Nacido en 1965, el mendocino Luis Rosales cuenta que se afilió al Partido Demócrata (cuando todavía los gansos daban pelea en la provincia) a los 18 años, apenas pudo. Hoy es socio estratégico de Dick Morris, primera línea entre los asesores políticos de Donald Trump, uno de los hombres más poderosos del mundo.
Entre ambos extremos, la biografía de Rosales registra numerosos cargos, funciones, cátedras, candidaturas y otras actividades, al servicio incluso de diferentes partidos y gestiones estatales de divergentes signos políticos. Para empezar con un ejemplo, era diputado provincial por el PD, cuando pasó a ser subsecretario de Turismo del gobernador peronista Rodolfo Gabrielli.
Pero hay algo que no se le puede reprochar: a cada uno de esos desafíos los ha unido una suerte de invisible (o no tanto) “hilo liberal”, que trasciende desde antes la moda actual, y un reconocido prestigio académico, sobre todo en temas de política internacional. En criollo, una coherencia ideológica que se banca resistir archivos.
En distintos tramos de la campaña electoral de Estados Unidos, Rosales -Luisito, como le dicen cariñosamente sus amigos- se instaló en la mismísima Trump Tower de Manhattan y el 22 de noviembre se sacó y publicó fotos junto al célebre magnate, durante una exclusiva cena en la emblemática residencia de Mar-a-Lago, en Palm Beach. Luego publicó esas imágenes en las redes sociales.
Ahora está al frente de la Dick Morris Academy, ámbito en el que dirigirá su primer curso de formación y marketing político titulado “Outline for Democracy” (“Esquema para la democracia”, sería la traducción literal). Abordará seguramente los cambios que impone la geopolítica del siglo 21, tan contrastantes con los fenómenos de las décadas pasadas.
Es decir, compaginar la libertad política y económica, pero impulsada por hombres fuertes, personalistas y a veces descriptos como “antidemocráticos” en sus conductas, como el mismo Trump y Javier Milei, en la Argentina, por citar algunos de los casos más resonantes.
En la presentación del curso, la Dick Morris Academy, desborda de elogios para Rosales y describe con lujo de detalles su trayectoria: “Bienvenidos a la nueva Academia Digital Dick Morris, un espacio dedicado a forjar líderes con visión y conocimiento. Es un honor presentar al segundo de nuestra serie de distinguidos profesionales: el profesor Luis Rosales, oriundo de Mendoza, Argentina”.

“Con una trayectoria que abarca décadas de compromiso político y análisis estratégico -continúa el posteo-, Luis Rosales aporta una perspectiva única a nuestra misión. Desde sus inicios como el diputado provincial más joven de Mendoza en 1989, hasta su rol como candidato a vicepresidente de la Nación en 2019 junto a José Luis Espert, ha demostrado una pasión incansable por las ideas de libertad y liderazgo”
“Su experiencia como periodista especializado en política internacional, autor de la biografía del Papa más vendida en Amazon USA y asesor de campañas globales junto a figuras como Dick Morris, enriquece esta academia con un enfoque práctico y profundo (…) Únete a nosotros y sé parte de esta transformación”, finaliza la cuenta de Instagram.
Pese a sus conocimientos teóricos, Rosales prefiere actuar sobre los resortes del poder real y enfocarse en los resultados. En los últimos tiempos ha compartido reuniones con Elon Musk y ha sido testigo de conversaciones telefónica con Trump que son extremadamente breves y efectivas. “Las llamadas duran literalmente 15 segundos. Primero escucha; si responde ‘I got it’, quiere decir que acepta la idea y hay que ponerla en marcha de inmediato. De lo contrario, el contacto dura 20 segundos con un “dejame pensarlo” del otro lado de la línea”.
La doctrina Trump
En una reciente entrevista con el diario Perfil, Rosales -quien tuvo fuerte participación en el diseño estratégico para captar el voto latino en EEUU- cree que la “doctrina Trump” que, combina “nacionalismo económico, rechazo al intervencionismo militar y defensa de la soberanía americana frente a China y Europa”. Un escenario que se confirma casi con exactitud en estos días.
Para terminar, una anéctoda de una Fiesta de la Vendimia pre-pandemia en Mendoza. Rosales llegó distendido al clásico desayuno de la Coviar acompañando a José Luis Espert, en su calidad de candidato a vicepresidente. Un asistente casual le contó que a su hijo adolescente y a sus amigos les gustaba el mensaje de la fórmula, que estaban cansados del kircherismo, los robos y las mentiras…
A Espert le entusiasmó el comentario y comenzó a responder: “Decile a tu hijo que…” Allí el atento Rosales lo interrumpió. Sacó el celular y le sugirió grabar el mensaje ante la cámara de video del teléfono. Preguntó “¿cómo se llama tu hijo?” y le dijo a Espert “ahora sí, hablá” y se lo mandamos a por WhatsApp.
Es decir, en un segundo consideró por lo menos de tres aspectos importantes: hay que dirigirse más a los jóvenes si queremos cambiar; en una campaña conviene ser más audiovisual que argumentativo y, si es posible, ofrecerles un mensaje lo más personalizado posible, si es con nombre propio, mejor.
La cantidad de votos cosechados en aquellas elecciones no fue buena. Pero Rosales no perdió prestigio y siguió firme con sus ideas, exportando incluso sus conocimientos al gran país del Norte. Como cualquier consultor diría, habrá que ver los resultados. No para un candidato solamente, por supuesto, sino para el conjunto de la sociedad.
Él mismo lo admite con este curso, cuando reconoce que no sólo hay que ganar elecciones sino cambiar los modelos políticos para gobernar el mundo.
Este artículo se publicó primero en Mendoza Today.
Fuente Mendoza Today