
El fatal resultado del proyecto de Ley de Ficha Limpia sigue dando de qué hablar. Los coletazos no dejan de pegarle al Gobierno Nacional, que solo logra mantener un relato poco eficiente gracias a la tropa propia.
Pero lo cierto es que con el paso de los días se van conociendo detalles que prometen vincular al presidente Javier Milei y a los senadores de Misiones, que votaron negativamente, con un pacto para que la norma finalmente quede estancada en el Congreso de la Nación.
De hecho, yendo un poco atrás en el tiempo, puede dilucidarse que el Gobierno Nacional no quería que la Ley salga, no aún, no por una cuestión de beneficiar la corrupción, sino más bien por una conveniencia electoral y política.
No le convenía a Manuel Adorni, el vocero y candidato a legislador porteño, que la iniciativa se apruebe teniendo en frente a Silvia Lospennato, la mayor impulsora parlamentaria del proyecto. Una verdad de Perogrullo.
Pero no puede pasarse por alto la demora a la hora de tratar Ficha Limpia. Primero en la Cámara de Diputados, donde finalmente consiguió media sanción en febrero, en medio de las extraordinarias. Luego dos veces en el Senado.
Lo cierto es que Ficha Limpia, como se mencionó varias veces desde este espacio, es una carta con la que el Gobierno juega a acordar con el kirchnerismo. Si la ley se aprobaba, la jugada estaba perdida.
Pero ya desde antes del debate del 7 de mayo pasado en la Cámara de Senadores, desde la Casa Rosada habían deslizado la posibilidad de incluir modificaciones al proyecto con el fin de volver a postergarlo para después de las elecciones legislativas de la Ciudad de Buenos Aires.
Fue una jugada que se decidió echar para atrás por dos razones: la primera es que al ser un proyecto con sello presidencial no tenía mucho sentido pedir que se le hagan cambios. La segunda es que la petición hubiese sido rechazada en el recinto.
Ello, por sí mismo, no explica que haya habido un acuerdo entre Milei y Carlos Rovira, el hombre fuerte de la política misionera a quien responden los senadores Carlos Arce y Sonia Rojas Decut, aunque sí es un dato elocuente.
Pero tras la fallida sesión, el periodismo salió en busca de respuestas, porque todo indicaba que el poroteo finalizaría con la aprobación del proyecto, tal cual lo reveló el propio jefe de Gabinete Guillermo Francos.
¿Por qué los dos senadores misioneros votaron en contra de la iniciativa si habían adelantado el voto positivo? Con esa simple pregunta varios periodistas se dirigieron a las fuentes de la provincia de Misiones en busca de una respuesta.
El primero en lograrlo fue Nicolás Wiñazki, quien se adelantó incluso a las publicaciones de Clarín y La Nación al confirmar que fue Milei quien le pidió a Rovira que sus senadores voten en contra del proyecto.
Luego llegó la confirmación de los dos medios antes mencionados. Lo curioso es que tanto funcionarios del Gobierno como su tropa se enfocaron en desmentir la nota de Clarín, pero no la de La Nación, que es mucho más rigurosa.
Notese, por otro lado, que el presidente atacó al PRO constantemente y hasta llegó a sospechar que hubo un acuerdo entre Mauricio Macri y Cristina Kirchner para que Ficha Limpia no sea aprobada. Nunca dijo nada de los dos misioneros. Otro dato elocuente.
Pero no es todo. En un intento desesperado por despegarse, Milei concedió una entrevista, que salió al aire este lunes, en la que le ofreció el teléfono a la entrevistadora, en este caso Mariana Brey, para que revise si hay algún llamado dirigido a Rovira.
Más allá de que esos son datos que son fácilmente borrables, es sabido que la oficina del presidente cuenta con varias líneas telefónicas con las que se realizan los contactos entre el presidente, funcionarios y hasta con medios de comunicación.
Lo mismo sucede en los ministerios, secretarias y hasta en los despachos legislativos, que utilizan líneas oficiales para realizar ciertas actividades oficiales, lo que denota que lo del presidente no fue más que un manotazo de ahogado para tratar de librarse de una situación incómoda.
Como si lo antedicho fuese poco, llegó finalmente la confirmación del ministro de Hacienda de Misiones Adolfo Safrán, quien reconoció que los senadores votaron en contra de Ficha Limpia para favorecer a Milei en medio de la campaña porteña.
Lo curioso es el argumento, ya que en un largo comunicado sostuvo que la iniciativa estaba “hecha a medida del macrismo”. Es llamativo porque el propio presidente busca adjudicarse el impulso del proyecto.
Pero además, si bien no habló de pacto, resulta sugerente que fundamente el rechazo a Ficha Limpia para “beneficiar al Gobierno de Javier Milei”. ¿Quién creería que nadie se lo pidió? Así no funciona la política.
En todo este escenario de la nefasta política, prácticamente no quedan dudas del acuerdo Milei-Rovira. Casi no hay margen para que el presidente se despegue del escándalo, que es el segundo golpe fuerte contra el Gobierno luego del criptoescándalo $LIBRA.
Este artículo se publicó primero en Mendoza Today.
Fuente Mendoza Today