Buenos Aires, 9 de junio de 2025 – Total News Agency-TNA–Roberto Fiochi, presidente del Instituto de Obra Social de las Fuerzas Armadas y de Seguridad (IOSFA), presentó su renuncia en las últimas horas, en medio de una grave crisis económico-financiera que atraviesa el organismo y en un contexto de creciente cuestionamiento hacia el ministro de Defensa, Luis Petri, dentro y fuera de las Fuerzas Armadas.


La salida de Fiochi no sorprende a los actores del sector castrense, donde desde hace semanas se acumulaban reclamos, advertencias y denuncias sobre el deterioro profundo en las prestaciones de salud, la acumulación de deudas millonarias y la parálisis operativa de la obra social que atiende a más de 600.000 afiliados entre personal militar, retirados y sus familias.
Según estimaciones del Foro de Almirantes Retirados y de fuentes gremiales del IOSFA, la obra social enfrenta un déficit operativo superior a los 12.000 millones de pesos mensuales y una deuda consolidada que ya habría superado los 100.000 millones de pesos. A fines de 2023, IOSFA aún contaba con reservas por encima de los 25.000 millones, pero en el transcurso de 2024 el desbalance se profundizó de manera crítica, sin que se haya difundido aún un cierre oficial del ejercicio que detalle con precisión el impacto financiero.
El Foro de Almirantes alertó públicamente sobre la gravedad de la situación y solicitó una intervención urgente por parte del Ministerio de Defensa, advirtiendo que “la crisis del IOSFA afecta directamente la calidad de vida de la familia militar” y compromete la capacidad del sistema para sostener mínimamente las prestaciones médicas.
En las farmacias y policlínicas del interior del país ya se verifican faltantes de medicamentos e insumos básicos, demoras en la atención, y reducción de horarios por la falta de personal. Trabajadores de la obra social han denunciado además que perciben salarios entre los 400.000 y 800.000 pesos mensuales, por debajo de la línea de pobreza establecida por el INDEC, y alertan sobre un vaciamiento estructural que hace inviable el funcionamiento normal de la institución.
En paralelo, el malestar también crece entre los afiliados retirados, especialmente en ciudades como Mar del Plata y Bahía Blanca, donde ya se recortaron servicios y hay versiones de un posible corte total de prestaciones. Las sospechas de una eventual privatización del IOSFA, o de su fragmentación y transferencia de servicios al sector privado, alimentan la inquietud en una comunidad militar cada vez más crítica del gobierno nacional.
La renuncia de Fiochi también ocurre en un contexto de creciente debilitamiento de la gestión de Luis Petri al frente del Ministerio de Defensa. El funcionario libertario viene acumulando conflictos, errores políticos y fugas en su equipo: en los últimos meses renunciaron el secretario de Estrategia y Asuntos Militares, Claudio Pasqualini, el jefe de Gabinete, Carlos Becker, y el funcionario Máximo Pérez León Barreto, quien fue desplazado a la Cancillería.
La reciente exposición de Petri ante el Congreso intensificó la crisis. Allí aseguró que la Armada Argentina pasó de operar con cinco buques a contar con 24 en condiciones de navegación, una afirmación que fue desmentida por fuentes navales que calificaron sus dichos como “una mentira con fines de campaña”. Según esas mismas voces, las condiciones materiales y presupuestarias de las Fuerzas Armadas no han cambiado sustancialmente desde el gobierno anterior, y la falta de insumos, personal y mantenimiento sigue siendo crítica.
A esto se suma el rechazo interno a la insistencia del ministro en involucrar a las Fuerzas Armadas en tareas de seguridad interior, como el despliegue en la frontera norte. Esta medida, aseguran fuentes militares, contradice el marco legal vigente y expone a los uniformados a situaciones de riesgo jurídico y político si cambia el signo del gobierno.
En este marco de desconfianza y descontento, la posibilidad de una fusión entre el Ministerio de Defensa y el de Seguridad –una idea que entusiasma a algunos sectores del oficialismo libertario– genera mayor tensión, al tiempo que se avecina una nueva disputa institucional: la sucesión del jefe del Estado Mayor Conjunto. Con el retiro inminente del brigadier Xavier Julián Isaac, la Armada busca mantener ese cargo con el almirante Carlos María Allievi, quien tiene varias acusaciones en su haber y enfrenta la resistencia del Ejército, que aspira a recuperar esa posición. La pelea interna ya generó filtraciones sobre el uso indebido de recursos por parte de Allievi, acusado de emplear aeronaves militares con fines personales.
En este escenario, la salida de Darío Fiochi de IOSFA es leída como una señal de fractura dentro del gobierno y como la confirmación de que la crisis en Defensa no encuentra contención. Para muchos observadores, es también un anticipo del posible alejamiento de Luis Petri del gabinete nacional, quien ya comenzó a sonar como candidato a diputado nacional por Mendoza, en una eventual estrategia para proyectarse como candidato a gobernador en 2027.
Mientras tanto, la comunidad militar observa con preocupación la falta de respuestas estructurales, el deterioro del sistema de salud propio y la ausencia de conducción clara en un área clave para la defensa nacional. La renuncia de Fiochi no cierra una etapa: marca el comienzo de un nuevo capítulo de incertidumbre.