Posadas, 22 de mayo de 2025 – Total News Agency-TNA–El Ministerio de Seguridad de la Nación puso en marcha el Plan Guacurarí, un operativo integral para reforzar la vigilancia en la frontera entre Misiones y Brasil ante el avance de grupos criminales trasnacionales. La iniciativa, anunciada por la ministra Patricia Bullrich, busca frenar el ingreso de poderosas bandas armadas como el Primer Comando de la Capital (PCC), el Comando Vermelho y el grupo Bala Na Cara, que operan desde hace décadas en la región de la triple frontera.
El plan establece la creación de un Comando Unificado que articulará acciones entre fuerzas federales, la Policía de Misiones, Aduana y Migraciones. Entre sus ejes centrales se destacan el blindaje de 25 kilómetros de frontera seca —considerada uno de los focos del contrabando y delitos transnacionales—, el refuerzo de controles en rutas y pasos fronterizos como el de Bernardo de Irigoyen–Dionisio Cerqueira, y el fortalecimiento del trabajo de inteligencia criminal.
Además, se fomentará la cooperación con las autoridades brasileñas y actores locales para desarticular redes delictivas binacionales. Según fuentes del Ministerio de Seguridad, desde febrero las fuerzas federales incrementaron los operativos en la zona, logrando secuestros de droga y mercadería de contrabando. No obstante, la ofensiva generó reacciones violentas por parte del crimen organizado, con ataques y amenazas directas contra efectivos de Gendarmería Nacional.
Las autoridades identifican como principal amenaza al PCC, considerada la organización criminal más grande de Brasil. Fundada en los años 90 en una cárcel de San Pablo, cuenta con más de 11.000 miembros y conexiones internacionales que incluyen alianzas con la mafia calabresa y presencia operativa en Europa, Asia y varios países de Sudamérica.
También preocupa el Comando Vermelho, nacido en las cárceles de Río de Janeiro en los años 70, y que ha evolucionado hasta convertirse en una red de tráfico de drogas con fuerte control territorial en las favelas cariocas y vínculos con exguerrilleros colombianos. Su estructura descentralizada le permite operar con células autónomas en diversos puntos del país y la región.
El tercer grupo identificado por el Gobierno es Bala Na Cara, una banda originaria del estado de Río Grande do Sul, que ha expandido sus actividades del asalto y la violencia urbana al narcotráfico y el lavado de dinero. Con presencia en Paraguay, se distingue por su brutalidad: sus integrantes suelen rematar a las víctimas con disparos en el rostro para impedir su identificación.
El despliegue del Plan Guacurarí busca contener el avance de estas organizaciones, que no solo representan una amenaza en términos de seguridad, sino que también ponen en jaque la soberanía y el control estatal en zonas sensibles del noreste argentino.