congreso y así vinieron las echadas de culpa entre legisladores y el Poder Ejecutivo en discusiones inoportunas de “campañas políticas” disputándose quien había presentado ese proyecto de ley, ni siquiera hubo autocrítica del comportamiento de los miembros de senadores pertenecientes al oficialismo ni los de la oposición por el nefasto resultado de la votación, de algo que todos deberíamos apoyar y aprobar, porque por encima de todo tenemos una República, que todavía espera que aparezcan políticos que estén a la altura de la misión que se les encomienda.
Debemos hacer muchos cambios en la Argentina, a saber: en nuestro país trabajamos, producimos y avanzamos un año, luego viene el año electoral y no trabajamos ni producimos ni avanzamos. Eso se debe al abuso y vedetismo de los políticos que tratan de hacerse ver todo un año, internas, elecciones separadas en nacionales, provinciales y municipales donde las provincia tiene sus fechas y cada una la reparte durante el año y lo peor que se “nacionalizan” elecciones locales, como la de CABA por ejemplo y así la mediocridad electoral nos entretiene continuamente y mientras tanto no se habla nada de trabajar, producir y avanzar en todo el país.
Debemos recuperar el respeto a la República por sobre todas las cosas y pedirles a los políticos que hagan terapia grupal que les enseñe a “bajar los humos” para que puedan vencer a la soberbia que les invade y tal vez así logren tener una cuota de responsabilidad al ejercer los cargos y también recuperarán la solidaridad necesaria para darse cuenta que hay jubilados y pensionados que todavía esperan, obreros y empresarios que necesitan soluciones para activar máquinas y fábricas que nos pongan en igualdad de oportunidades con el vertiginoso mundo económico actual y tantos otros que esperamos ver el progreso que nos merecemos y por egoísmo se demora. La República ante todo.
Fuente Mendoza Today