Mariano Beldyk
Uno que no tuvo una semana sencilla fue el ministro de Salud, Mario Lugones, habituado al bajo perfil en un área que avanzó con paso redoblado al compás de la motosierra y las desregulaciones, pero que también enfrenta crecientes críticas por el encarecimiento de los medicamentos y las reformas en su política de entrega a los adultos mayores vía PAMI.
En los últimos días convergieron sobre su figura una serie de episodios que pusieron al Ministerio bajo fuerte escrutinio público. Desde el conflicto por los escasos $3000 por hora que paga el Gobierno nacional a los y las residentes del Hospital Garrahan que se forman en el tratamiento de enfermedades pediátricas complejas, hasta la promesa oficial de bloquear la ley de emergencia en discapacidad, que podría votarse esta semana.
Pero fue la visita de Robert F. Kennedy Jr., el secretario de Salud del trumpismo -con una prédica antivacunas que moderó para ser confirmado en su momento por el Senado pero con la que sigue coqueteando en público- la que detonó un giro polémico en torno a la política de vacunación argentina. El epicentro del enojo fue la actitud errática de Lugones: declaraciones ambiguas, gestos contradictorios y un esfuerzo por satisfacer conceptualmente a su agasajado que incomodó a los responsables provinciales del área.
“La comunicación respecto a las vacunas no tuvo nada de sanitaria. Pareció más bien un intento de congraciarse con lo que se dice en Estados Unidos, aunque implique pelearse con la realidad y con la ciencia”, se quejó ante El Cronista un referente político del sector, que tuvo que salir a contener la catarata de preguntas en su distrito. “Hablan de vacunas contrastadas con placebo, cuando por norma se comparan con el mejor tratamiento disponible, que puede ser otra vacuna o un medicamento. Lo otro es una inmoralidad”, puntualizó.
Las explicaciones de Lugones coincidieron, además, con la participación de una delegación de ministros de Salud de diversas provincias en un programa sobre calidad e innovación en Estados Unidos. Hasta allí llegó la confusión. Algunos de los presentes optaron por el silencio, temerosos de que Lugones goza de uno de los mayores blindajes políticos dentro del gabinete, bajo el ala directa de Santiago Caputo.

En privado, sin embargo, las críticas fueron más filosas: “El comunicado fue algo que le mandaron a escribir para alinearse con el Norte, y que después trataron de corregir desde lo técnico sin ninguna coherencia, porque ningún órgano regulador avala eso”.
En la Argentina, las vacunas del calendario están avaladas por la ANMAT pero lo que no deja en claro el Ministerio es que no se vea afectada la vacunación obligatoria si mañana surge una vacuna nueva relativa a ese programa sanitario, como sucedió con la Sabin en su momento: “¿Le van a aplicar a una parte de la población un placebo exponiéndola a la enfermedad? Eso sería una inmoralidad”, remarcó un relevante actor del área de Salud en la Argentina.
A la confusión se sumó otro episodio: un día después de sus declaraciones, Lugones apareció junto a Sandra Pettovello en el Consejo Federal de Educación, promoviendo la campaña contra el sarampión. “Dice que no cambia nada, pero genera desconfianza. Y eso, en salud pública, es lo peor que puede pasar”, advirtió un funcionario provincial.
Junto con el ministro de Salud, @Mariolugones_ar, asistimos a la 142° Asamblea del Consejo Federal de Educación en la que se convocó a las 24 jurisdicciones a reforzar las acciones de prevención y bloqueo de casos de sarampión en todas las escuelas del país. Durante el… pic.twitter.com/5eVl6CjA8k
— Sandra Pettovello (@SPettovelloOK) May 28, 2025
Un pedido de Macron a Milei
Otro que tuvo que sortear un momento incómodo fue el presidente francés Emmanuel Macron. El Elíseo tuvo que salir a explicar el episodio del supuesto “cachetazo” que la primera dama le propinó en el avión presidencial, justo antes de aterrizar en una visita estratégica a Vietnam.
Pero lo que más le importa hoy al mandatario galo es otro frente: recibirá a Javier Milei el próximo lunes en París, como parte de una gira de nueve días del presidente argentino que incluye Roma, el Vaticano, Madrid, la capital francesa e Israel. Y le formulará un pedido en particular.
El motivo formal es la agenda bilateral, pero Macron tiene una demanda para el mandatario libertario: que Argentina ratifique el Tratado de Alta Mar (BBNJ, por sus siglas en inglés), un acuerdo global para la conservación y uso sostenible de la biodiversidad en aguas internacionales. El país adhirió al tratado en junio de 2024, pero para ratificarlo necesita que el Ejecutivo envíe el proyecto al Congreso y eso se sigue posponiendo.
El pacto establece el acceso a recursos genéticos marinos, mecanismos de gestión por zonas, evaluaciones de impacto ambiental, y transferencia tecnológica. Todo fuera de zonas de exclusión marítima, lo que desactiva argumentos sobre una supuesta injerencia internacional. Sin embargo, hay aspectos que podrían incomodar a Milei, como la atribución de ciertos poderes a organismos multilaterales y el aporte a fondos obligatorios para financiar la participación de países en desarrollo.

Hasta ahora solo 28 de los 112 países signatarios ratificaron el acuerdo, según la web High Seas Treaty Ratification Tracker. En América Latina, solo Cuba, Costa Rica y Chile cumplieron ese paso. Ni Argentina ni Estados Unidos figuran aún en la lista. Para Francia, que ya ratificó el acuerdo junto a Portugal, España, Letonia, Hungría y Finlandia, se trata de una apuesta diplomática clave. La presión para que el mensaje llegue de forma directa -más allá de la diplomacia tradicional- fue uno de los motivos por los que se trabajó tanto la escala parisina de Milei.
Listas negras y pulseadas bonaerenses
La gira internacional de Milei comenzará el jueves 5 de junio, pero en paralelo continuará dando vueltas la rueda electoral local. El domingo siguiente será el turno de Misiones, donde la reciente derrota de la ley de Ficha Limpia en el Senado -con los votos del rovirismo y las dudas sobre el verdadero interés de la Rosada por aprobarla- volvió a poner al distrito bajo la lupa.
En la provincia conviven tres expresiones libertarias: la apuesta oficial de Karina Milei y los primos Menem es el extenista Diego “Gato” Hartfield; una segunda lista afín del Partido Liberal que encabeza el radical con peluca Martín Arjol; y un tercer grupo directamente integrado en el armado provincial del Frente Renovador de la Concordia, ahora rebautizado como Frente Renovador Neo o “Blend”, como lo llaman por mezclar “las dos cepas”.
El modelo difiere del que se proyecta en Buenos Aires, donde la batalla electoral será decisiva y prima una estrategia de no dispersar la opción propia, al menos en la estrategia que prima en la Rosada. Esta semana se reactivaron los contactos con el ala de Karina Milei tras la cena de Javier Milei con Cristian Ritondo en Olivos. Hubo dos reuniones oficiales y varias conversaciones reservadas.

De aquel encuentro trascendió que el PRO busca garantizar el lugar de sus 14 intendentes, pero desde la Rosada advierten que no hay intocables: “Que se les venza la banca no es un argumento válido”, fue el mensaje al jefe de los diputados amarillos. Darle prioridad a una continuidad del PRO no es lo que moviliza a “El Jefe” en Casa Rosada. Advierten: hay una lista negra con nombres vetados por contradecir el discurso anticasta.
En el tope de esa nómina están los intendentes cercanos a Jorge Macri, según comunicó puertas adentro Diego Santilli, luego de la segunda cita en la Casa de Gobierno con los libertario. Son Pablo Petrecca (Junín), María José Gentile (9 de Julio), Javier Martínez (Pergamino) y la vicepresidenta del PRO, Soledad Martínez (Vicente López). “Los quieren destruir”, advirtió sin vueltas otro referente bonaerense del partido.
La estrategia libertaria es clara: dicen tener candidatos en los 135 distritos y están dispuestos a disputar incluso los bastiones del PRO si así lo consideran. A esta altura, puede formar parte de la negociación. Pero si se decodifica en base a los últimos gestos, el resentimiento libertario parece ser una vara más duradera que el pragmatismo en algunos escenarios.
Mientras tanto, los radicales siguen negociando un acuerdo con Maximiliano Abad como actor central. Pero en el karinismo lo condicionan a que se garantice que no se desdoblará el sello radical. Y en simultáneo, emerge un nuevo y tercer actor que busca incidir en la mesa de negociación desde la última semana: el bullrichismo.

El jueves, Sebastián Pareja -operador clave del karinismo- visitó a Patricia Bullrich en el Ministerio de Seguridad Nacional. La ministra quiere garantizar presencia propia y para eso activó al diputado Gerardo Milman y al intendente Diego Valenzuela como interlocutores. Desde el oficialismo lo admiten: “A Patricia ya la tenemos adentro. Lo que hay que ver son sus pretensiones”. La prioridad está puesta en cerrar con Ritondo.
Por último, emerge una cuarta vía en el escenario de la Provincia: un armado opositor por fuera de LLA y del peronismo, impulsado por referentes que buscan revivir el espíritu original de Juntos. Algunos ya empezaron a acercarse a Facundo Manes con la idea de construir “Para Adelante”, una alternativa inspirada en el movimiento “En Marcha” de Emmanuel Macron, de quien el neurocirujano se declara fan. Va en línea con la decisión este fin de semana de otro intendente amarillo, Nicolás Passaglia (San Nicolás), de abrirse de la pulseada PRO-LLA con una opción vecinal. Según rumorean, no sería el único ni el último: habrá novedades en las próximas semanas.
Fuente El Cronista