
El desplante del presidente Javier Milei durante el Tedeum del pasado domingo fue una puñalada para la vicepresidenta Victoria Villarruel, quien a pesar de estar alejada de su compañero de fórmula, le esquivó exitosamente a los comentarios negativos y las críticas.
Eso se terminó en el instante mismo en el que el jefe de Estado la ignoró y la puso a la altura del jefe de Gobierno porteño Jorge Macri, negándole el saludo como si se tratara de un enemigo irremediable.
Fue algo realmente sorpresivo. Durante la celebración del 25 de mayo del 2024, a pesar de los cruces entre ambos no faltó la foto en conjunto en la que se los pudo ver agarrados del brazo, por lo que se esperaba aunque más no sea una formalidad. No ocurrió. Villarruel atacó.
“La casta ataca. La casta y los periodistas ensobrados van por los ciudadanos que ingresamos a la política y no transamos, no metemos parientes, no traicionamos y tenemos honor. Tantos comentarios y ninguna prueba. Va a estar sucia la campaña aunque no participe en ella”, publicó en su cuenta personal de X al día siguiente en clara referencia a Milei.
Claramente no solo vinculó al presidente con la denominada “casta”, sino que señaló a los periodistas que responden a la Casa Rosada, esos que suelen conseguir sin esfuerzo alguno una entrevista con Milei.
Lo cierto es que las desavenencias entre Milei y Villarruel vienen de hace rato, incluso antes de que el mandatario asuma la primera magistratura, pero entonces la relación podía rencauzarse, hoy ya no hay chances.
La vicepresidenta está armando su grupo de poder en el Senado de la Nación, con nuevas incorporaciones de total confianza, como Emilio Viramonte Olmos y la eyección de puntuales empleados que supieron responderle en este año y medio.
Cabe recordar que Viramonte Olmos es parte del nexo con el que Villarruel pretende arrebatarle votos en Córdoba a Milei de la mano del ex presidente Mauricio Macri.
La otra parte de esa trama recae sobre la espalda del fiscal Enrique Gavier, amigo personal del ex mandatario. Gavier y Viramonte Olmos son los que construyen ese acuerdo entre Villarruel y Macri para restarle poder a Milei en la provincia.
En este punto cumple un rol clave la ex canciller Diana Mondino, que parece tener posibilidad de jugar en esa provincia como parte de la división del voto libertario. Una especie de Ramiro Marra Cordobés.
En ese sentido tiene varias opciones: el peronismo se tienta en llevarla en su lista, también el PRO. Aunque además puede decidir, de retornar al mundo de la política, presentarse con sello propio.
Volviendo a Villarruel, en esa construcción del poder en el Senado Nacional, y acercamiento al ex presidente, la presidenta de la Cámara alta se arrima a puntuales senadores del PRO, tales como Martín Göerling y Alfredo De Angeli.
El PRO está en un momento delicado políticamente hablando y parece estar saltando a otros espacios. Eso es lo que promete aprovechar Villarruel a la hora de reconstruir su poder en el Senado.
¿Armará un partido propio en las elecciones del 2027? ¿Tendrá figuras propias y una mezcla del PRO? ¿Se enfrentará al presidente Milei? Son todas preguntas que por el momento no encuentran respuestas.
Este artículo se publicó primero en Mendoza Today.
Fuente Mendoza Today