Una nueva oleada de tiroteos ha sacudido Andalucía, sobre todo la Costa del Sol, dónde se han registrado la mitad de los ataques. Las armas están cada vez más presentes en las calles de la región. Ya no solo las grandes organizaciones tienen acceso al armamento , cada vez más pesado, sino que los pequeños clanes, los camellos de barrio y hasta los ‘malotes’ de callejuelas tienen acceso a una Glock de nueve milímetros por 6.000 euros. La pistola semiautomática más usada en los ajustes de cuentas, pero también subfusiles o fusiles de asalto, como los AK-47. «Cualquier niñato con una pistola dispara en un bar o muchos que antes iban con un cuchillo ahora tienen una pistola », dicen fuentes de la Policía Nacional dedicada a investigar algunos tiroteos en la Costa del Sol. Con esos mimbres, Andalucía acaba de vivir una cuarentena de plomo. Una última oleada en la que se han registrado 14 tiroteos en solamente 40 días. Eso arroja un conteo de un incidente con armas de fuego cada tres noches durante ese período entre el 31 de marzo y el 10 de mayo. «Uno de los principales problemas es la impunidad con la que campan por Andalucía, tanto narcotraficantes como clanes familiares», asegura Agustín Domínguez, portavoz de Jucil en Cádiz. «No deja de ser una muestra más de que la tenencia ilícita de armas se está convirtiendo en una normalidad en cualquier grupo criminal . Da igual que sea narcotraficante o que no lo sea. En el mercado negro puedes comprar a un precio asequible cualquier arma de fuego. Las usan más como defensa, pero al final son un peligro», añade Mariló Valencia, del Sindicato Reformista de Policía (SRP). El 31 de marzo empezó la cuenta en Puente Genil . La víctima de 59 años murió en el hospital Reina Sofía un día después de ser tiroteado en el Grupo María Dolores de viviendas en la calle Murcia, cerca de la barriada Juan Rejano de este municipio de Córdoba. En una reyerta, uno de los participantes resultó herido de bala. El presunto autor fue enviado a la cárcel y luego le siguió su hijo. Se incautaron la pistola y la munición. Arrancaba una oleada de tiroteos en varias provincias.Al día siguiente, sobre las nueve de la noche entró una llamada a Emergencias por disparos y gritos en la barriada sevillana de Su Eminencia. Dos hombres estaban heridos y tres personas fueron detenidas. Ese mismo día en San Fernando , un vecino de Málaga sembró el terror al pasearse con un arma por la calle y efectuar varias detonaciones. El sujeto tenía antecedentes por atraco y la pistola, finalmente, era de fogueo.Noticias relacionadas estandar Si De la marihuana al tráfico de armas: el clan que surtía a los narcos en Andalucía J. J. Madueño estandar Si Videoanálisis Juan José Madueño: «Las armas están cada vez más presentes en las calles» ABCSin embargo, las armas siguieron activas el 2 de abril, por tercer día consecutivo. Ese día en Málaga una persona conocida por ser conflictiva abrió fuego contra un hombre en plena calle por desavenencias entre ambos. En el asalto terminó hiriendo a tres transeúntes más. Huyó del lugar a pie. La persona a la que atacó por sorpresa lo identificó desde primera hora. A los dos días se entregó y entró en prisión preventiva por un delito de tentativa de asesinato, tres tentativas de homicidio y tenencia ilícita de armas. La calma tras esta secuencia, solo duró hasta la madrugada del 10 de abril. En medio una operación contra el tráfico de drogas, los narcos recibieron a los agentes de la Guardia Civil en Los Palacios (Sevilla) a tiros. Un joven resultó herido después de atrincherarse para no ser detenido abriendo fuego contra los agentes trataban de arrestarlo. El 17 de abril, Jueves Santo, otra reyerta en Málaga , esta vez en la barriada de Portada Alta, acabó con un herido bala en el hospital y otro por golpes propios de la pelea que se produjo. Cinco personas de una misma familia fueron detenidas, solo un hombre ingresó en prisión como supuesto autor de los disparos en la disputa. La Semana Santa no fue tranquila. El Viernes Santo, a la salida de una discoteca en Marbella , otra persona resultó alcanzada por las balas. El autor huyó del lugar. Y el segundo asesinado de esta oleada fue en Mijas. En el Sitio de Calahonda , un joven fue acribillado cuando salía de jugar un partido de fútbol el pasado 21 de abril. Los impactos que recibió en el pecho lo mataron en el momento. No se pudo hacer nada por salvarle la vida. «El crimen organizado europeo está instalado en la Costa del Sol, donde dirimen cuentas pendientes entre ellos. Eso provoca una inseguridad importante. Lo que hacen son ejecuciones. En esa forma de actuar hay ciclos más intensos y otros que lo son menos», asegura Javier Torrellas, portavoz de AUGC Andalucía. Y un día después, en un operativo de desocupación de una vivienda en Estepona , uno de los inquilinos que fueron expulsados abrió fuego contra la fachada de la vivienda. Ese mismo día en Aguadulce (Sevilla) una discusión entre dos familias enfrentadas acabó con un puñetazo sorpresa entre maridos de ambos clanes y, finalmente, en una reyerta que se solucionó con uno de ellos disparando a sus rivales. «En la Costa del Sol siempre han existido ajustes de cuentas, pero ya no es una cosa sólo de Málaga. Los cuatro planes especiales de seguridad se han ido extendiendo por toda Andalucía. Ya vemos tiroteos en todas partes . Es una realidad. Las armas están en todos lados y la delincuencia se desplaza buscando lugares donde puedan operar mejor y a sus anchas con menos presión», asevera Valencia.Una mayor pena para la tenencia ilícita de armas Los expertos consultados por ABC explican que una de las medidas que se necesitan para poder atajar este tipo de oleadas es «que haya penas más fuertes para la tenencia ilícita de armas». «Aumentarlas en el Código Penal», reseña Agustín Domínguez, algo en lo que está de acuerdo Mariló Valencia: «Las condenas son mínimas. Se está normalizando la existencia de armas de guerra, incluso granadas nos hemos podido encontrar en más de algún registro. Hay que endurecer las penas». Y ante esa potencia de fuego también hay que proteger a los agentes que están en las calles. Los sindicatos creen que no tienen medios necesarios los policías y guardias civiles que se cruzan con estos criminales armados. «Además, hace falta colaboración internacional con otras policías, más medios, personal y más equipos de investigación especializados que combatan a este tipo de organizaciones», asevera Javier Torrellas.En Humilladero , el 1 de mayo, un hombre fue asesinado a tiros, asaltado por un familiar rival, un padre con sus dos hijos abrieron fuego con una escopeta. Mataron a este vecino de este pueblo de Málaga e hirieron a su madre. La oleada llega a cada rincón. «Son síntomas de una criminalidad cada vez más envalentonada», añaden desde el sindicato CEP. Las armas están presentes de una forma o de otra, como en Béjar (Almería) el pasado 2 de mayo en un bar de una gasolinera, donde varias personas fueron asaltadas a tiros. Una persona murió por el ataque y otro resultó herido, mientras que el autor de los disparos se marchaba del lugar. Era el tercer fallecido por arma de fuego en estos días de plomo. «Las armas son baratas. África es un hervidero siempre en guerra, hay contactos y se organizan ataques. Ahí el tráfico es brutal y todavía pues hay muchas procedentes del centro de Europa, de las guerras de Los Balcanes. Hay coletazos de la antigua URSS y ahora Ucrania», reconoce Torrellas.Así, Málaga es el lugar donde más ataques se producen . El pasado 6 de mayo un joven llamó a la Policía para asegurar que dos personas en otro coche lo habían seguido por la carretera y le había disparado. Dio la reseña completa del coche y, al final, los atacantes fueron detenidos. En esta ocasión no resultó nadie herido. El saldo fue peor el 10 de mayo en Málaga capital, donde un joven fue herido en la pierna y un brazo por impactos de bala en el aparcamiento subterráneo de un supermercado. «La Costa del Sol se ha consolidado como un punto caliente para las redes del crimen organizado, favorecida por su cercanía a enclaves estratégicos como Algeciras, La Línea o Marruecos, y por la facilidad con la que estos grupos se camuflan entre la población, gracias a una excelente red de comunicaciones y a un control territorial cada vez más visible», exponen desde la Confederación Española de Policía (CEP).Este no es el único período caliente en Andalucía, aunque sí el último en el que se han registrado más incidentes. A finales de 2024, el barrio del Torrejón en Huelva se caldeó por episodios con armas de fuego. Lo mismo pasó en el mes de marzo en Granada , donde se dieron varios tiroteos en los que las armas tomaron el protagonismo para dirimir cuitas. «No tienen miedo a actuar a plena luz del día, se sienten impunes», concluye Valencia.
Fuente ABC