Uno de los mayores enigmas de Stonehenge acaba de ser resuelto. Un nuevo estudio llevado a cabo por la Universidad de Curtin reveló que la piedra central del mítico monumento no proviene de Gales, como se creía hasta ahora, sino de Escocia.
El hallazgo, publicado en la revista Nature, se basa en un análisis detallado de la composición química de la Piedra del Altar, una de las más importantes del conjunto megalítico ubicado en el sur de Inglaterra. Esta enorme losa ha sido objeto de investigación durante décadas, pero su verdadero origen permanecía oculto, hasta hoy.
El origen de las piedras de Stonehenge: ¿qué encontraron los científicos?
Gracias a tecnologías de análisis geológico avanzadas, los científicos lograron identificar la “huella química” única de la piedra de Stonehenge. Los resultados del estudio revelaron que su composición coincidía con las rocas del noreste de Escocia.
“Nuestro análisis ha revelado que los granos minerales específicos de la Piedra del Altar tienen en su mayoría entre 1.000 y 2.000 millones de años, mientras que otros minerales tienen unos 450 millones de años”, explicó Anthony Clarke, autor principal del estudio, en un comunicado.

Según el experto, “la piedra procedía de rocas de la cuenca de Orcadia, en Escocia, al menos a 750 kilómetros de Stonehenge”. Este hallazgo plantea preguntas sobre las capacidades logísticas y sociales de las civilizaciones durante el Neolítico, alrededor del 2.600 a.C.
“Transportar una carga tan masiva por tierra desde Escocia hasta el sur de Inglaterra habría sido extremadamente difícil, lo que indica una probable ruta marítima a lo largo de la costa de Gran Bretaña. Esto implica la existencia de redes comerciales de larga distancia y un nivel de organización social superior al que se cree que existió durante el Neolítico en Gran Bretaña”, concluyó Clarke.
¿Dónde se encuentran las piedras de Stonehenge?
Ubicado en una llanura cera de Salisbury, en el condado de Wiltshire, Stonehenge sigue siendo el círculo de piedras más célebre del mundo. Su construcción se extendió a lo largo de más de 1600 años y su propósito aún genera debate entre especialistas.

Desde 1986, Stonehenge forma parte del Patrimonio de la Humanidad de la UNESCO, como un símbolo eterno de los conocimientos astronómicos, arquitectónicos y sociales de las culturas antiguas que lo erigieron.
Fuente El Cronista