
La causa Vialidad complica a la ex presidenta Cristina Kirchner. Su participación en las irregularidades en la adjudicación de contratos para la construcción y mantenimientos de rutas en la provincia de Santa Cruz es más que evidente.
La doble condena que hoy pesa sobre la anunciada candidata a diputada provincial en terreno bonaerense demuestra que las pruebas en su contra son contundentes. La eventual condena de la Corte Suprema de Justicia de la Nación será nada más que una ratificación de lo que se viene sosteniendo en los últimos años.
La sentencia, que se espera que salga en breve, será un momento bisagra para la expresidenta, porque de esa forma la condena de 6 años de prisión e inhabilitación para ejercer cargos públicos quedará firme.
Tampoco podrá ser candidata en las elecciones legislativas de este año, lo que la dejará afuera del tablero político. De confirmarse la condena, algo que ya se cuenta como un hecho, el arco político se moverá en ese sentido.
Los partidos antikirchenristas celebrarán, los sindicatos llevarán a cabo medidas de fuerza. El peronismo en su totalidad alzará la voz en una supuesta proscripción que no es.
“Cagones y mafiosos”. Esa es la lectura que hizo la intendenta de Quilmes Mayra Mendoza sobre quienes piden que Cristina Kirchner sea condenada. Entiende que la quieren fuera de la escena pública porque es en la oposición quien mejor mide.
Ante el inminente fallo judicial, dirigentes del kirchnerismo se reunieron el pasado lunes para analizar y poner en marcha un plan de batalla de urgencia, puesto que si la ex presidenta no puede postularse será otro candidato quien encabece la lista de diputados bonaerenses.
La campaña entonces se basará en eso, en la supuesta persecución judicial, una que realmente no es, porque nadie puede negar la culpabilidad de Cristina Kirchner en casos de corrupción y su consecuente enriquecimiento.
Pero no importa, porque los fanatismos van más allá de cualquier lógica. Y finalmente una condena podrá incluso ser un punto a favor en la campaña del kirchnerismo. No necesariamente tiene que jugarle electoralmente en contra.
En todo caso, la oratoria de Cristina siempre fue por ese lado. Culpando al Partido Judicial por la persecución política y alegando tramas imposibles y conspiranoias impracticables.
Cristina quiere pasar a la historia como una líder que luchó contra la corrupción judicial, pero la realidad contará otra historia, y mientras un minúsculo grupo de personas intentarán imponer una falsa verdad, la mayoría gritará por el fin de una era de corrupción que tanto daño le hizo a la Argentina.
Ahora solo resta esperar para saber si en las próximas horas la Corte decide ratificar la condena o, si como sostiene un rumor que se propaga por los pasillos de la Justicia, se impone el pedido de Carlos Rosenkrantz de volver a revisar la causa, lo que desembocaría en una demora en el fallo.
Este artículo se publicó primero en Mendoza Today.
Fuente Mendoza Today